Chivo expiatorio, una retorcida tradición que une a gobiernos de todos los colores

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El chivo expiatorio es una “persona sobre la cual recaen todas las culpas, para eximir al verdadero culpable”, según la Real Academia.

De acuerdo con el politólogo Jorge Márquez Muñoz, el chivo expiatorio se ha convertido en un mecanismo de la política en general, sobre todo en los últimos sexenios en México.

“Es una vieja tradición pre-bíblica, matar un chivo para que ahí se vayan los pecados de todos. En cierta forma, lo que hace este mecanismo es dar una solución facilona y maniquea al origen de los problemas”, dijo Márquez, doctor en Ciencias Políticas de la UNAM.

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Desde el sexenio de Miguel de la Madrid en 1982, cuando se investigó al ex director de Pemex, Jorge Díaz Serrano, así como al ex jefe de la policía del Distrito Federal, Arturo El Negro Durazo, la mayoría de los gobiernos federales han perseguido penalmente a una figura poderosa que encarna los pecados del pasado, pero que termina libre con el paso del tiempo.

“En la medida que un gobierno no da los resultados esperados, tiene que recurrir a la pirotecnia para mantener el control de la narrativa (es decir, el control de lo que dice la opinión pública y lo que se dice en la calle)”, dijo el politólogo.

Además, agregó que para cada gobierno es importante imponer el tema de conversación, y debe ser espectacular para evitar que se hable de lo que se está haciendo mal. De lo contrario, la oposición empezaría a dominar la agenda, es decir, comenzaría a imponer los temas de los que se debe hablar.

La figura del chivo expiatorio “tiene una gran ventaja en términos de dominar la agenda”. Sin embargo, según Márquez, no se resuelven los problemas de fondo ni se hace justicia, porque “al final, la mayoría de los casos se caen jurídicamente. Son solo rehenes sexenales”.

El quinazo de Salinas 

Carlos Salinas de Gortari llegó a la presidencia de México en diciembre de 1988, bajo la sospecha de que su triunfo sobre Cuauhtémoc Cárdenas, del Frente Democrático Nacional, se debió a un fraude electoral y no a la voluntad popular.

Durante su gobierno, en enero de 1989, fue detenido y encarcelado el líder del sindicato de trabajadores petroleros, Joaquín Hernández Galicia, quien era apodado La Quina, de ahí que este golpe legendario sea llamado “el quinazo”.

Fue condenado a 35 años de prisión por homicidio y posesión de armas. Sin embargo, en 1997, tres años después de la salida de Carlos Salinas, recibió amnistía del gobierno de Ernesto Zedillo y fue liberado. Murió el 11 de noviembre de 2013.

En ese sexenio, el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Carlos Jonguitud Barrio, fue obligado a renunciar en abril de 1989 y su cargo lo ocupó a partir de entonces Elba Esther Gordillo.

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Zedillo y el hermano incómodo

Todo parecía indicar que Luis Donaldo Colosio sería el sucesor de Carlos Salinas de Gortari. Pero un ataque certero, en marzo de 1994, acabó con su vida y llevó a Ernesto Zedillo a ser el nuevo candidato del PRI y, eventualmente, el nuevo presidente, en medio del magnicidio de Colosio y el levantamiento zapatista en Chiapas, que había estallado unos meses atrás, en enero de ese mismo año.

Zedillo tomó posesión el 1 de diciembre de 1994, y a mediados de ese ese mes sucedió el famoso “error de diciembre”, que provocó una crisis económica en México y devaluó al peso en más de 100%.

El 27 de febrero de 1995 fue detenido Raúl Salinas de Gortari, hermano del ex presidente, acusado de ser el autor intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, ex secretario general del PRI.

Por ese delito fue sentenciado a 50 años de prisión en 1999. También fue acusado de enriquecimiento ilícito en 1996. 

En junio de 2005, ya con el panista Vicente Fox en el poder, fue exonerado del asesinato de Ruiz Massieu y dejó la cárcel después de pagar una fianza. 

En julio de 2013, ya con el priista Enrique Peña Nieto en el gobierno federal, Raúl Salinas fue exonerado del delito de enriquecimiento ilícito.

La era panista

En el año 2000 comenzó la llamada alternancia democrática en el país, ya que después de 71 años de gobiernos del PRI, el panista Vicente Fox se convirtió en presidente de México.

Sin embargo, aunque durante su administración creció 50% el número de presos políticos no hubo ningún caso que pudiera considerarse como un chivo expiatorio.

Hay que destacar que durante el sexenio de Vicente Fox comenzó a ser recurrente el anuncio de múltiples aprehensiones de miembros del crimen organizado, al grado de capturar a 63,456 narcotraficantes, 15 de ellos considerados grandes capos.

En 2006, el panista Felipe Calderón se convirtió en presidente de México después de unas controvertidas elecciones en las que obtuvo apenas 230,000 votos más que el entonces perredista Andrés Manuel López Obrador.

A días de iniciar su sexenio, el gobierno de Calderón le declaró la guerra al crimen organizado, que se tradujo en la detención de 46 líderes del narcotráfico, entre los cuales destacan los hermanos Beltrán Leyva (uno de ellos, Arturo Beltrán Leyva fue acribillado en su domicilio y las imágenes fueron publicadas en varios medios de comunicación), así como Vicente Zambada Nieblas y Edgar Valdez Villarreal, La Barbie.

Sin embargo, en cuanto a chivos expiatorios de la política, se puede mencionar el episodio conocido como el Michoacanazo, un operativo de mayo de 2009 en el que se detuvieron a 35 funcionarios y alcaldes de Michoacán, acusados de proteger a narcotraficantes.

Sin embargo, todos los detenidos fueron liberados con el transcurso de los meses. 

En junio de 2009, un día después de que Felipe Calderon dijo que su gobierno no pedía permiso a las entidades del país para enfrentar a la delincuencia, también hubo un operativo federal en el cual detuvieron a 40 policías del estado de Hidalgo. 

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Peña Nieto y el ‘gordillazo’

Con el arribo de Enrique Peña Nieto a la presidencia de México y el regreso del PRI al poder en 2012, pareciera que también volvió el chivo expiatorio al viejo estilo.

El 26 de febrero de 2013 fue detenida en el aeropuerto de Toluca la lideresa del sindicato de los maestros, Elba Esther Gordillo, acusada de malversación de fondos

Gordillo fue aliada política de Felipe Calderón, al grado de aceptar que su sindicato lo apoyó en las elecciones de 2006 a cambio de “previos arreglos de orden político que no deben avergonzar a nadie”.

Además, Gordillo fue opositora de la Reforma Educativa, una de las principales del llamado Pacto por México. Incluso llegó a advertir a los diputados sobre los riesgos de aprobarla.

En 2013 se le dictó auto de formal prisión por delincuencia organizada y operaciones con fondos de procedencia ilícita.

En agosto de 2018, un mes después de que López Obrador ganó la presidencia de México, Elba Esther Gordillo fue absuelta por las autoridades. 

Hoy en día está libre y se le considera la persona detrás del nuevo partido político Redes Sociales Progresistas.

La era de Morena

En agosto de 2019, la ex secretaria de Desarrollo Social durante el gobierno de Peña Nieto, Rosario Robles, fue detenida por ejercicio indebido del servicio público y fue puesta en prisión preventiva justificada.

En noviembre se le giró orden de aprehensión por lavado de dinero y delincuencia organizada y tres semanas después solicitó el criterio de oportunidad ante la Fiscalía General de la República, con el cual se presta a cooperar en la investigación de la “Estafa Maestra” a cambio de no ser sentenciada. 

Emilio Lozoya, ex director de Pemex en el sexenio de Peña Nieto, también está cooperando con la Fiscalía bajo este esquema.

Según el politólogo Jorge Márquez, “este sexenio le está dando la vuelta al mecanismo del chivo expiatorio, ahora se convierte en un informante redimido, que para salvar el pellejo ofrece un chivo expiatorio más grande”.

Para el experto, en los casos de este sexenio es probable que tampoco se haga justicia porque nunca se busca hacer justicia con los chivos expiatorios, “yo creo que están perfectamente mal armados los expedientes. No están construidos jurídicamente. No habrá justicia. No son los peces gordos”. 

En cuanto a qué refleja este mecanismo en la política mexicana, el experto señala que no revela una búsqueda de resolver los grandes temas y ni siquiera venganzas políticas, “lo que  revela es que es tenemos un sistema político que perdona bastante, donde hay bastantes arreglos”.

¿Veremos libres a los personajes que han sido detenidos en este sexenio?

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