La desalinización de agua de mar es una “falsa solución” ante la escasez del agua en México, dicen especialistas

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Ante la crisis del agua en México, recurrir a la desalinización de agua de mar es una “falsa solución”. Iván González Márquez del Grupo de Estudios Transdisciplinarios en Energía y Crisis Civilizatoria (GETECC) nos explicó que el proceso “consume mucha energía” y esto precisamente es lo que “hace inviable que se masifique”, es decir que se haga a gran escala.

Si bien el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, la existencia de 1,386 millones de kilómetros cúbicos de agua parecerían suficientes, pero no lo es, porque apenas un 2.5% de esa agua es dulce

Para darnos una idea de la gravedad, actualmente más de 2,000 millones de personas viven en zonas de “estrés hídrico”. Esto significa que habitan sitios en que la demanda de agua es más alta que la cantidad de la que se dispone. 

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Alerta sobre falta de agua para 2030

De no detener esto, para “el año 2030 el mundo enfrentará un déficit global de agua del 40%”, alertó Audrey Azoulay, directora general de la Unesco en su Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos: El Valor del Agua.

“Entre la mayoría de la gente y en el mundo de las instituciones se sigue ignorando la realidad de que estamos en el inicio de una creciente escasez de energía a nivel mundial y eso lo va a cambiar todo”, advirtió González Márquez.

El ambientalista del GETECC nos dijo que en este proceso, por ejemplo, “la energía solar no podrá sustituir al petróleo y tampoco podrá crecer tanto como para permitir la desalinización a gran escala”. 

González Márquez mencionó que “el tema de la energía afecta al del agua en muchas maneras, no solo los sistemas de tratamiento de aguas o desalinización sino también todo el bombeo que se hace actualmente de pozos profundos se va a hacer cada vez más caro hasta ser incosteable”. 

¿Por qué en Israel piensan distinto?

De acuerdo con la revista Aguas Residuales, “hace trece años, el 3% del agua que se consumía en Israel provenía de plantas de desalinización; en 2010 la cifra llegó al 30% y este año, bordea el 80%. Es decir, de los 2,100,000 metros cúbicos que se consumen al año en ese país, 1,680,000 millones provienen del mar Mediterráneo”. 

Adriana Flores Díaz, académica en el Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad de la Universidad Iberoamericana, nos detalló que efectivamente “Israel es quien tiene el liderazgo en esa tecnología y en esos países árabes este tipo de plantas son importantes para la desalinización”.

“En términos tecnológicos es muy caro y se tendría que comprar ese tipo de tecnología a países árabes. Además de la capacitación de las personas, tenemos que pensar que no es en un corto plazo que se tendría una solución masiva”, agregó Flores Díaz.

Será insostenible el consumo de agua de la industria

Iván González Márquez consideró que “el enorme consumo de agua de la industria o de las megalópolis no se podrá sostener por mucho tiempo, y será uno de los factores, junto con la escasez de energía, el cambio climático y otros, que harán necesario reubicar a mucha población y reestructurar las economías de forma radical”.

El especialista no coincide con ingenieros y otros expertos que “te digan que sí es una solución (la desalinización), y que hay que invertir millones de dólares en ello”. Es lo que los ambientalistas, reitera, “conocemos como falsas soluciones”.  

Aunque acepta que a pequeña escala “se pueden encontrar experimentos interesantes pero es inviable que sea una solución a gran escala”.

Sarahí Gómez, coordinadora de investigación de la oficina Noroeste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C.(CEMDA) nos explicó que “en México desde hace varios años se lleva a cabo la obtención de agua dulce a través de la desalinización de agua de mar como alternativa para abastecer de agua a la población”.

“El mayor número de plantas desaladoras aquí en el país se encuentran en ambas penínsulas, en Baja California, donde hay el mayor número de desaladoras y en la Península de Yucatán”, agregó la especialista en temas ambientales.

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Pero no solo es quitar la sal… también se contamina

Ahora bien, al hablar de desalinización, señaló Sarahí Gómez  “no solo es quitar la sal y ya”. El proceso, además de costoso, es contaminante. Por ejemplo nos dice, “por cada litro de agua dulce que se obtiene también se genera litro y medio de ‘salmuera tóxica’, este desecho contiene una gran elevación de sal y termina siendo depositado ya sea en el mar o en la tierra, además de los químicos como cobre y cloro que se utilizan en el proceso de desalar”.

De hecho la Organización de las Naciones Unidas insistió que con la generación de “salmuera tóxica”, con el tiempo podría ser un problema difícil de resolver. 

“Se están desarrollando nuevas tecnologías para abordar estos problemas, pero mientras tanto es importante crear conciencia sobre las repercusiones de la desalinización”, dijo en 2021, Birguy Lamizana, experta en aguas residuales del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

¿Y en México?

Para la académica de la Universidad Iberoamericana, Adriana Flores Díaz “ya hay muchas zonas contaminadas en el mar con las enormes islas de basura. En el océano se han encontrado muchos microplásticos, hay que tener cuidado. Muchas playas en México se vigilan, por eso la Conagua y la Cofepris tratan de evitar la descarga de materia fecal”.

Además mencionó que “habría que mirar la tecnología para desalinizar y para ver que sea segura consumirla. Hay que explorar muchas opciones tecnológicas y ver cuál conviene más para cada región. A lo mejor en Baja California estaría cerca del traslado de agua a ciertas comunidades, pero pensar en traer agua de mar a la CDMX no es ni siquiera costeable”, finalizó.

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