Rosario Piedra a la CNDH, la elección incómoda

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¡Fraude!, ¡fraude!, ¡fraude! Esas fueron las consignas que acompañaron la toma de protesta de María Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), un organismo encargado de defender a la ciudadanía de los abusos que pudieran cometer las autoridades. 

Pese a las pancartas que decían “No al fraude en la CNDH” y en medio de jalones entre legisladores, la presidenta del Senado, Mónica Fernández, le tomó protesta a Piedra Ibarra, quien -con una voz prácticamente inaudible por los gritos de la oposición- dijo una y otra vez: ¡protesto!

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¿Quién es Rosario Piedra? ¿Por qué tanto alboroto?

María del Rosario Piedra Ibarra es la primera mujer en convertirse en titular de la CNDH, un organismo autónomo y descentralizado del gobierno federal encargado de investigar y señalar a las autoridades por abusos contra la ciudadanía. 

La nueva titular de la CNDH es hija de la activista Rosario Ibarra de Piedra, líder en la década de los 70 del movimiento de familias en busca de sus hijas e hijos desaparecidos forzadamente tras la llamada Guerra Sucia y primera mujer en ser candidata a la presidencia de México.

Rosario Piedra es licenciada en psicología por la Universidad Autónoma de Nuevo León y maestra en psicopedagogía por la Escuela de Ciencias de la Educación. 

También fue candidata para diputada federal por Morena en 2018 y, hasta el día de la toma de protesta como titular de la CNDH, se desempeñó como secretaria de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido, de acuerdo con Aristeguinoticias

Es decir, es militante del partido del presidente, de quien también es allegada.

¿Los deseos de AMLO son órdenes? 

Rosario Ibarra de Piedra, madre de Rosario Piedra, ha sido una de las mujeres más reconocidas por Andrés Manuel López Obrador desde su campaña. De hecho, el pasado 23 de octubre, el Senado le entregó la medalla Belisario Domínguez (para ciudadanas y ciudadanos eminentes), pero en sustitución de la activista la recibió su hija, quien leyó el discurso de su madre y dejó la presea en custodia del mandatario federal. 

Luego de eso, Rosario Piedra apareció en la terna que enviaron las Comisiones Unidas de Derechos Humanos y Justicia del Senado al pleno. Sus contrincantes eran el excomisionado de la CNDH, José de Jesús Orozco Henríquez, y el extitular de la defensoría de los derechos humanos en Oaxaca, Arturo de Jesús Peimbert Calvo. 

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En su conferencia matutina del 6 de noviembre, López Obrador fue claro al decir que entre la y los candidatos para estar al frente del organismo nacional se inclinaba por una víctima, una persona que hubiera padecido en carne propia las violaciones a los derechos humanos, pero la única con ese perfil en la terna era Piedra Ibarra. 

La bancada morenista también defendió esta elección con el argumento de que Piedra es ideal para el cargo por su trayectoria como integrante del movimiento de víctimas en México; sin embargo, al ser cuestionada por la prensa sobre el asesinato a periodistas ella respondió: “¿han asesinado a periodistas? Mire yo he visto todo lo que pasó en los sexenios anteriores y es algo terrible”.

El presunto fraude

Piedra cumplía con todos los requisitos que pide el Senado para ser elegible, como ser mexicana por nacimiento, gozar del pleno ejercicio de sus derechos civiles y políticos, ser mayor a 35 años y tener experiencia en materia de derechos humanos. 

La candidata obtuvo 76 votos a favor, la mayoría de Morena. El problema fue el conteo de la votación: se registró un total de 116 votos en la urna, pero al final sólo se contabilizaron 114 votos.

Esos dos votos de diferencia importan porque para ganar, la candidata debía tener las dos terceras partes del total de votos emitidos. Eso quiere decir que, si fueron 116 votaciones emitidas, tendría que haber contado con 78 votos a favor; pero si fueron 114, entonces sólo necesitaba 76 votos. 

La presidenta del Senado explicó en conferencia de prensa la situación: fueron 114, pero la cifra de 116 pudo deberse a hojas en blanco o sobres que hayan sido depositados en las urnas.

De haber repuesto inmediatamente esa votación, como también propuso el senador Ricardo Monreal y la bancada panista, Piedra Ibarra hubiera seguido en la terna con la posibilidad de ser elegida, pero lo que al final encendió los ánimos fue la negativa del pleno del Senado de rehacer el proceso. 

¿Por qué importa la legitimidad de este nombramiento?

La CNDH es un organismo federal que goza de autonomía plena, lo que significa que su autonomía de gestión, presupuestaria, patrimonio y personalidad jurídica es explícita en la Constitución.

Esto porque, como vigilante del actuar de las y los servidores públicos, se requiere que la persona a cargo actúe con imparcialidad frente a todos los poderes y niveles de gobierno. 

El anterior ombudspersonLuis Raúl González, fue criticado en administraciones pasadas por haber callado o no haber sido contundente en señalar varias violaciones de derechos humanos.  

Incluso, durante las mesas recientes convirtió a la CNDH en un enemigo incómodo de Andrés Manuel López Obrador al señalar que el presidente se negó (por primera vez en la historia) a asistir a la entrega del informe de la dependencia.

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Desde entonces, López Obrador no bajó de “hipócrita” y “poca autoridad moral” al titular de la CNDH, por eso llama la atención que Morena haya defendido la posibilidad de que una militante de ese partido sea la nueva titular de esa dependencia.

Rosario Piedra inició este 12 de noviembre su mandato con una legitimidad ampliamente cuestionada entre las bancadas opositoras y entre la sociedad civil que hasta impulsó en redes sociales el hashtag #CNDHAutónoma.

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