La muy necesaria reforma policial

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Sin duda una de las grandes preocupaciones que tenemos en México es la seguridad pública, no solamente somos uno de los países más violentos e impunes del mundo, sino que incluso quienes tienen la responsabilidad de protegernos están en condiciones de absoluta vulnerabilidad.

Recientemente, la organización Causa en Común realizó una investigación que reveló que en lo que va del sexenio han sido asesinados más de mil quinientos policías. El 93% de ellos pertenecen a los estados y municipios.  

Lejos de fortalecer a las policías locales, en este sexenio se les ha debilitado. Basta con observar los presupuestos que se les asignan los cuales se han estancado o incluso eliminado. 

Ese dinero se ha ido a fortalecer a la Guardia Nacional que, de acuerdo con los especialistas en la materia no es la solución para la creciente inseguridad en el país ya que se trata de una organización de corte militar que opera alejada de la población y con muy poca transparencia o rendición de cuentas.

Fortalecer a las policías locales implica mejorar sus capacidades, ofrecerles un salario digno, mayor equipamiento y profesionalizarlas.  

Sin embargo, no todo son malas noticias. Hoy varias organizaciones de la sociedad civil están trabajando en conjunto con algunos estados y municipios para fortalecer a sus cuerpos policiales.

Un ejemplo de ello es la Certificación Policial Ciudadana desarrollada por el Instituto para la Seguridad y la Democracia, mejor conocido por sus siglas como INSYDE.  

Esta certificación consiste en brindarle a las instituciones policiales un protocolo de actuación, capacitarlas en la implementación de dicho protocolo y después verificar que efectivamente están cumpliendo con él.

Probablemente a usted le resulte sorprendente saber que hay muchas policías en el país que no cuentan con protocolos de actuación y que básicamente hacen las cosas siguiendo una serie de prácticas que se han ido adoptando a largo del tiempo y que en el mejor de los casos son ineficientes, pero en algunos casos resultan decididamente negativas, como, por ejemplo los horarios extenuantes a los que someten a los policías o ciertos castigos que podrían considerarse medievales.

Esta situación debe cambiar y para ello es preciso que las policías cuenten con protocolos de actuación, capacitación y que estén sujetas a la rendición de cuentas.   

Aunque usted no lo crea, los principales beneficiados de la certificación son los propios policías que tienen la oportunidad de trabajar en un ambiente más profesional y cuentan con un marco de actuación que les da certidumbre a la hora de tomar decisiones.

Los municipios que hasta ahora han sometido a sus policías al proceso de certificación o recertificación son Ciudad Juárez y Cuauhtémoc en Chihuahua, Hermosillo en Sonora, Querétaro, Guadalajara, San Pedro y Guadalupe en Nuevo León, Irapuato y Puebla entre otros.  Y por primera vez, se ha sumado una policía estatal, la del Estado de México, que, además, es la segunda más grande del país.

Al participar en el proceso de certificación las policías municipales mejoran la forma en la que seleccionan y reclutan a sus miembros, tienen métodos disciplinarios justos y apegados a los derechos humanos, controles claros para el uso de la fuerza y desarrollan actividades para prevenir los delitos.

Quizá el aspecto más importante es que cuando un municipio o estado decide someter a sus policías a este proceso, un comité integrado por ciudadanos es el que evalúa si la institución cumplió o no con los estándares y esto hace toda la diferencia ya que no es la propia corporación policiaca la que se evalúa a sí misma, sino la sociedad a la que sirve.   

Gracias a la participación de los ciudadanos, se ha logrado que haya continuidad en el trabajo de mejoramiento de las policías a pesar de los cambios de administración como es el caso de Ciudad Juárez en Chihuahua.

Los ciudadanos estamos cansados de la inseguridad y queremos ver resultados inmediatos, pero la realidad es que se trata de un problema complejo que no se puede solucionar de un día para otro. Lo que sí se puede y hay que apoyar, es el trabajo discreto, pero consistente de las organizaciones sociales que están construyendo junto con los municipios, una mejor policía.

El fondo de aportaciones para la seguridad pública de los estados se redujo en términos reales 0.1% y el subsidio para el fortalecimiento del desempeño en materia de seguridad pública en municipios (FORTASEG) desapareció. 

Otro texto de la autora: Inclusión financiera de las mujeres para construir un país de clase media

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