Desde su fundación en 1929, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) había sido dominante en México al grado de que la alternancia tardó 60 años en empezar, cuando en 1989 el panista Ernesto Ruffo Appel ganó las elecciones para el gobierno del estado de Baja California.
Desde entonces, la diversidad de partidos se fue normalizando hasta llevar a la presidencia a un gobernante del Partido de Acción Nacional en dos ocasiones –Vicente Fox en el 2000 y Felipe Calderón en 2006– y a Morena en 2018. Además el PRI se ha desgastado mucho tras el controversial sexenio de Enrique Peña Nieto (2012 a 2018), nos explicó el politólogo Jorge Márquez.
Y no solo eso, sino que el Revolucionario Institucional cada vez tiene menor presencia. En las pasadas elecciones estatales del 5 de junio perdió la gubernatura de dos estados -Hidalgo y Oaxaca-, ganó en coalición con PAN y PRD los comicios en Aguascalientes y Durango; sumado a las administraciones que mantienen en Coahuila y Estado de México son cuatro demarcaciones que no le han sido arrebatadas, principalmente por Morena. ¿Pero en verdad el PRI está perdido?
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El politólogo Jorge Márquez nos explicó que el PRI está conformado principalmente por tres grupos políticos no necesariamente organizados.
El primer grupo es el que rodea a su dirigente nacional, Alejandro Moreno, y es uno de los más fuertes, nos explicó el especialista, porque consiste básicamente en los comités estatales, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), en los diputados que lograron ya colocar, el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, y el del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza.
Jorge Márquez no dijo que entre los dirigentes nacionales de los partidos líderes, Alejandro Moreno se destaca de sus homólogos del PRD Jesús Zambrano Grijalva y del PAN, Marko Cortés.
“Si de ellos tres va a salir un candidato a la presidencia de México en 2024, el que más se ve es Moreno. Incluso, el periódico El País, cuando ganó la dirigencia del PRI, dijo que era una especie de Peña Nieto: o sea, es un político que tiene fuerza, habla bien, es joven. Fue gobernador, está mucho más preparado que Marko Cortés, tiene más presencia”, detalló el politólogo.
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Jorge Márquez recordó que Alejandro Moreno fue un buen estratega al cambiar “prácticamente todas los dirigentes estatales del partido y poner jóvenes que lo han acompañado a lo largo de su trayectoria” y resaltó que, a diferencia del PAN que en 2021 perdió el registro en seis estados, el PRI no perdió el registro en ninguno.
“Esto te dice que tienen una idea de cómo distribuir los recursos, cómo moverse, de dar equilibrio regional al partido. Me parece notable que tengan 32 comités estatales porque el PAN no los tiene, por ejemplo”, acotó Márquez.
Márquez resaltó que Moreno tiene control de las dirigencias estatales, “porque él las puso. Y luego cambiaron los estatutos para centralizar más las tomas de decisiones y sobre todo la selección de candidatos y le ha funcionado bien”.
El segundo grupo de poder dentro del PRI es el de los gobernadores que terminan su mandato, que por lo general tienen “compromiso con Peña Nieto”, que fue quien los hizo gobernadores y que “se comportaron como Peña Nieto, es decir, la pura robadera”, dijo el politólogo.
“Y entonces están buscando salidas -cínicamente en muchos casos- de entregarle los gobiernos a Morena, entonces tú tienes ahí un segundo grupo de los que están todavía cubiertos con el paraguas del pacto de impunidad”, nos dijo el politólogo.
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Y hay un tercer grupo que está claramente asociado de gente muy vieja políticamente como el exgobernador de Oaxaca Ulises Ernesto Ruíz Ortíz; el exgobernador de Tabasco, Roberto Madrazo Pintado y Fernando Lerdo de Tejada, diputado local, federal y constituyente, exprocurador federal del Consumidor en el gobierno de Peña Nieto, explicó Jorge Márquez.
“Pero con este grupo hay que tener cuidado porque tienen vínculos fuertes”, nos dijo Márquez y detalló que es un grupo muy cercano al exsecretario de Gobernación de Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong.
Finalmente, el especialista aclaró que el único grupo dentro del PRI realmente organizado con recursos, proyectos y liderazgo es el de Moreno, pero tienen un reto importante para recuperar por lo menos una parte de la fuerza que lo caracterizó durante décadas, ya que durante el sexenio pasado fueron tantas las traiciones que el partido se fue desmoronando uno a uno bajo el lema de “sálvese quien pueda”.
Ante los resultados del pasado domingo 5 de junio, habrá que ver si el grupo de Alejandro Moreno logra quedarse con el control de un partido cada vez más debilitado o si alguno de los otros liderazgos decide hacerle frente.
