Chapa Bezanilla: una historia de brujería forense cuando Zedillo era presidente

Compartir:

Hubo una época en la justicia mexicana, cuando brujos y videntes eran parte de las investigaciones. 

Un personaje polémico de esos tiempos fue Pablo Chapa Bezanilla, exsubprocurador General de la República y quien fuera fiscal de los casos Luis Donaldo Colosio, el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y José Francisco Ruiz Massieu, asesinados entre 1993 y 1994.

La finca El Encanto, un clásico 

Aquí comienza la historia de brujas, videntes, enredos familiares y osamentas.

El presunto autor material del homicidio del secretario General del Partido Revolucionario InstitucionalJosé Francisco Ruiz Massieu -que ocurrió en septiembre de 1994- un sujeto identificado como Daniel Aguilar Treviño, confesó que el diputado Manuel Muñoz Rocha, también del PRI, había sido una de las personas que ordenó el asesinato. Por ello, Aguilar Treviño habría recibido 50 mil pesos de aquellos años.

Unos meses después del crimen, en octubre de 1994, la Procuraduría General de la República -entonces a cargo del abogado panista Antonio Lozano Gracia, a quien Zedillo le entregó la procuración de justicia-  giró orden de aprehensión contra Muñoz Rocha, quien se dio a la fuga… y desapareció por años.

Sin embargo, Pablo Chapa lo encontró (o eso dijo) en octubre de 1996. El fiscal de la PGR contó con un apoyo inesperado: el testimonio de Francisca Zetina Chávez, a quien apodaban La Paca. Doña Francisca se dedicaba a ser vidente e invasora de predios en Iztapalapa, de acuerdo con reportes de los medios de aquella época.

Gracias a una “visión” o presentimiento, La Paca le dijo a Chapa Bezanilla dónde estaría enterrado el cadáver del diputado Muñoz Rocha. El subprocurador armó un operativo y convocó a los medios de comunicación a una finca de Raúl Salinas, hermano del expresidente Carlos Salinas de Gortari, ubicada en la entonces delegación Cuajimalpa.

Los Salinas de Gortari y el difunto José Francisco Ruiz Massieu habían sido cuñados, por lo que la investigación se volvió casi una telenovela.

Después de horas de excavar, los elementos de seguridad encontraron un cráneo, que al principio se pensó era de un animal. De acuerdo con Proceso, Francisca Zetina, quien estaba en el lugar del operativo, exclamó: ¡es Muñoz Rocha, es Muñoz Rocha!”.

La búsqueda concluyó, pero algo no cuadraba, porque el cráneo hallado tenía señales evidentes de haber sido sometido a una cirugía.

Luego de distintas investigaciones -tanto de la PGR como del equipo de peritos internacionales contratados por la defensa de Raúl Salinas de Gortari- se concluyó que la osamenta pertenecía a un familiar de La Paca y que todo había sido parte de un montaje que le costó a la justicia mexicana alrededor de 4 millones de pesos.

Francisca Zetina fue encarcelada en 1997 y sentenciada a 15 años de cárcel, en tanto que Chapa Bezanilla fue cesado junto con su jefe, el procurador Lozano Gracia, en enero de 1997. Unos días después se giró orden de aprehensión en contra de Chapa por desvío de recursos, asociación delictuosa y violación a las leyes sobre inhumaciones y exhumaciones, entre otros delitos.

Te puede interesar: Lo que tienes que saber para entenderle a Colosio, la serie de Netflix

¿Quién era Pablo Chapa, el temible exfiscal?

El periodista Carlos Marín lo describe así en un artículo para la revista Nexos:

“Un policía (Chapa Bezanilla) que se pasó la vida buscando un trabajo estelar; que por una recomendación fortuita y desatinada fue investido de poderes para encabezar las más apetecibles indagaciones a que puede aspirar un genuino investigador.

“Que saltó a la fama como súbito descubridor de complots; que instruyó causas judiciales por igual contra un modesto lavacoches y contra el más poderoso hermano de un expresidente de México; que compró falsos testimonios con dinero de la Nación…”

Marín recordó que en 1994 el titular de la PGR, Antonio Lozano Gracia buscaba un subprocurador que se hiciera cargo de los tres homicidios que sacudieron a la opinión pública y exigían respuesta.

El ofrecimiento se le hizo al abogado Juan Velázquez, quien tuvo que rechazarlo por cuestiones profesionales, según el periodista. Sin embargo recomendó a Chapa Bezanilla, quien tenía fama de ser un buen “sabueso”, aunque su gestión al frente de la Dirección General de Averiguaciones Previas de la PGR fue un desastre. Y Chapa fue el elegido.

No le atinaba a una 

En el caso Colosio, Chapa Bezanilla dio muestras de su afición a guiarse por pistas falsas y encarcelar personajes que después salieron libres.

Uno de ellos fue Othón Cortez, el presunto segundo tirador en el asesinato del excandidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo de 1994. A pesar de los tres testigos que dijo tener el fiscal, videos y casi 200 fotografías, Othón Cortez fue liberado en agosto de 1996.

Ese error le costó a Chapa el caso Colosio… lo tuvo que dejar. Pero le encargaron la investigación del exsecretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu, quien fue asesinado al salir de una reunión en el Hotel Casa Blanca, en la céntrica calle de la Ciudad de México conocida como La Fragua, cerca del Monumento a la Revolución, el 28 de septiembre de 1994.

¿Dónde está Chapa Bezanilla?

A finales de enero de 1997 se giró una orden de aprehensión en contra de Chapa Bezanilla, quien se dio a la fuga, aunque ese mismo año, en mayo, se le acabó la suerte. Fue detenido saliendo de un restaurante en Madrid, donde se escondía. En octubre de ese mismo año, un juez español lo mandó de regreso a México.

Chapa pasó unos meses en la cárcel en México y, al salir, pudo retomar su profesión de abogado. El 1 de diciembre de 2005, un tribunal confirmó que los delitos por los que se le acusaban habían prescrito (vencido) ante la parálisis de la PGR, por lo que quedó libre de culpa.

Regresa a las andadas

En 2015, Pablo Chapa fue acusado de violar el secreto profesional en el caso de la bailarina Lilia Angélica López Negrete, a la que defendió en diciembre de 2014, luego de que fuera detenida por supuestamente ingresar droga a México, procedente de Colombia.

Chapa fue despedido y otros abogados se hicieron cargo de la defensa de López Negrete, quien salió libre en 2018 por falta de pruebas. Desde entonces Chapa Bezanilla se ha manejado con bajo perfil y continúa en libertad.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.