Previsiblemente, los contendientes se han reducido a los dos favoritos iniciales. Ha sido una crónica de candidaturas muy anunciadas.
Usualmente los llamados súper-martes están marcados por la expectativa de ver algún precandidato despuntar del pelotón o de ver alguno rebasar al puntero; en esta ocasión la jornada con mayor cantidad de elecciones primarias de este año fue en realidad un martes más.
Hoy por la mañana la ex gobernadora de Carolina del Sur y ex representante de los Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, declaró que suspendía su campaña, pero abiertamente declaró no apoyar la candidatura de Donald Trump. La crítica de Haley hacia el ex presidente subió de tono en las últimas semanas, lo que aumentó la probabilidad de que efectivamente no le concediera su apoyo.
En su discurso de suspensión de campaña, Haley insistió en que su campaña había cumplido el objetivo de hacer “que las voces de los americanos fueran escuchadas”; ¿qué americanos? pues especialmente aquellos republicanos que no comulgan con la reelección de Trump. Este sector será clave en la próxima elección general debido a que el fraccionamiento del voto republicano puede significar que el voto pro-Trump sea menos preponderante en estados clave en los que depende de electores moderados e indecisos. Esto es parte de lo que he denominado el efecto Trump.
¿Qué proporción de personas que votaron en las primarias republicanas del día ayer lo hicieron por Haley a pesar de ir perdiendo seriamente la contienda (es decir en contra de Trump)? En total, el 25% de los votantes. Los estados donde este voto anti-Trump parece representativo (quiero decir de 20% o más) son: Utah con el 42%, Massachusetts 37%, Colorado el 33%, Virginia 35%, Minnesota 29%, Carolina del Norte 23% y Tennessee el 20%.
Entre estos estados los de Colorado, Virginia, Minnesota y Carolina del Norte serán claves en las elecciones de noviembre y donde el promedio es de 30%.
Por otro lado, como sucedió con la extensa comunidad musulmana de Michigan, Joe Biden experimentó un voto de “protesta” en Minnesota en donde casi el 20% del voto (45,913) fue para la opción (“No comprometido”).
Como he explicado antes, difícilmente este voto se mantendrá en su posición de “protesta” porque la política de Trump hacia Palestina es evidentemente peor que la de Biden. Es decir, este voto no comprometido o que no se suma a la elección de Biden como candidato difícilmente se comportará en las elecciones generales como lo puede hacer el voto contra Trump.
Otra colaboración del autor: Las repercusiones locales del conflicto israelí-palestino
