Repartiendo culpas

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La semana pasada volvieron a tomar fuerza voces en Estados Unidos que responsabilizan a México de la grave crisis de adicción al fentanilo que vive la Unión Americana.

El republicano y aspirante a la presidencia Vivek Ramaswamy acusó que los cárteles del narcotráfico han robado a México su soberanía. Dijo que si él gana las elecciones ofrecerá su ayuda al gobierno mexicano para combatirlos; una ayuda a fuerza porque advirtió que si no aceptamos el apoyo, invadiría nuestro país. 

Ron DeSantis, otro aspirante, dijo que enviaría militares a México desde el primer día de ser presidente. También, la cámara de representantes, con mayoría republicana, aprobó una enmienda para recortar a poco menos de la mitad el Fondo de Apoyo Económico que da EU a México para combatir el tráfico de drogas.

Al presentar su propuesta el senador republicano Alex Mooney dijo que “esta enmienda es en respuesta a la declaración patentemente falsa del presidente López Obrador de que en México no se produce ni se consume fentanilo”. Señaló que “México no debe ser recompensado con financiamiento cuando se niega a detener la producción de fentanilo que ha matado a cientos de miles de estadounidenses”.

Así, varios líderes republicanos han propuesto abiertamente que fuerzas militares estadounidenses combatan dentro de México a los narcotraficantes.

El gobierno mexicano constantemente ha minimizado la situación, el presidente de nuestro país acusa que son ataques a México con fines politiqueros y pidió no tomarlos en serio.

¿Tiene razón López Obrador o la tienen los republicanos?

Es cierto que México ha sido tradicionalmente utilizado por los republicanos para ganar el voto de la enorme comunidad anti México que hay en Estados Unidos, una base electoral que centra sus frustraciones en los inmigrantes y las llamadas minorías.

Esa base que llevó al republicano Donald Trump a la presidencia que tan mal trató a México y a la relación bilateral.

No olvidemos que Mark Esper, quien fuera Secretario de Defensa, asegura que en 2020 Trump le consultó sobre la posibilidad de lanzar misiles a México, para “destruir los laboratorios de drogas” y aniquilar a los cárteles. Para todos ellos, México causó la muerte tan solo el año pasado de 110 mil estadounidenses por sobredosis, un asunto que se ha convertido en una grave crisis de salud pública para su país. 

Hablar mal del vecino del sur les suma votos, pero también es cierto que el gobierno mexicano se ha negado a aceptar la realidad: los carteles mexicanos han hecho del tráfico de fentanilo su nuevo gran negocio.

Es una droga mucho más potente que cualquier otra y al ser sintética también es mucho más barata de producir. Se utiliza principalmente para potenciar otras drogas, pero es tan potente que con apenas dos miligramos puede causar un paro cardiorespiratorio instantáneo. De China se mandan a México los precursores y en México se produce, manufactura o fábrica.

Por más que las autoridades insistan en no aceptar que estos términos significan lo mismo, igualmente es cierto que la política antidrogas de los estadounidenses también ha fallado, si anualmente mueren tantas personas por adicciones. Además, según un estudio publicado por el CATO Institute, “en 2020 el 86.3% de los traficantes de fentanilo condenados eran ciudadanos estadounidenses”.

Así que las redes de trasiego y distribución involucran a criminales de los dos países. Pero eso difícilmente lo escucharemos en los discursos de ningún aspirante, político o funcionario de Estados Unidos.

México paradojicamente niega que se produzca aquí, pero también asegura estar haciendo lo suficiente para combatirlo; informa que “los pasos terrestres han quedado bajo control del Ejército y los puertos bajo el de la Marina y se han destruido “alrededor de 1,060 laboratorios clandestinos” de fabricación de la droga.

Sin embargo, las ganancias que el fentanilo da a los narcotraficantes siguen creciendo.

Ioan Grillo, escritor y especialista en temas de narcotráfico, compara la relación costo ganancia de otras drogas vs el fentanilo: “Producir un kilo de cocaína cuesta alrededor de 2 mil dólares, venderlo en Estados Unidos te genera 100 mil. Pero tienes que moverlo desde Colombia, pasarlo por Centroamérica, llevarlo por México y meterlo al norte. Con el fentanilo, puedes producirlo en un laboratorio cerca de la frontera y el margen de ganancia es de 300 a 1. Por cada dólar que inviertes, sacas 300″. Eso explica porque es el nuevo gran negocio.

Dejemos de repartir culpas, de tú me mandas las armas que mis narcotraficantes utilizan (con las que matan a miles de mexicanos cada año), y tú me mandas las drogas con las que se matan mis ciudadanos.

Es un tema de cooperación y colaboración, de aceptar cada uno su competencia y su responsabilidad.

De este lado se fabrican por la laxitud de la política de seguridad del gobierno mexicano y de aquel lado se venden y se consumen por su fracasada estrategia anti consumo. De este lado y de aquel dejen las narrativas electoreras.

El verdadero enemigo avanza, mientras otros se distraen repartiendo culpas.

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