Vacunarse contra COVID-19, una libertad personal pero también una responsabilidad social (y todo lo que hizo mal Djokovic)

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El tenista serbio Novak Djokovic, ganador de 20 torneos de Grand Slam, perdió este domingo la batalla legal en contra de su deportación de Australia. Su presencia en un país donde se reportan 2,673 muertes por coronavirus y 1,726,116 contagios,  fue considerada por el gobierno como “un riesgo para la salud” por no vacunarse contra la COVID-19.

El Tribunal Federal Australiano desestimó el recurso de apelación presentado por el equipo legal del tenista serbio para intentar revocar la orden de cancelación del visado del número 1 del mundo del tenis.

La decisión fue tomada de manera unánime por los tres jueces, que han decidido seguir adelante con la deportación del serbio. Una decisión que puso punto y final a un caso que se abrió el pasado 6 de enero, cuando las autoridades fronterizas de ese país decidieron cancelar la visa de Djokovic por fallos en la documentación presentada para poder viajar a Australia a disputar el primer Grand Slam de la temporada.

El conflicto tomó una nueva dimensión cuando Novak Djokovic llegó a Australia. Ya con cientos de críticas a lo largo y ancho de Internet, al entregar su documentación para el ingreso al país las autoridades de migración detectaron un error administrativo en su solicitud de visado.

Sosteniendo que el tipo de visa que él tenía no permite el ingreso de extranjeros que no están vacunados, el comunicado difundido por la Fuerza Fronteriza de Australia dice: “El señor Djokovic no proporcionó las pruebas adecuadas para cumplir con los requisitos de entrada a Australia y su visa fue cancelada”.

Y en México… 

La Secretaría de Salud reportó el sábado 227 muertes y 47 mil 113 nuevos contagios de COVID-19, en 24 horas. Ante este escenario, aún es válido preguntarse: ¿vacunarse o no hacerlo? 

En la CDMX se dio a conocer que  8 de cada 10 hospitalizados por coronavirus no están inmunizados. En León son el 76%; en Puebla el 93% de los pacientes graves no se vacunó y en Durango es el 50%.

Para el doctor Israel León Pedroza, académico del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la UNAM, “vacunarse es una libertad personal, no lo podemos negar”, pero, “es muy importante que usemos esa libertad en responsabilidad propia y de los demás”.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus ha repetido que “las vacunas salvan vidas” aunque reconoció que “no evitan totalmente el contagio de la COVID-19”. Por su parte, León Pedroza nos señala que si una persona inmunizada se contagia, “la carga viral que se genera es mucho más baja y disminuyen los riesgos ante variantes como las que conocemos: Delta y Ómicron”.

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A quiénes afecta el no vacunarse

“El tema de las consecuencias de los no vacunados hacia los demás: aplicarse o no la vacuna parece ser un problema de índole personal, un tema que atañe a la libertad, pero esto es una falacia”, considera el doctor Felipe Gaytán Alcalá, investigador de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de La Salle. “En realidad es un tema de responsabilidad pública y de respeto cívico”.

El pasado 14 de enero un grupo antivacunas se manifestó frente a Palacio Nacional. Entre sus exigencias están que el uso del cubrebocas y las vacunas “no sean obligatorias”. Aseguran que estas medidas violentan los derechos humanos. “Nos quieren someter y están destruyendo nuestros cerebros”, decían.     

“Es cierto que la libertad es de las personas que no se vacunan pero su libertad termina donde comienza el derecho a la salud de los demás”, explica el académico de La Salle. “Es entonces una cuestión de seguridad y no de libertad”. Y agrega que “los no vacunados pueden esgrimir mil razones pero no pueden pasar por alto el peligro que representan de contagiar a otros”.

Gaytán Alcalá explica que en “el pasado la ignorancia era colectiva y derivada de situaciones políticas y sociales de dominación”; hoy, nos puntualiza “es una elección individual y de creencias antes que argumentos”.

Existen afectaciones por no vacunarse y riesgos. “Es entonces que las consecuencias para los demás es no sólo el riesgo del contagio, sino la incapacidad de ser empáticos con los problemas comunes de todos”, explica el académico.

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La importancia de las inmunizaciones

El doctor León Pedroza enfatiza que “estar vacunado ayuda a que disminuya la circulación del virus”. En su exposición nos recuerda otro factor de importancia, “el fenómeno que conocemos como inmunidad de rebaño”, es decir, “si hay alguna persona que no pudiera recibir una dosis por alguna circunstancia, como alguna alergia, esta persona queda protegida”.

El experto expone que el entorno de estas personas se ve favorecido por los inmunizados. Esto “forma parte de la responsabilidad social”.

¿Llegará a existir un punto medio para evitar que los no vacunados sean factor de riesgo y contagio?

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