México está entre los cinco países más violentos del mundo, comparte este poco honroso cuadro con Nigeria, Brasil, la India y Sudáfrica.
En 2020 se cometieron 36,773 homicidios intencionados en México y quizá haya quien quiera matizar y señalar que en la India hubo 41,023 homicidios, pero si consideramos que el tamaño de la población de ambos países, resulta que en nuestro país cometen 28.7 asesinatos por cada 100 mil habitantes, mientras que en la India son tres homicidios por cada 100 mil habitantes.
Cuando dimensionamos estas cifras podemos ver con más claridad del horror que estamos viviendo como sociedad. ¿Qué tenemos en común con aquellos otros países que tienen las tasas de homicidios a nivel mundial? La respuesta más inmediata es que todos comparten una profunda desigualdad social, pero también hay otra razón y probablemente sea la de más peso: la impunidad.
De acuerdo con México Evalúa, el 98.8% de los casos denunciados en nuestro país quedan impunes y esto se debe a múltiples razones como la falta de personal en el sistema judicial así como la carencia de herramientas para priorizar el trabajo.
A nivel nacional, en promedio existen solamente 11 fiscales, nueve peritos y 14 policías ministeriales por cada 100 mil habitantes.
Por otra parte, según el estudio realizado por esta organización, en la práctica ningún delito se esclarece realmente y solo se repara el daño al 0.30% de las víctimas de un delito y una de cada cuatro detenciones calificadas como ilegales.
Ante este escenario, es evidente que si queremos reducir la violencia y la inseguridad en este país necesitamos concentrar los esfuerzos en mejorar sustancialmente el sistema de justicia y para ello es necesario empezar por aceptar que la situación es grave, pero también convencernos de que podemos cambiar esta realidad.
Así como hay un diagnóstico muy preciso por parte de México Evalúa sobre la impunidad, hay varias instituciones en el país que están haciendo un trabajo muy importante de investigación y de generación de alternativas para mejorar el sistema de justicia a las que habría que prestarles más atención desde el poder para ir creando las condiciones para salir de esto que parece un callejón sin salida.
Empezar a tener mejores indicadores de seguridad nos podría tomar dos décadas, pero para ello habría que empezar a trabajar ahora mismo en la construcción de soluciones. Preocupa entonces que el presidente de la República se niegue a reconocer el problema e insta en que se trata de un asunto localizado y que afecta principalmente a los delincuentes.
Las cifras son contundentes: somos uno de los cinco países más violentos del mundo, eso no puede deberse solamente a ajustes de cuentas entre criminales.
En México se mata porque quienes lo hacen saben que pueden hacerlo y que van a salir impunes y el mejor ejemplo de esto es la violencia contra las mujeres, fíjese usted: en México en 2020 se asesinaron a 3,957 mujeres, usted dirá que comparado con el número de hombres que fueron víctimas de homicidio el cual asciende a más de de 32 mil, son pocas, pero si consideramos que en todos los países las cifras de mujeres asesinadas siempre es significativamente menor a la de hombres y que México después de la India es el segundo país en donde hay más mujeres asesinadas, entonces la realidad se mira diferente.
Cuando hay un número tan elevado de homicidios en contra de mujeres es que la situación está fuera de control y que va mucho más de la violencia entre grupos delincuenciales.
Necesitamos que los tres poderes de la Unión hagan frente a esta realidad, escuchen a los expertos y actúen de inmediato, no tenemos más tiempo que perder.
Otro video de la autora: Mitos y realidades sobre la producción de alimentos
