Menstruación digna para las estudiantes, otro gran rezago en la justicia social

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Aunque ya tenemos algunos años hablando de la importancia de garantizar una menstruación digna para las niñas y adolescentes en México, los pasos que se han dado han sido pocos y lentos, a pesar de que es un tema que promueve el ausentismo en las escuelas, el rezago educativo y, en peores casos, la deserción escolar.

Un comunicado de la organización Mexicanos Primero, que defiende el derecho a la educación en nuestro país, indica que aunque 15 estados de la República modificaron sus leyes para visibilizar la menstruación y existe una mayor claridad sobre este proceso natural en los libros de texto escolares, aún quedan muchos retos por superar, como que en 17 estados aún no se aborda el tema.

Se ha hablado constantemente de que la gestión menstrual es un tema de derechos humanos porque tiene que ver con la igualdad de género, derecho al agua y saneamiento, a la salud, a la educación y a la participación. Aún así en México, de acuerdo con la Unicef, el 43% de las estudiantes en periodo menstrual prefiere no ir a la escuela -es decir, no toman clases por lo menos uno o dos días al mes.

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Y las razones son varias: estigmas, falta de agua y jabón en las escuelas, miedo a manchar la ropa y recibir bullying por parte de los compañeros así como falta de insumos, es decir, que las niñas y adolescentes no tienen dinero para comprar toallas sanitarias, tampones u otros más ecológicos como las copas menstruales y las compresas reusables.

La pobreza menstrual es uno de los principales temas que se abordan en el cuadernillo Menstruar en la Escuela que publicó Mexicanos Primero en colaboración con Fundación Femmex y la asociación Aprender Primero una organización que busca defender el derecho a la educación, para exponer los principales desafíos que enfrentan las mujeres para permanecer en la escuela.

Los insumos son importantes, pero no es todo 

En Menstruar en la Escuela, el cuadernillo que está disponible en el sitio web de Mexicanos Primero, advierten que para abordar el tema de la correcta gestión menstrual es necesario ir más allá que entregar insumos sanitarios a las estudiantes, “implica tener en cuenta las intersecciones de infraestructura, salud, pobreza y género”, indica.

Que las niñas y adolescentes tengan toallas, tampones, compresas reusables, copas menstruales u otro insumo para la gestión menstrual se vuelve muy complicado cuando provienen de familias de escasos recursos y no se los proveen en los centros educativos.

Esto se debe a que a pesar de que en 2022 se eliminó el llamado “impuesto rosa” -que, como te contamos en esta nota, encarecía los productos destinados a las mujeres- la inversión en productos de higiene menstrual sigue siendo relevante si pensamos que, en promedio, cada mujer menstruará alrededor de 528 veces a lo largo de su vida.

En 2023, en México había más de 64,000,000 de mujeres en edad reproductiva que gastan anualmente entre $425 y $1,220 pesos en productos de higiene menstrual. En edad escolar hay alrededor de 18,200,000 de niñas y adolescentes que requieren de insumos sanitarios.

Para poner en perspectiva la problemática, según datos de la Unicef, en México el 30% de niñas y adolescentes usa papel higiénico en vez de toallas sanitarias; el 73% de ellas se lava las manos sin jabón y el 66% considera como sucios los baños de sus escuelas.

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Este es el otro lado del problema, no basta con que se proporcionen los insumos de gestión menstrual a las estudiantes, sino que se debe garantizar que los servicios sanitarios cuenten con agua, papel higiénico, jabón y depósitos para los residuos.

En el ciclo escolar 2020-2021, de acuerdo con los Indicadores nacionales de la mejora continua de la educación en México 2022 de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), solo el 61.7% de las primarias y 65.5% de las secundarias del país contaban con los cuatro servicios básicos: electricidad, agua potable, servicio de lavado de manos y sanitarios.

Un avance importante en educación

Uno de los hallazgos más prometedores que se plasman en Menstruar en la Escuela tiene que ver con el contenido de los textos gratuitos para el ciclo 2023-2024 que, como te contamos en esta nota, fueron muy polémicos. Los nuevos libros de texto abordan de manera más clara el proceso biológico de la menstruación y “se destacan por estar dirigido no solo a las y los alumnos, sino también a los maestros y familia”, indica el cuadernillo. 

Uno de los párrafos del libro de texto Nuestros Saberes de cuarto año explica el proceso de esta manera: “menstruación es un sangrado vaginal normal causado por la salida del recubrimiento del útero cuando no existe un óvulo fecundado. El útero tiene un recubrimiento que se agranda para prepararse para un posible embarazo y cuando éste no se da, el recubrimiento del útero se desprende y sale en forma de sangrado. Este proceso se repite cada mes”.

También explica qué es un ciclo menstrual como “el proceso que se da cada mes en las mujeres gracias a la producción de hormonas femeninas”; qué es un calendario menstrual y cómo utilizarlo y aborda los temas de los cambios físicos que experimentan los pre adolescentes en esta etapa de su vida: crecimiento de vello facial y/o púbico, cambio de voz, crecimiento de los senos, aumento de musculatura, reorganización de la grasa corporal, entre otros.

Incluso en el libro Proyectos en el aula de sexto grado se presenta una actividad para elaborar toallas sanitarias de tela y en otra lección, también para alumnos de sexto grado, titulada La menstruación en el mundo, se explica cómo se llegó a la estigmatización de la menstruación a través del miedo y el desconocimiento.

Las organizaciones que elaboraron este cuadernillo advierten que aunque es un avance importante que la información esté presente en los contenidos educativos, se tiene que poner especial atención en la capacitación de las y los docentes que imparten estos temas, así como el acompañamiento desde casa para evitar estigmas, bromas u otro comportamiento que puede echar para atrás este pequeño logro.

Al final, la menstruación es un proceso natural con el que tenemos que armonizar y que no puede seguir siendo un impedimento para la educación de las niñas y adolescentes. Queda mucho por hacer, prioritariamente que lo más básico, como proveer de insumos y servicios básicos, sea resuelto a la brevedad. 

¿Qué hace falta para que las instancias competentes apuren el paso?

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