El ex presidente Trump triunfa en otra de las elecciones primarias del Partido Republicano rumbo a la candidatura a presidente en los Estados Unidos. En esta ocasión le tocó turno al estado de Nevada. En una demostración de lo intrincado e incluso desorganizado de los sistemas electorales estadounidenses, los candidatos podían inscribirse y participar en una de dos formas de elección.
La primera fue una elección por boleta el pasado 6 de febrero. El formato es una elección de esas tradicionales donde uno vota por su favorito, deposita la boleta en una urna y listo. En este primer formato participó Nikki Haley, quien perdió ante la opción etiquetada: “ninguno de estos candidatos” (también recibieron votos tanto Mike Pence como Tim Scott; entre los tres recibieron menos del 40% de los votos).
El jueves 8 de febrero se llevó a cabo una elección por caucus en la que sí apareció el nombre de Donald Trump y no el de Haley. En este formato el ex presidente Trump obtuvo 99% de los votos (un total de casi 60,000 votos).
¿Cómo interpretar estos resultados? Bueno, a pesar de que es cierto que ganar una elección obteniendo 99% de los votos es avasallador, esto es mucho más probable si tu nombre es básicamente el único que aparece en la boleta (el 1% de los votos que no recibió Donald Trump fueron para el precandidato y pastor evangélico Ryan Binkley).
Pero es necesario considerar que sumando los dos sistemas, 60 mil personas votaron por Trump y casi 27 mil votaron por otro que no fuera el ex presidente. Este es el fraccionamiento del voto republicano que no es evidente a primera vista y que puede ser muy relevante en el caso de las elecciones del próximo mes de noviembre.
Solamente para contextualizar este mismo fenómeno es importante tener en cuenta que Joe Biden obtuvo el 89% del voto en las primarias del Partido Demócrata en el mismo estado de Nevada el 6 de febrero. La diferencia reside en el hecho de que Biden obtuvo más de 112 mil votos; casi el doble de los votos que recibió Donald Trump.
El otro triunfo, por ahora casi seguro, que obtendrá el ex presidente se desprende de la presentación el día de ayer en la Suprema Corte de Justicia del caso sobre su exclusión de la boleta en Colorado. Esta exclusión se debe a su “probable” participación directa o indirecta en la insurrección del 6 de enero de 2020 y se basa en la potestad que tienen los estados sobre las elecciones (incluso las federales).
Sin embargo la presentación y defensa del caso provistas por el estado de Colorado no parecieron ofrecer una base sólida que justifique el poder que dicen tener sobre los nombres que aparecen en la boleta de una elección presidencial.
El resultado es que muy probablemente el nombre de Trump tenga que ser incluido en la boleta y representará un triunfo parcial que el ex presidente seguramente presentará y presumirá en los medios como un ejemplo más de la cacería de brujas de la que es víctima.
Sin embargo, ninguno de estos triunfos parece ser ni definitivo ni tan avasallador como aparentan.
Otra colaboración del autor: El inicio de las primarias Republicanas
