Desangelado e insípido. Así parecía que sería el debate entre los precandidatos presidenciales del Partido Republicano el día miércoles en Milwaukee. El anuncio de la semana pasada que confirmaba finalmente que quien lidera las preferencias nacionales –el ex presidente Donald Trump– no se presentaría al primer careo entre candidatos que da el banderazo de salida a la competencia, parecía quitarle reflectores de encima.
Sin embargo, esto no sucedió. El debate se llevó a cabo y pudimos apreciar sparrings interesantes entre quienes se presentaron, pudimos apreciar su capacidad de respuesta, argumentación y arenga, y logramos ver un poco el tono que usarán en su posicionamiento ante Trump.
Por un lado apreciamos a un gobernador de Florida, Ron DeSantis, inflado por los medios y por su popular reelección, incapaz de tener presencia importante sobre el escenario; un Cris Christi que ha decidido abrir fuego directamente contra Trump, pero sin buenos resultados y una Nikki Haley que no se achicó en las interpelaciones que recibió.
La actuación que más llamó la atención fue la de Vivek Ramaswamy, el empresario que se presenta como un patriota no-político, un outsider, que propone ideas descabelladas y que ha estado escalando en las encuestas (hoy se encuentra con entre el 10 y el 14% de las preferencias).
El principal problema es que su principal rival, el ex presidente Trump, también es un populista que se presenta como ajeno a la política de siempre; no es claro que la fórmula populista funcione dos veces de manera casi empalmada. Eso sí, Ramaswamy parece estar cosechando lo que día a día pierde DeSantis.
Llamativo es que el ex vicepresidente Mike Pence haya referido abiertamente durante el debate el hecho de que Trump le pidió que frenara la calificación de la votación de 2020 y, según sus palabras, “ponerlo por encima de la Constitución”. Fue interesante escuchar que una parte del público presente condenó sus palabras y se expresó un inamovible apoyo a Trump.
Por su lado, el señor Trump realizó una entrevista con Tucker Carlson en la plataforma X que fue emitida casi al mismo tiempo que el debate comenzó. En la entrevista, Trump se expresó de sus contrincantes con un enorme dejo de subestimación, repitió prácticamente todas sus fórmulas de ataque no sólo contra la administración Biden, sino contra aquellos que le fueron cercanos durante su gobierno, pero no le son hoy incondicionales (como es el caso del ex procurador general William Barr), y se dijo muy seguro de ser el próximo candidato a la Presidencia.
Así que la popularidad parece una gran aura protectora para Donald Trump, quien el día de ayer se presentó, con un halo de arrogancia, a su arresto en la cárcel del condado de Fulton, en Georgia. Ante importante presencia de entusiastas adeptos y de prensa, el ex mandatario asistió a la cita para ser fichado. De esa manera, y con el pago de una fianza de $200,000 dólares, el señor Trump inicia el cuarto proceso judicial en su contra, que será un tema permanente a seguir durante toda su campaña presidencial.
Otra colaboración del autor: ¡Cierren las puertas, señores! Hacia las elecciones estadounidenses
