De la oposición en México a los ‘conservadores’ que enfrenta AMLO

Compartir:

¿Podrán resurgir los partidos opositores?

Para Andrés Manuel López Obrador, sus adversarios son conservadores y tiende a minimizarlos. “En el terreno político hay un poco de oposición, es normal, pero no es tan significativa”, así lo planteó el pasado 14 de abril durante su conferencia mañanera.

AMLO conoce bien la oposición. Estuvo en ese sitio por años, pero antes de tocar este tema, retrocedamos en el tiempo…   

¿Qué hay de la oposición en México?

“La oposición en el Siglo XX estuvo básicamente representada por el Partido Acción Nacional (PAN), a la derecha; por el Partido Comunista Mexicano (PCM), a la izquierda; y los partidos satélites del régimen, que difícilmente podríamos considerarla tal”, detalló para Cuestione el historiador Carlos Illades Aguiar.

Aunque -precisó el también doctor en Historia por el Colegio de México- Acción Nacional contaba con “escasa presencia hasta mediados de los 80, y el PCM estuvo ilegalizado –existió entre 1919 y 1981, aunque con varios periodos fluctuando entre el registro legal y la clandestinidad– durante buena parte de su historia”.

En el papel opositor, expuso Illades Aguiar, “más que tener la capacidad de competir por el poder, o de frenar las decisiones del Partido Revolucionario Institucional (PRI), estos dos partidos –PAN y PCM– fueron la voz pública de algunos segmentos de la sociedad. El panismo, de las clases medias urbanas; y el comunismo, de intelectuales, clases populares y artistas”. 

Nacionalización de la banca y oposición

Conforme pasan los años, algunos factores influyen en favor de partidos que buscan ser contrapeso

“En los 80, el PAN, como oposición, se fortaleció con la ruptura de una parte del empresariado con el gobierno cuando ocurrió la nacionalización de la banca en 1982”, refirió el especialista.

¿Y qué hay de la izquierda?

“La izquierda, en 1988, se fortaleció con la convergencia de sus corrientes históricas (comunistas, nacionalistas independientes), con la Corriente Democrática del PRI. No obstante que esta alianza, de la que surgió el Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue quien socavó al régimen, la alternancia política se dio hacia la derecha, al igual que en el resto de América Latina que había salido de las dictaduras militares. En el siglo XXI el electorado se partió en tercios”, señaló Illades Aguiar. 

Te puede interesar: Así barrió Hugo Chávez con la oposición en Venezuela

Cambio de rumbo… la coalición 

Días antes de las elecciones de julio de 2018, el mapa electoral estaba definido, las encuestas daban como favorito al oriundo de Macuspana, Tabasco: Andrés Manuel López Obrador, quien aparecía por tercera ocasión en la boleta para la Presidencia. 

La encuesta de Parametría en el mes de mayo de 2018 ubicaba con 54% de las preferencias a Andrés Manuel y la coalición Juntos Haremos Historia, integrada por Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Encuentro Social (PES).  

Muy atrás estaba, con 24%, Ricardo Anaya de la alianza por México al Frente –PAN, PRD y Movimiento Ciudadano–.

En tanto que, con 17%, figuraba José Antonio Meade Kuribreña de Todos por México, conformada por el PRI, Partido Verde (PVEM) y Nueva Alianza (Panal).

Mientras que los independientes: Margarita Zavala apenas alcanzaba 3% y Jaime RodríguezEl Bronco, lucía con un desalentador 2%.

“Uno de los factores que permitió la abrumadora victoria de la coalición de López Obrador en 2018 fue la crisis de las élites, que gestionaron el proyecto neoliberal en el país, representadas políticamente por el PRI y el PAN”, nos precisó Illades.

Y a la fecha, comentó el historiador, “ninguno de estos dos partidos se ha repuesto del desplome en aquella elección, ni cuentan con liderazgos fuertes y lúcidos que les permitan reorientar el rumbo y aprovechar el acelerado desgaste de Morena”.

Oposición… ¿sin futuro?

López Obrador parece no tener opositores para cancelar o iniciar grandes obras, como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, o para “tirar” la reforma educativa de Peña Nieto.

“Quizá una mala gestión de la emergencia sanitaria, a causa de la pandemia del COVID-19, o de la subsecuente recesión económica, pueda abrirles alguna oportunidad para reagrupar a sus electores”, consideró Illades Aguiar

“Frente a una oposición política desdibujadaAMLO ha desplegado un amplio saco en el que mete a todos los que llama ‘conservadores’ -término más elástico que ‘mafia en el poder’, el cual empleaba antes de llegar a la Presidencia-”, explica el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.  

Ese despliegue de López Obrador, precisó, “va desde el insignificante México Libre  –organización que busca convertirse en partido político–, encabezado por Felipe Calderón, que reúne a la derecha conservadora, hasta los movimientos sociales o núcleos que discrepan de las políticas obradoristas”.

Para Illades Aguiar los conservadores “son ‘el hombre de paja’ a quien fustiga el presidente en las mañaneras y que le funciona como el adversario a modo para ratificar sus políticas o, en su caso, para responsabilizarlo de su eventual fracaso”.

…Y también entra la prensa

López Obrador ha ubicado en la parte conservadora, incluso, a la prensa, a algunos medios y comunicadores.

“Dentro del abanico conservador, AMLO también coloca a la prensa, aunque le da un lugar especial. Si bien es cierto que tiene mucha de ella en contra, no obstante que algunos medios impresos se han alineado con el gobierno o abrieron el espacio a las plumas del régimen, López Obrador le da una importancia desmedida a la prensa a pesar del reducido público que históricamente ésta ha tenido en México”, precisó Carlos Illades.

“La prensa ha ocupado, en parte, el lugar de la menguada oposición política, funcionando como un activador del discurso obradorista y movilizador de sus huestes, incluidas las de las redes sociales. Hasta ahora, afortunadamente, la confrontación, a despecho de su rispidez y agresividad, no ha abandonado del plano discursivo”, respondió el doctor en Historia por el Colegio de México.

Morena como partido en el poder

Morena es el partido en el poder y la principal fuerza política del país, si bien -explicó Illades- como muestran las encuestas, ha disminuido prácticamente a la mitad la aceptación que tenía entre los electores. 

Sin embargo, nos precisó: “Salvo esta caída en las preferencias el que la oposición no ha captado a quienes se bajaron del barco morenista. Ahora bien, Morena es el partido en el poder, pero, salvo para pelearse en su interior, no ha mostrado independencia alguna con respecto de las decisiones presidenciales”. 

Morena no es ese partido de Estado de antaño. Es claro que su estructura no luce tan sólida.  

“En este sentido, se diferencia escasamente del régimen de partido de Estado del Siglo XX, en el que el partido era un apéndice del Ejecutivo en turno y, más que nada, una maquinaria electoral”, detalló Carlos Illades

“Al no romper el viejo molde, Morena dejó escapar la oportunidad de vincular al régimen con los movimientos sociales, de ser un instrumento para canalizar las demandas de la sociedad civil hacia la sociedad política. Con respecto de esto es ilustrativo el papel marginal de Morena -más a título personal de su militancia que como organismo político- en la movilización social más relevante en lo que va del sexenio, esto es, la de las mujeres contra la violencia de género”, agregó el Doctor Illades.

Quizá te interese: Las bajas y críticas se acumulan dentro del proyecto de AMLO

El factor neoliberalismo en Andrés Manuel

El presidente decretó el fin del neoliberalismo, lo ha señalado como causante de la crisis que vive el país, ha asegurado que se extingue, aunque el panorama es distinto desde la visión del historiador. 

López Obrador quisiera romper con el neoliberalismo, pero no cuenta con las condiciones para hacerlo, más allá de matarlo y enterrarlo discursivamente. Está tan sometido a él como los presidentes de los últimos treinta años, basta ver la importancia que le otorgó a la negociación del T-MEC, subordinando a éste aspectos tales como la política migratoria”. 

Y lo que aún es más claro, hay dependencia con Estados Unidos.

“En su administración, la dependencia con respecto de los EU se ha acrecentado, como vimos recientemente en la negociación de la OPEP ampliada con respecto de la cuota de exportación petrolera. Lo que sí ha podido lograr el presidente es atemperar los costos del neoliberalismo con políticas sociales que incluyen tanto los programas como la recuperación salarial”, puntualizó. 

Pese a que López Obrador ve poca oposición y aunque pareciera que el PAN, PRI y PRD lucen sin rumbo, Morena también atraviesa diferendos internos… ¿Existe algún líder que pueda hacer resurgir a la oposición como un actor político que haga contrapeso al lopezobradorismo?

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.