La lucha histórica de las mujeres indígenas mexicanas por sus derechos fundamentales

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Por Margarita Solano y Sandra Morales 

Zenaida entendió desde jovencita -y a la mala- lo complejo de ser mujer, ser indígena y ser pobre en México

Tenía 14 o 15 años de edad el día en que salió por primera vez de su comunidad en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, rumbo a la capital del estado porque quería estudiar. Acompañada de una maestra de secundaria, fueron juntas a una oficina de gobierno donde ofrecían apoyos para estudiantes.

—Oiga, esta muchacha viene del campo, de la comunidad, es pobre, queremos saber de becas para que ella pueda continuar sus estudios, explicó la maestra a la funcionaria.  

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Zenaida Pérez Gutiérrez, representante de la Asamblea Nacional Política de las Mujeres Indígenas (ANPMI) FOTO: Cortesía.

Pues si es pobre y es indígena ¿qué hace aquí? Debió quedarse en su comunidad, respondió la servidora pública desde su escritorio.

En la adolescencia, Zenaida cuestionó qué lugares son permitidos para las mujeres indígenas mexicanas. “Entonces la indígena se tiene que quedar en su pueblo y si sale, que salga a vender artesanías pero no a estudiar, no a dirigir procesos, movimientos”, reflexiona. 

A décadas de distancia de lo ocurrido y en el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, Zenaida Pérez Gutiérrez, mujer de la étnia ayuujk de Tlahuitoltepec y representante de la Asamblea Nacional Política de las Mujeres Indígenas (ANPMI), le exige al presidente Andrés Manuel López Obrador que envié al Congreso de la Unión la iniciativa de Reforma Indígena y Afromexicana que se le entregó hace cinco años. 

Todos los 5 de septiembre con el Día de la Mujer Indígena, se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena, la resistencia y lucha de estas mujeres en su búsqueda de igualdad de derechos, justicia social y reconocimiento de sus culturas y tradiciones. Además se rinde un homenaje a su presencia a nivel mundial y dentro de cada país. 

Para la ANPMI, la fecha instaurada en el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Bolivia en el año de 1983, es un motivo para recordar la deuda histórica  por sus derechos fundamentales desde la conquista de los españoles hasta nuestros días.

Todo esto ocurre en un país donde 23.2 millones de personas de tres años y más se autoidentifican indígenas, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Las demandas de las mujeres indígenas que el presidente se llevó 

La transmisión de sus lenguas ancestrales de generación en generación, la preservación de sus territorios, así como darle fin a las prácticas racistas y patriarcales que muchas veces van de la mano, y el abandono del Estado son parte de las luchas que reivindican las mujeres indígenas. 

Con la llegada de un nuevo gobierno muchas mujeres y hombres indígenas tenían la esperanza de ser escuchados en sus luchas y demandas por el nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. 

La ANPMI entregó al presidente de México una iniciativa de ley para reconocer sus derechos y, entre otras demandas, el organismo resume en nueve puntos claves la propuesta que  sigue en el tintero.

FOTO: CUARTOSCURO.

El primer pendiente legislativo es reconocer a las mujeres indígenas como sujetas de derecho y garantizar su participación política en todos los ámbitos y espacios de toma de decisiones. 

Desde el año 2014, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación observó la falta de cumplimiento efectivo de los derechos de las mujeres indígenas “debido a la escasa participación política de las mujeres indígenas en las asambleas comunitarias, en los ayuntamientos, en las asambleas legislativas locales, y en general, en los puestos de decisión”. 

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La ausencia de estadística es otro pendiente urgente señalado en la iniciativa de ley. Urge generar datos desagregados por condición étnica y de género que indiquen la problemática de desigualdad para dar soluciones pertinentes. Al respecto, Zenaida explica en entrevista, que actualmente las cifras de delitos como los feminicidios, no dicen cuántas de esas mujeres son de comunidades indígenas. 

El tercer pendiente es crear un programa nacional con presupuesto etiquetado y progresivo que incentive la participación de mujeres indígenas en todos los espacios. Los presidentes dicen “viva su folklore, su cultura, pero en reconocimiento como sujetos de derecho, como colectividades que forman parte de esta nación, pues no se ha podido dar este reconocimiento jurídico legal”, lamenta Zenaida.

Por otro lado, la iniciativa de ley “que se quedó en el ámbito jurídico de presidencia”, precisa Zenaida, propone llevar a cabo acciones que generen reconocimiento y valor al aporte de las mujeres indígenas como la creación del Premio Nacional de las Mujeres Indígenas Defensoras y revisar la legislación agraria para incorporar el derecho de las mujeres indígenas al acceso a la tierra

Sin intérpretes ante la justicia

Zenaida habla mixe-zoque, una familia lingüística indígena del occidente de Chiapas, el istmo de Tehuantepec y la sierra de Juárez, ubicada al norte del estado de Oaxaca. Como especialista y defensora de los derechos de las mujeres indígenas y afromexicanas, de las juventudes y de los pueblos indígenas, la líder social viaja regularmente a la Ciudad de México hasta donde el racismo la alcanza. 

“Cuando viajo en el Metro con mi mamá platicamos en mixe y aunque no te digan nada, sólo se te quedan viendo pero con un desdén” cuenta en entrevista para Cuestione y hace una reflexión sobre las expresiones del racismo. 

FOTO:CUARTOSCURO.

“No todo el racismo se expresa agrediendo, golpeando y gritando de frente. Las miradas despectivas también son sinónimo de desconfianza, dicen que no te acerques mucho, que te alejes un poquito más”.

Según el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, 7,364,645 personas de tres años y más hablan alguna lengua indígena en México y el 51.4% es mujer como Zenaida. Los principales estados de habla indígena son Oaxaca, Chiapas, Yucatán y Guerrero, donde se concentra el 50.5% del total y los idiomas principales son el náhuatl, maya y el tzotzil con 22.4%, 10.5% y 8% de hablantes respectivamente.

Por eso, el sexto punto relevante de la iniciativa de reforma indígena y afrodescendiente propone fortalecer, promover y garantizar los derechos lingüísticos en México y asegurar el derecho a la traducción e interpretación en todos los espacios públicos. 

Cuando Marcelo Ebrard era jefe de Gobierno de la Ciudad de México entre los años 2006-2012, fue el primero en promover que todos los documentos oficiales se escribieran en español y en náhuatl y expresó su deseo de oir la lengua azteca entre los funcionarios de su gobierno.

El entonces alcalde capitalino, pidió incluir la enseñanza obligatoria del náhuatl en los planes de estudios de educación básica y superior en la Ciudad de México, pero sus sucesores Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheinbaum, parecen haber olvidado esta disposición e incluso se ha eliminado la materia de lengua náhuatl en algunas escuelas.

Hoy día, si una mujer indígena tiene un proceso con la justicia y no habla español, está en serios problemas. 

“Si nosotras no hablamos el español se nos va a dificultar y hay que estar buscando quién nos pueda traducir o interpretar cuando se supone que hay una ley nacional también que reconoce que no nuestro idioma también es un idioma nacional como el español y por ende, las instituciones tendrían la obligación de atendernos en nuestros idiomas propios, lo cual no sucede”, agrega la defensora de derechos humanos que ha trabajado en colectivas, organizaciones e instituciones aportando la mirada interseccional y multidimensional de las mujeres indígenas.

Más casas de la mujer indígena

CAMI es la abreviatura de las Casas de la Mujer Indígena o Afromexicana y constituyen una herramienta para el acceso a los derechos de las mujeres indígenas y afromexicanas desde el gobierno federal. 

Hasta el año 2020, habían 35 CAMI en México, un espacio donde mujeres indígenas y/o afromexicanas brindan atención con pertinencia cultural, perspectiva de género y derechos humanos en las vertientes de derechos de las mujeres, prevención de violencia contra las mujeres, derechos sexuales y reproductivos.

La ANPMI propone dentro de su iniciativa de ley, potenciar el modelo de las Casas de la Mujer Indígena, como una política pública exitosa en la prestación de servicios a esta población. 

Como se menciona en un folleto de las  Mujeres Indígenas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, las mujeres indígenas enfrentan desafíos únicos porque a menudo están marginadas tanto por su género como por su origen étnico. 

Sus luchas están cruzadas por una interseccionalidad de diversos factores y son víctimas de violencia como los conflictos armados y la militarización, la violencia doméstica, el racismo, la violencia de género, así como los movimientos migratorios.Con muchos factores en contra, las indígenas mexicanas han desempeñado un papel fundamental en la preservación de sus culturas, la protección de sus territorios y la promoción de la equidad de género dentro de sus comunidades. El reconocimiento y atención de sus demandas es esencial para lograr un México más justo y equitativo para todas y todos.

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