Cuando nació la Constitución Política de México en 1917 era una de las más avanzadas en el mundo, de acuerdo con el abogado constitucionalista Luis Enrique Pereda Trejo, ya que incluía derechos sociales que en la mayoría de los países no estaban contemplados.
Ahora, 104 años y más de 700 modificaciones después, para el experto la Constitución sigue siendo ejemplar, a pesar de que ha sido muy manoseada por la clase política de nuestro país.
Pero, ¿sigue siendo de las más vanguardistas del mundo? ¿Es una de las peores? ¿Qué es lo que hace hoy en día que una Constitución sea de avanzada?
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Una Constitución con buenos cimientos
De acuerdo con Pereda Trejo, no es poca cosa que la Constitución mexicana sea una de las más antiguas del planeta, ya que habla de un cierto grado de estabilidad política.
“Es por algo y es porque está razonablemente bien hecha. Los artículos 39, 40, 41, 123, 130, son pilares fundamentales y siguen siendo los mismos. En su momento, fue brutalmente revolucionaria, de avanzada, progresista”, dijo el experto.
El artículo 39 dice que la soberanía nacional reside en el pueblo. El artículo 40 establece que México es una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos; y el 41 habla sobre la división de poderes.
Otros artículos fundamentales y que le dieron este carácter progresista a nuestra Constitución en su momento son el 27, que habla sobre la propiedad de la tierra; el 123 que habla sobre los derechos de los trabajadores y el 130 que deja clara la separación de la Iglesia y el Estado.
Para el experto, si la Constitución fuera un edificio, estos artículos son los pilares que le han dado solidez. El problema es que el resto ha sido manoseado con mucha frecuencia “por el desconocimiento, la vanidad y el narcisismo de los políticos”.
“Claro, la Constitución se ha ido quedando atrás. Desde 1917 le han metido más de setecientas reformas. Y bueno, cuando le metes y le tiras muros, el edificio lo reciente y todos los que vivimos ahí, para bien o para mal”, aseguró Pereda Trejo.
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Cómo se ubica nuestra Constitución en el mundo
“El avance de la evolución democrática de los pueblos va de la mano con su Constitución, entonces no puedes esperar vivir en una gran democracia, con normas de otra época”, nos dijo Pereda Trejo en cuanto a cómo comparar las constituciones.
Y explicó que “la lupa con la cual puedes acercarte a analizar las constituciones, es ver qué tanto protegen los derechos humanos y que tanto no” y puso como ejemplo la alemana, la cual está diseñada para que la prioridad siempre -o la mayoría de las veces– sea la protección de los derechos de las personas.
Otras tendencias de avanzada son proteger los derechos de las comunidades, no nada más de manera individual, proteger la vinculación con la naturaleza, defender al medio ambiente y brindar protección a los animales como seres sintientes.
El sitio Comparative Constitutions Project (CCP) se dedica a comparar hasta cierto punto todas las constituciones del mundo.
Según el CCP, la Constitución mexicana es la onceava más antigua, detrás de las de Reino Unido (1215), Estados Unidos (1789), Noruega (1814), Países Bajos (1815), Bélgica (1831), Nueva Zelanda (1852), Canadá (1867), Luxemburgo (1868), Tonga (1875) y Australia (1901).
En cuanto al número de derechos humanos incluidos, se encuentra en el octavo lugar, solo detrás de Ecuador, Serbia, Bolivia, Cabo Verde, Portugal, Venezuela y Armenia. La de Alemania incluye 48, pero de acuerdo con Pereda Trejo no se trata de incluir el mayor número de derechos sino de tener mejores mecanismos para no vulnerarlos.
El CCP también evalúa la capacidad de influencia del Poder Ejecutivo sobre la Constitución. En este aspecto la Constitución mexicana se encuentra en la media tabla, con cuatro puntos en una escala del 0 al 7, donde países parlamentarios como Reino Unido e Israel tienen 0.
También se encuentra en la media tabla en cuanto al control que le da al Poder Legislativo y la independencia que le otorga al Poder Judicial.
Como dato curioso, la Constitución mexicana es la sexta que más palabras tiene (57,087), solo después de la de la India, Nigeria, Brasil, Malasia y Papúa Nueva Guinea.
Pereda Trejo mencionó a la de Colombia de 1991 como una Constitución ejemplar, es decir a la que podrían aspirar las demás democracias de Latinoamérica.
Por otro lado, “la de Estados Unidos es una gran Constitución. Si tú revisas, todas las constituciones de Latinoamérica están en algún grado inspiradas en ella y la de México no es la excepción. Es la más vieja del continente y tiene solo 27 reformas”, opinó el experto.
Y agregó que la próxima constitución de Chile podría ser un buen ejemplo democrático para la región, “porque se dieron cuenta que las reglas de ese juego no le gustaba a la mayoría de las personas y entonces dijeron: cambiemos las reglas del juego entre todos y todas”.
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¿Qué es una asamblea constituyente?
De acuerdo con Pereda Trejo una asamblea constituyente es el grupo de personas que deben crear una nueva Constitución, o sea que deben poner las reglas del juego, y por eso su composición es muy importante.
“En el caso de Estados Unidos solo han tenido un congreso constituyente, los llamados padres fundadores. Se sentaron en algún lugar de Filadelfia y discutieron. ‘¿Podemos tener armas? ¿Los afroamericanos son iguales a nosotros? ¿Podemos tener más de una esposa?’, etcétera”, mencionó el experto, y entonces la redactaron según su forma de ver el mundo.
En el caso actual de Chile, de acuerdo con Pereda, el hecho de que la asamblea constituyente sea plural es una buena señal de que será una gran Constitución, porque no te quedas solo con una visión de un sector de la población que está marcado por sus circunstancias.
Es como decir “hemos derrocado al régimen anterior’. Vamos a escribir una nueva Constitución, ¿a quién vamos a invitar? ¿A los empresarios?, pues ellos tienen su forma de ver al mundo y así la van a redactar. ¿A los soldados?, lo mismo, así les va a quedar”, dijo Pereda.
Entonces lo mejor es formar una asamblea constituyente con distintos sectores de la población, para que la mayoría de las personas pueda estar representada.
“Las asambleas constituyentes, entre más plurales, o entre más fidedignamente representen la pluralidad de ese país, será mejor para todas y todos”, concluyó el experto.
