Pandemia reveló polarización y falta de medios especializados en ciencia o salud

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Durante los últimos dos años la pandemia se convirtió en otro tema de polarización entre las y los mexicanos, de acuerdo con el doctor en comunicación de la UNAM Alejandro Byrd Orozco, en parte porque los medios de comunicación se dividieron en frentes políticos.

“Hay más paja que sustancia. Se ha usado cualquier fenómeno para exacerbar las polarizaciones, como si el papel de los medios, en lugar de ser precisamente un punto medio, fuera orillar la opinión popular hacia a una tendencia u otra”, dijo Byrd Orozco. 

Por su parte, la doctora Alma Rosa Alva de la Selva, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, considera que la pandemia reveló muchas necesidades en el país, incluyendo la falta de periodismo científico.

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La polarización

La doctora Alva de la Selva nos explicó que se trata de un círculo vicioso: los medios de comunicación sobreviven gracias a la polarización que ya existe en el país y al mismo tiempo contribuyen a que se provoquen opiniones encontradas.

Con la llegada de la pandemia y en un contexto de redes sociales digitales, esto se exacerbó al grado de abrir dos frentes prácticamente por cualquier medida, lo cual al mismo tiempo fue benéfico para los medios, sobre todo digitales, porque estas polémicas se convirtieron en clics. 

“Ahora tenemos espacios de difusión instantáneos en tiempo real que, yo creo, obedecen a un impulso inmediato también para informar con poca reflexión o con poca investigación”, dijo.

Por otro lado, la experta agregó que existen medios que “confunden la información con su propia opinión”, lo cual es un tema delicado porque atenta contra el derecho de las audiencias, el cual es reconocido en México.

A pesar de que se busque ofrecer información con bases científicas, esto se puede prestar a tantas interpretaciones que “muchas veces las opiniones están permeadas por un elemento político”, lo cual “tiene un impacto desinformador y sesgado”.

“La ciencia tendría que tener la batuta, sin embargo la población acaba confundida por errores o distorsiones de la función periodística. El precio que podríamos pagar es muy caro, incluso se puede caer en situaciones de pánico”, concluyó Alva de la Selva.

Por su parte, Alejandro Byrd Orozco, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, nos explicó que en cualquier otra época hubiera existido este tipo de división de opiniones, pero ahora lo experimentamos en tiempo real.

“Un fenómeno como el de la pandemia que vivimos implica debate, por lo tanto se hubiese prestado a polarizarse en cualquier época. Lo hace más en ésta por las redes a las que estamos híper conectadas y conectados”, aseguró.

Y agregó que esta mayor exposición a medios masivos como a las redes socio digitales, nos mete en una especie de “psicodrama” –una terapia de grupo para explorar el interior de cada uno con técnicas de teatro– donde lo más importante es seguir el hilo del teléfono descompuesto y las voces de la calle, o donde es más importante saber cuántas muertes hubo hoy.

Este cóctel, “lejos de ser benéfico, nos hace caer mucho más en la cizaña que en el trigo. Hay mucho más paja que sustancia y para colmo de este lado, como audiencia, no discriminamos la información”, aseguró el experto.

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Crisis en los medios

Para la doctora Alma Rosa Alva de la Selva, la pandemia también reveló que el país carece de periodismo especializado en salud, así como de medios que se hayan ganado tener autoridad en la materia. 

“No tenemos un periodismo especializado en la salud. En México es un área que no se explora lo suficiente o es muy escaso. Y esa ausencia se ha notado ahora”, nos explicó.

Por otro lado, también reveló que el periodismo se sostiene de malas noticias, porque son las que atraen más público y por lo tanto son las que piden los jefes de información, lo cual en una pandemia implica esperar malas cifras. 

“En los medios es muy común decir ‘esto no es nota’. Por ejemplo, no es nota señalar que hay que continuar con las precauciones, que hay que reforzar las medidas de cuidado. La nota es el número récord de contagios, en muchos casos de forma descontextualizada”, dijo la experta.

Por su parte, el doctor Byrd Orozco nos comentó que, “en primer lugar, se les debería quitar el apellido ‘de comunicación’, ya que no lo son, no establecen una relación de interacción con sus audiencias y generan más opinión que formación”. 

Pero también opina que existe responsabilidad en los usuarios, ya que “quienes nos acercamos a los medios, solemos hacerlo también de una manera muy ligera y voltear a ver solo cuando los picos suben”, y no tanto con “ánimo preventivo” sino para seguir en el “psicodrama”. 

Por último, recalcó que “de lado de los medios tampoco se han generado redes informativas que tiendan a patrones de educación y de aprendizaje acerca de este fenómeno, para comunicar cómo organizarnos como sociedad civil”.

¿Entonces está todo mal? Para la doctora Alma Rosa Alva en esta época la ciencia se ha ganado su lugar, ya que en otros momentos de la historia se hubiera priorizado al dogma religioso o a las supersticiones.

Y concluyó que vivimos en una especie de paradoja: “en otros tiempos la ciencia tenía menos intervención y los medios eran mucho más limitados en su función y en su cobertura”, sin embargo, “ahora que tenemos a la ciencia aportando soluciones efectivas y prontas, resulta que tenemos un ruido mediático que puede estorbar en lugar de ayudar”.

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