Crisis sociales y económicas, ¿quién es quién en el mapa político latinoamericano?

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Protestas sociales en Chile, transición de gobierno en Argentina tras una crisis económica, renuncia de presidente en Bolivia, manifestaciones y paros universitarios por violencia contra las mujeres en México  y un exmilitar como mandatario en Brasil, son algunas de las características políticas y sociales actuales de Latinoamérica, una región tan diversa como cambiante. ¿Quién es quién en el mapa político latinoamericano? ¿Dónde se ubica México?

En esta zona del mundo hay de todo, desde los líderes más conservadores hasta los más progresistas. ¿La situación actual de América Latina es consecuencia de las ideologías políticas de quien gobierna?

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El mapa político latinoamericano es heterogéneo

¿Qué define actualmente a un gobierno conservador y a uno liberal o progresista?

Ira Méndez de Hoyos, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), explicó en entrevista para Cuestione que entre los países democráticos hay gobiernos que pueden ser liberales en el plano económico pero profundamente conservadores en el ámbito de reconocimiento de derechos y libertades.  

Esto nos hace dibujar no uno sino dos mapas políticos en la región: uno económico y otro social

En el plano económico, un país de derecha sería aquel que privilegia la libertad del mercado para resolver los problemas sociales, pero en el plano social un gobierno conservador es aquel que se rige por pensamientos religiosos o moralistas y muestra resistencia para aceptar temas como: el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto o la regulación de la marihuana.

De acuerdo con Méndez de Hoyos, experta en instituciones, políticas públicas y acción colectiva, hasta hace algunos años el modelo económico neoliberal (característico de los gobiernos de derecha) ha sido el preponderante en la región, ya que en la mayoría de los países el Estado tiene la administración de la economía pero no es un actor que genera desarrollo económico ni es dueño de empresas. 

Pero este mapa se ha ido configurando con el paso del tiempo, ya que hace dos décadas la región estuvo marcada por gobiernos de izquierda en términos económicos (que privilegian la participación del Estado), pero en la década pasada se invirtieron los papeles y el modelo neoliberal fue el preponderante, y ahora en la región hay un panorama heterogéneo, explicó la politóloga. 

“Hoy vemos una mezcla, un panorama heterogéneo de gobiernos, pero el elemento en común es la búsqueda de un modelo mixto que permita hacer el combate a los problemas sociales y reconocer la importancia que tiene el mercado”, reflexionó Méndez.

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Por ejemplo, Chile -donde hubo un estallido social detonado por el aumento del precio del metro- es conocido como el “laboratorio” del neoliberalismo en la región. 

Y es que del dictador Augusto Pinochet al presidente actual Sebastián Piñeira, el país ha delegado a las empresas, cada vez más, el papel de satisfacer bienes y servicios básicos a la población. Ahí ni la educación es gratuita ni el agua pública.

En caso contrario, Bolivia podría representar una política de izquierda por su modelo llamado “Económico, Social, Comunitario y Productivo”, que concentra en el Estado y en cooperativas comunitarias la satisfacción de todos los bienes y servicios de la población. 

En términos sociales, este país ha protagonizado manifestaciones sociales reprimidas con violencia para evitar la reelección del que fuera su presidente, Evo Morales, quien se vio obligado a renunciar el pasado 8 de noviembre, a abandonar su país y venir a México en calidad de refugiado. 

Frente a la ausencia del mandatario, este 12 de noviembre, la senadora de derecha, Jeanine Áñez, se proclamó presidenta interina. 

Pero de acuerdo con la investigadora- en la región también hay casos como Argentina, con un mandatario electo el pasado 2 de noviembre, y México, con el triunfo de Morena en 2018, que muestran la intención de buscar un modelo económico menos orientado por el mercado, pero que hasta ahora no se ha consolidado. 

Sin embargo, el caso de México es peculiar. De acuerdo con la politóloga, Andrés Manuel López Obrador prometió algo que hasta ahora no puede lograr: establecer un modelo en el que el Estado cambia las reglas y decide. Esto ha puesto en tela de juicio el avance económico del país. 

En el ámbito social lo que se ha visto en América Latina es que hay un mayor incremento de luchas y de demandas por los derechos sociales. Para la entrevistada, se trata de la ampliación de derechos hacia el reconocimiento de que la sociedad se ha vuelto mucho más diversa y que el modelo de familia convencional se ha resquebrajando. Además de que las mujeres que no estaban incorporadas al mercado de trabajo, ahora sí lo están y exigen más derechos.

Si hay algo que hemos visto en la región latinoamericana, de acuerdo con la politóloga, es la ampliación de derechos; esto quiere decir que en el ámbito social se han ido los gobiernos hacia una tendencia más liberal, con más libertades. 

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Sin embargo, en el mapa de América Latina también hay sus excepciones: El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro -antecedido por dos presidentes con ideología de corte socialista, Lula da Silva y Dilma Rousseff- se ha posicionado en contra de los movimientos de mujeres, ha manifestado su intención de privatizar la paraestatal petrolera, ha hecho declaraciones homofóbicas y racistas, y desde su primer día emitió decretos presidenciales para quitar la propiedad social de las comunidades indígenas de su país.  

Y en el caso de México existe el riesgo latente de que López Obrador haga caso a la presión de intereses económicos de grupos políticos, morales o religiosos que contribuyeron a su campaña, señaló la experta.

Estallidos sociales, la urgencia de ampliar libertades 

Nicaragua, Brasil, Chile y Venezuela han estado en boca de todos este año por las protestas sociales que estallaron en las ciudades centrales de esos países, la mayoría encabezadas por jóvenes, mujeres y población campesina. Todas ellas con saldos de decenas de personas asesinadas, desaparecidas o torturadas por la fuerza pública. ¿Qué está detrás de estas revueltas?

De acuerdo con la experta, más que el choque entre la dimensión económica y social lo que está de fondo son los cambios sociales en las recientes cuatro décadas en el mundo y la incapacidad de los gobiernos de lidiar con esas demandas de una ciudadanía cada vez más exigente del ejercicio de sus derechos y libertades. 

“La democracia electoral le quedó chica a la ciudadanía. Lo que parece ser es que los gobiernos caminan mientras las sociedades avanzan a pasos agigantados en reconocer derechos y libertades, pero los gobiernos son más restrictivos y reguladores. Se está poniendo en tela de juicio la forma vieja de gobernar”, expresó Méndez de Hoyos.   

Y en el caso de México, “el reto es establecer regulaciones mucho más claras, mantener un balance entre la apertura económica que se requiere y la regulación, pero ese balance en este momento no se ha logrado. 

Y lo más preocupante es que (López Obrador) permita que los grupos que formaron parte de su alianza para llegar al poder ejerzan una presión importante para restringir libertades y derechos”, expresó.

A decir de la politóloga, esto sería un grave error porque, como se vio frente al tema de los feminicidios, “las mujeres, los jóvenes pero también los viejos, están dispuestos a salir a las calles a defender sus derechos. Creo que nadie quiere ver lo que está pasando en Chile, en México, porque es un descontento social muy grande y en México hay muchos motivos para salir a las calles”.   

¿Hacia dónde se dirige un país que repudia el libre mercado en el discurso, pacta con empresas y regatea libertades?

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