El partido del presidente depende del TEPJF
Morena tiene hasta la última semana de agosto para resolver un problema que viene arrastrando desde 2018. Y, de acuerdo con Héctor Díaz Polanco, presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia del partido, esta situación ha dañado al instituto político.
La renovación de la dirigencia nacional del partido que fundó Andrés Manuel López Obrador debió de haberse resuelto en 2019, a través de encuestas, como lo establece el Comité Ejecutivo Nacional de Morena en su estatuto.
Ahora, después de decenas de quejas de militantes a nivel nacional presentadas al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la última palabra la emitió esta instancia judicial.
El TEPJF dio un límite de dos semanas más para que el partido arregle sus diferencias y defina si los votos para elegir a su Secretario General y al Presidente del partido serán solo de los simpatizantes y miembros de Morena o con ayuda de toda la población mexicana.
Díaz Polanco nos dijo que a pesar de estos problemas, por fin hay un consenso en el partido: todos apoyan la resolución del TEPJF. Además, existe voluntad por sacar adelante este conflicto.
Sin embargo, hay otros inconvenientes que veremos a continuación.
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El padrón y los militantes inconformes
Después de ganar las elecciones de 2018, algo pasó en Morena que le impidió continuar como cualquier organización política y aprovechar su presencia en el país.
“Habría que remontarse al Congreso de hace dos años, en el que debió definirse el proceso interno y renovación de la dirección con la salida de López Obrador, para asumir su condición de candidato a la presidencia. Ahí se decidió, probablemente de manera equivocada, ampliar un año la dirección del partido bajo el mando de la secretaria General, Yeidckol Polevnsky”
Héctor Díaz Polanco, presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena
El experto señaló que Polevnsky tuvo un año para preparar todas las condiciones para llevar a cabo la elección al interior del partido.
El presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia nos explicó que uno de los principales retos para la nueva dirección del partido, era depurar el padrón de militantes y llegar a este proceso con un padrón que facilitara la votación, cosa que el Congreso del partido ordenó, con el fin de contar con un padrón de calidad.
“Concluyó el año y no se hizo prácticamente nada de lo que se había encargado a la dirección”, detalló Díaz Polanco.
Miembros y militantes del partido ya esperaban para ese entonces la celebración de un Congreso extraordinario para elegir los liderazgos del partido.
Díaz Polanco explicó que después de eso, Yeidckol Polevnsky declaró que era muy probable que su “mandato” se extendiera por dos años, hasta 2021 o 2022.
También dijo que la militancia se molestó porque el periodo interino no concluía, pero ese enojo se comenzó a disipar cuando por fin se logró reunir a una cantidad considerable de militantes para convocar un Congreso Extraordinario para el 26 de enero del 2020.
Ese fue el inicio de la crisis en la que actualmente se encuentra Morena.
En los últimos dos años, una serie de recursos judiciales que las y los militantes levantaron en contra de los procesos del partido y sus miembros, evidenciaron los problemas y la falta de estabilidad al interior del partido en el poder.
“Ahí surgió un movimiento encabezado por Alfonso Ramírez Cuéllar que, a su vez, dio lugar a un proceso de impugnación, en contra de la decisión de este Congreso Extraordinario”
Héctor Díaz Polanco, presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena
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En ese Congreso Nacional Extraordinario, celebrado el 26 de enero, las y los militantes eligieron a Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente interino, encargado de celebrar las elecciones internas del partido.
Yeidckol Polevnsky impugnó el proceso ante el TEPJF, pero este ratificó la decisión tomada por el partido un mes después. Yeidckol perdió su cargo y asumió Ramirez Cuéllar.
Esta impugnación se sumó a otras resoluciones del tribunal y a las quejas de otros militantes y miembros del partido a nivel nacional.
El 30 de octubre de 2019, una sentencia del TEPJF ya había anulado la elección interna para renovar dirigencias estatales, así como la nacional.
De acuerdo con Proceso, en 2019 había más de dos mil quejas de militantes contra Morena, en donde se quejaban de la falta de condiciones para realizar las 70 asambleas distritales en todo el país.
“Esto ha hecho daño al partido”, mencionó Héctor Díaz Polanco, presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena.
Díaz Polanco llama a este proceso la “judicialización del partido”, lo que en su opinión ha distraído a los militantes de las actividades habituales al interior de un partido, inhibiendo su participación.
¿Qué sigue?
Héctor Díaz Polanco explica que quedan solamente dos semanas para que concluya el plazo que dio el TEPJF en octubre pasado, y que aún así no se ha podido decidir si la elección va a quedar solamente entre militantes, o el partido hará caso de la recomendación del tribunal, el cual propone que cualquier ciudadana o ciudadano pueda votar por el futuro de Morena.
“A raíz del Congreso Extraordinario y de que se reconoció la validez de todo lo acordado ahí, el tribunal hizo una recomendación muy innovadora, que fue sugerirle al Comité Ejecutivo Nacional: ‘te ordeno que la próxima elección interna a la presidencia del partido y la Secretaría General sean electas por medio de una encuesta’”, explicó Díaz Polanco.
Esta decisión divide, de nuevo, a Morena, pues nadie sabe en qué estatutos se basó para ordenar una encuesta general o sólo en el partido, ya que esta medida no se encuentra en ningún estatuto de la Ley de Partidos Políticos ni en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
En la sentencia, publicada el 1 de julio, no se aclara el por qué de la decisión del tribunal para ordenar que la elección de la presidencia sea una encuesta abierta. Sólo ratifica que en una sentencia del 26 de febrero ya se había sugerido dicho método.
De acuerdo con la sentencia, Morena tendrá que realizar su elección a más tardar este 31 de agosto, por lo que prácticamente sólo le quedarían dos semanas para organizar su padrón de militantes, decidir si su elección es abierta al público y promocionar a sus candidatos.
“La pregunta es ¿en qué se fundó el tribunal para dar esta orden? Es este tipo de asuntos los que han llevado a la conclusión de que el TEPJF tiene un intervencionismo excesivo”
Héctor Diaz Polanco, presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena
Para realizar su elección interna en 2020, Morena tiene que cumplir con estos requisitos:
- Definir cómo se llevará a cabo la encuesta. La pandemia por la COVID-19 hace imposible una asamblea o un Congreso.
- Si esta encuesta será interna (solo los militantes) o si podremos participar las ciudadanas y ciudadanos del país.
- Presentar un padrón electoral ordenado que haga válida la encuesta que se realizará.
En la experiencia del entrevistado, las asambleas de Morena suelen convocar a más de cuatro mil personas, por lo que esta opción parece imposible ante la actual crisis sanitaria. El voto electrónico también es muy complicado debido a la falta de un padrón confiable que concentre a todos los militantes y simpatizantes en cada distrito electoral.
“Es una situación muy complicada en la que estamos en este momento. Hace falta tiempo para hacer campañas, para votar y para elegir a los candidatos”, concluyó Héctor Díaz Polanco.
¿Morena podrá salvarse en las siguientes semanas?
