Desde las zonas rurales hasta los centros urbanos, el trabajo infantil sigue presente todos los días. En México, más de 3.7 millones de niños, niñas y adolescentes se dedican a una actividad económica, aunque no siempre de manera remunerada.
Dicha cifra viene de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022 y representa el 13% del total de la población de entre 5 y 17 años de edad México.
Pero antes de continuar con más datos, hay que aclarar qué es trabajo infantil. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es aquel que priva a la niñez de “su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”.
Es todo aquel trabajo que “es peligroso y perjudicial” para su bienestar “físico, mental o moral”. También es el que les impide “asistir a clases, les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado”.
Quizás quieras leer: En México es urgente visibilizar y dejar de normalizar el trabajo infantil
Es decir, cuando las actividades que realiza le imposibilitan ir a la escuela, alimentarse bien, tener tiempo de juego y descanso, si es necesario que lo haga para el sostenimiento económico propio o de la familia, es trabajo infantil.
A nivel mundial, más de 160 millones de niños, niñas y adolescente se encuentran en situación de trabajo infantil. De ese universo, 79 millones realizan trabajos peligrosos, según estimaciones de la OIT.
La pandemia de COVID-19 revirtió los avances logrados en todos los países. Entre 2016 y 2020, la cifra aumentó de 151 millones a 160 millones. Este incremento contrasta con la tendencia positiva reportada por la OIT desde el año 2000, donde se observaba una reducción cada cuatro años.
En México, la ENTI de 2019 reportó a 3.3 millones de personas entre 5 y 17 años trabajando. Una pandemia después, 462,472 niños, niñas y adolescentes se sumaron al trabajo infantil, para rebasar la cifra de 3.7 millones en esa condición.
Quizás quieras leer: Aumento del trabajo infantil, otro daño colateral por COVID-19
Medidas para erradicar el trabajo infantil
En octubre de 2023, en Mérida, Yucatán, autoridades laborales federales y estatales firmaron el Pacto del Mayab. Se trata de un convenio para coordinar acciones para erradicar el trabajo infantil, liderado por la la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y la OIT, a través del proyecto AccioNNAr.
Durante el evento, Alejandro Salafranca, titular de la Unidad de Trabajo Digno, anunció que en Plan Anual de Inspección para el año 2024 incluiría 2,000 visitas enfocadas a identificar trabajo infantil. La STPS plantea abordar este problema “desde una visión multidisciplinaria”, señaló la dependencia a esta reportera mediante una solicitud de información.
Una de las medidas, señaló, es “retirar a las Niñas, Niños y Adolescentes del trabajo infantil, ya sea por no cumplir con la edad permitida para acceder al empleo o por desempeñar labores consideradas peligrosas o insalubres”.
Lo anterior, “representa fortalecer la aplicación eficaz y efectiva de las leyes, reglamentos y políticas nacionales mediante el reforzamiento de la capacidad de la inspección del trabajo y la intervención de otras autoridades competentes para garantizar las labores de investigación, prevención y reparación del daño causado” a esa población.
La secretaría “considera que la mejor forma de erradicar el trabajo infantil es a través de la implementación de inspecciones transversales que permitan prevenir y erradicar el trabajo infantil y vigilar el trabajo adolescente permitido”.
Sin embargo, hasta el momento no se ha reportado algún resultado.
Quizás quieras leer: Trabajo infantil: una realidad invisible que debes conocer
Cifras de trabajo infantil en México
En México y el mundo, hay más niños y adolescentes varones en condiciones de trabajo infantil. Para el caso de nuestro país, de más de 3.7 millones de personas de entre 5 y 17 años que se ven orilladas a trabajar, 2.2 millones son niños y 1.5 son niñas.
La entidad con mayor población en trabajo infantil es Guerrero. En aquel estado del sur, el 24.5% de sus niños, niñas y adolescentes tienen que laborar, según la ENTI.
Chiapas (21%) ocupa el segundo lugar, Nayarit (19%) es la tercera entidad con más trabajo infantil. Oaxaca (18.5%) y Michoacán (18%) son el cuarto y quinto sitio.
Por el contrario, la Ciudad de México, con 4% de su población infante y adolescente laborando, es la entidad que tiene los índices más bajos de este problema.
“La mayor parte del trabajo infantil –tanto entre los niños como entre las niñas– se concentra en la agricultura” en todas las regiones, según el reporte Trabajo Infantil. Estimaciones Mundiales 2020, Tendencias y el Camino a Seguir, de la OIT.
Y en México es la misma situación. El 33% de las niñas, niños y adolescentes trabajando laboran en el sector agropecuario. La Industria manufacturera, extractiva, electricidad, gas y agua es la segunda que más utiliza la fuerza de trabajo de esta población. En ella trabajan el 12.5% del total.
Cuando se indagó sobre los motivos por los que trabajan, la mayor parte (31.5%) dijo que es “por gusto o solo por ayudar“. Esta respuesta fue la más alta entre niños y niñas, pero en el caso de ella el porcentaje se eleva hasta 37%.
La segunda razón más señalada resulta preocupante. El 22% dijo que trabaja “para pagar su escuela y/o sus propios gastos”. De manera desagregada por género, el 21.7% de los niños mencionó esto y el 25% de las niñas lo señaló como el principal motivo para laborar.
Por ello, la OIT recomienda “extender la protección social para los niños y sus familias, con el objetivo de mitigar la pobreza y la incertidumbre económica” que provocan este problema.
Es urgente también, dice el organismo internacional, “garantizar una educación gratuita y de buena calidad al menos hasta la edad mínima de admisión al empleo”.
Y, por supuesto, “promover el trabajo decente” para que las personas adultas cuenten con ingresos suficientes. Particularmente quienes están a cargo de infantes y adolescentes. Se debe poner “énfasis en los trabajadores de la economía informal, a fin de que las familias no recurran al trabajo infantil impulsado por la pobreza”.
