Gabriela, la mamá de una niña que va en 4o. de primaria en una escuela en la Ciudad de México, nos dijo que le “parece una tontería que cierren toda la escuela cuando el caso sospechoso no fue ni en el salón ni con quien convivió mi hija”.
Y es que ante los nuevos retos tanto para las mamás y papás, como para las autoridades educativas y de salud que significa el regreso a clases, la Guía de orientación para la reapertura de escuelas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) indica que en caso de que se registre un contagio confirmado de COVID-19 la acción inmediata es la suspensión de clases presenciales de toda la escuela, mientras que en otros países se toman otras medidas.
Sin embargo, en Europa y algunos estados de Estados Unidos, el regreso a las aulas comenzó desde marzo y las medidas que han tomado les han permitido mantener a las escuelas lejos de ser un foco de contagio.
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¿Qué hacen otros países?
La menor incidencia de COVID-19 en las aulas europeas se explica por dos factores que han tenido un papel importante para proteger a los y las alumnas: la vacunación a docentes y los protocolos anti-COVID (el uso del cubrebocas, las medidas sanitarias recomendadas y la promoción de pruebas).
En Francia, España, Inglaterra y 12 entidades de Estados Unidos, cuando hay un caso confirmado de COVID se suspende únicamente al grupo que tuvo contacto con la persona y solamente cierran la escuela de forma temporal si se convierte en un foco de contagio, es decir, más de dos casos por aula.
En Reino Unido, el ministerio de Educación pidió a los estudiantes de secundaria y universidad que se realizaran una prueba de COVID antes de volver a clases y aplicar nuevas pruebas periódicamente.
“Una gran cantidad de evidencia sugiere que las escuelas pueden dar clases presenciales con un nivel de riesgo muy bajo cuando los protocolos de seguridad se implementan con éxito”, aseguró Brandon Guthrie, profesor de salud global y epidemiología de la Universidad de Washington en conferencia de prensa desde la Casa Blanca.
El protocolo de respuesta, en caso de que hubiera un caso confirmado, consiste en suspender al grupo durante algunos días y dar seguimiento a la o el alumno. Este sistema les ha ayudado a identificar focos de contagio y aislarlos antes de que se convierta en una zona de infección.
En Francia ocurre lo mismo desde mayo, sin embargo, la diferencia es que los alumnos que quieran regresar a clases antes de los 14 días de cuarentena, lo pueden hacer con una prueba negativa de COVID, de fecha al menos cinco días después de la suspensión.
Las medidas de distanciamiento y prevención han ayudado a reducir los casos y, aunque ha habido brotes puntuales de COVID-19 en los colegios, el número de contagios ha disminuido.
¿Qué hacemos en México?
El regreso a clases en México depende de cada estado y muchos lo han basado en el semáforo epidemiológico, no en el ambiente escolar. Es decir, en vez de continuar con las clases cuando no hay casos sospechosos o confirmados dentro de la escuela, suspenden actividades si el semáforo cambia, como pasó en Campeche y Nayarit.
En la capital mexicana, se han registrado al menos tres escuelas que suspenden actividades por completo ante casos sospechosos de COVID-19. Estos son documentados por la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM).
“El segundo día de clases fui por mi hija y me dijeron que ya no la llevara a la escuela, la iban a cerrar otra vez por un alumno de 6o. grado que era sospechoso de COVID”, nos dijo Gabriela, mamá de una niña de 4o. grado de primaria de un colegio Montessori en la colonia Condesa de la Ciudad de México.
Según el protocolo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de Salud (SS), se debe suspender temporalmente a todos los grupos a pesar de que el riesgo para las niñas y los niños que no estuvieron en contacto sea mínimo.
Las escuelas que han optado por abrir sus puertas de nuevo tienen que mantener las aulas ventiladas, sana distancia entre profesores, estudiantes y padres, contar con agua y desinfectar las áreas de clases. Aunque, aún con estas medidas de precaución, la mayoría de los padres y madres siguen dudosos sobre el regreso a clases.
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¿Qué opinan los papás?
En la capital la mayoría de las mamás y los papás de menores están en desacuerdo con el regreso a clases presenciales, según una encuesta publicada en El Financiero.
Sin embargo, hay padres de familia que no sólo están de acuerdo con el regreso a clases sino que lo necesitan por cuestiones laborales.
“Como entramos a semáforo verde y a la mayoría ya nos vacunaron, ya me piden ir a la oficina todos los días. Necesito que mi hija regrese a la escuela porque si no, no sé qué haré con ella”, nos comentó Gabriela, quien tiene a su hija en 4o. de primaria y es madre soltera.
Las campañas de vacunación a docentes y los programas híbridos han permitido que comience un regreso seguro a clases para que los niños y las niñas convivan nuevamente después de año y medio de estar en casa por la contingencia sanitaria. Las medidas de otros países podrían servir como ejemplo para México, sin embargo, se está optando por suspender las actividades. ¿Es una medida drástica o necesaria?
