“Por supuesto lo que nosotros queremos es la consolidación de la Guardia Nacional y por cierto, estoy de acuerdo de que el mando de la Guardia Nacional esté en la Sedena, que es diferente a que el mando de la Guardia sea del Ejército. Es distinto, el Ejército que la Secretaría de la Defensa Nacional, es un comandante distinto, pero se aprovechan instalaciones de la Secretaría de la Defensa, se aprovecha la disciplina de la Secretaría de la Defensa Nacional”, dijo Claudia Sheinbaum, candidata a la presidencia de México por Morena en conferencia de prensa en Morelia, Michoacán.
Esta frase es engañosa en muchos aspectos, te contamos por qué.
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Peras con manzanas: ¿La Guardia Nacional está militarizada?
Desde su formación, la Guardia Nacional estableció que su líder sea un general, lo que implica que no puede ser un civil, y sus miembros son militares formados por la Secretaría de la Defensa Nacional.
El actual comandante de la Guardia Nacional es el comisario general, David Córdova Campos, un general de División Diplomado de Estado Mayor retirado, con Maestría en Administración Militar para la Seguridad y Defensa Nacionales, egresado del Colegio de la Defensa Nacional.
A pesar de esto, Claudia Sheinbaum y otros representantes de Morena sostienen que México no está militarizado, argumentando que los miembros de la Guardia Nacional están capacitados en seguridad pública en lugar de guerra.
Por ejemplo, Renata Turrent, la coordinadora de “enlace con Diálogos por la Transformación” de la campaña de Sheinbaum, y Arturo Zaldívar, también del equipo de Sheinbaum, han defendido que la Guardia no está militarizada, señalando que “sus funciones y formación se centran en la seguridad ciudadana”. Otra frase engañosa.
Aunque en la Constitución se instituyó a la Guardia Nacional como una corporación de carácter civil, en los hechos se ha desarrollado como una institución militar. Ocho de cada 10 de sus integrantes provienen de las Fuerzas Armadas (Sedena y Semar), de acuerdo con un estudio de la Dirección General de Difusión y Publicaciones del Instituto Belisario Domínguez del propio Senado de la República.
Colgándose de la reforma del presidente
En la campaña hemos visto a Sheinbaum “continuar” con el discurso de López Obrador. Por ejemplo, respaldó recientemente en Michoacán la propuesta de integrar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, según lo propuesto por una reforma constitucional enviada por el presidente.
¿Entonces sí apoya o no la militarización? Aunque es cierto que la Sedena es una secretaría de Estado está integrada por militares, está encargado de la justicia militar, la Ley Orgánica del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos establece que el titular de Sedena debe ser un general del Ejército.
Aunque Sheinbaum sugiere que esto no implica que la Guardia esté bajo control del Ejército, la iniciativa presidencial indica lo contrario: mientras no haya un miembro de la Guardia con jerarquía de General de División, un militar del Ejército ocupará el cargo.
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Es lo mismo pero no es igual
Recordemos que esa propuesta ya fue desechada una vez, cuando el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazó las modificaciones a la Ley de la Guardia Nacional, al considerar que en la Constitución se establecía que la Guardia Nacional debe ser un ente civil adscrito a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), y no a Sedena.
Aún así, Sheinbaum agregó “El Ejército y la Fuerza Aérea son parte de Sedena y constituyen la mayoría absoluta del personal que administra la Secretaría. Esta dependencia básicamente está dedicada a la administración de la Fuerza Armada”, agregó.
Sin embargo, esta afirmación es al menos engañosa cuando se considera la composición de la Guardia y las funciones de las Fuerzas Armadas. Este discurso se inserta en una estrategia gubernamental que poco a poco ha transferido numerosas responsabilidades civiles a militares, como la gestión de aeropuertos, aduanas y construcción de obras.
Es engañoso decir que la Guardia Nacional no sería militar por el simple hecho de depender directamente la Sedena, sería como decir que el Ejército, que también depende de Sedena, tampoco es una Fuerza Armada.
