Mujeres y fútbol

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Es sorprendente que cuando nombras a Marta, no sea obvio de quien habla una. Marta Viera Silva es el número 10 de la selección brasileña, igual que Neymar, pero ella es una leyenda del fútbol. 

Los últimos seis años ha sido elegida como la mejor futbolista del planeta por la FIFA, y ha participado en cinco mundiales donde ha anotado 17 goles, un récord que nadie había alcanzado, ni hombres ni mujeres. 

Durante la rueda de prensa previa al que fue su último partido en una Copa Mundial de Fútbol femenino, la futbolista brasileña señalaba la falta de referentes, de mujeres futbolistas, con las que iniciaron las jugadoras de su generación: “Hace 20 años, nadie sabía quién era Marta. Veinte años después, nos hemos convertido en una referencia para muchas mujeres de todo el mundo, no sólo en el fútbol. vemos aquí a muchas mujeres periodistas que antes no veíamos, así que hemos abierto puertas a la igualdad”. 

Y aunque sin duda ella y otras han cambiado paradigmas aún hay un desequilibrio persistente que ha oscurecido la luminosa trayectoria de las atletas. 

A pesar de los avances significativos en la igualdad de género, las mujeres deportistas continúan luchando por recibir la atención, el reconocimiento y la remuneración que merecen. Y el fútbol soccer femenino es un ejemplo claro de esta realidad.

Históricamente, el patriarcado ha influido en la percepción y promoción de la participación de las mujeres en los deportes. La sociedad ha tendido a considerar algunos deportes como actividades predominantemente masculinas, relegando las disciplinas femeninas a un segundo plano. Esto se refleja en la falta de inversión, cobertura mediática y patrocinio para las atletas y ligas femeninas. El resultado es un ciclo perpetuo en el que la falta de atención lleva a la falta de financiamiento y viceversa, lo que dificulta el desarrollo y crecimiento de las atletas mujeres.

El fútbol soccer femenino, en particular, ha enfrentado estos obstáculos de manera destacada. A pesar de la demostrada habilidad, pasión y dedicación de las futbolistas, la comparación constante con las ligas masculinas y la perpetuación de estereotipos de género han limitado su progreso. No obstante, el Mundial Femenil más reciente se erigió como un hito trascendental. El torneo no solo mostró la destreza deportiva de las mujeres en el fútbol, sino que también derribó barreras mentales al atraer la atención global hacia el talento y la competitividad que poseen las jugadoras.

Este evento deportivo demostró sin lugar a dudas que las mujeres son  grandes deportistas y que pueden emocionar a las audiencias de la misma manera que los hombres. Las atletas femeninas han superado obstáculos significativos para llegar a donde están, y su perseverancia y éxito deberían ser reconocidos y celebrados de manera igualitaria.

Promover el deporte femenil es crucial para romper las cadenas del patriarcado y construir un mundo más equitativo. La visibilidad y el respaldo financiero adecuado son esenciales para fomentar el crecimiento y el desarrollo de ligas y eventos deportivos femeninos. Además, invertir en la promoción del deporte femenil es una oportunidad de empoderar a las niñas y a las  jóvenes, brindándoles modelos a seguir y fomentando la autoconfianza y el liderazgo desde temprana edad.

En conclusión, es urgente reconocer y abordar las razones detrás de la falta de atención a los deportes femeninos, como el fútbol soccer, y trabajar en conjunto para superar los obstáculos. Las deportistas merecen una plataforma igualitaria para demostrar su valía y talento, y el éxito en el deporte femenil inspira a las generaciones presentes y futuras, y nos da razones para celebrar.

Otro video de la autora: Mujeres y dinero

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