Ya merito

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Dos frases muy características de México son “ahorita” y “ya mero”. Son estupendas porque nos permiten calmar una urgencia sin realmente comprometernos a cumplir en ningún momento en particular. Es la postergación perfecta, ambigua pero ampliamente aceptada.

Y es, por cierto, el mantra de nuestra administración actual. 

Hay tantas promesas que han sufrido una sistemática postergación que casi agota pensarlas, pero hay algunas que por su importancia en nuestra vida no hay que dejar de lado.

Desde muy al principio de este gobierno, el presidente López Obrador ondeó un pañuelo blanco, asegurando que se había acabado la corrupción “de arriba”. Lo volvió a hacer un par de veces más a lo largo de sus primeros años de gobierno. ¿Y qué pasó? Pues la hora dorada en que se acabó la corrupción nunca llegó. 

Instituciones reformadas por este gobierno, como el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado o nuevas como Segalmex han sido saqueadas por altos funcionarios de este gobierno, con clara complicidad de las máximas autoridades. Esta es una corrupción especialmente dolorosa porque es la que le está quitando dinero a los más necesitados. Pero no es la única. 

Del Tren Maya ya no se puede insistir más: está inundado de corrupción, como la mayor parte de las grandes obras; y en las que no se sabe, hay una profunda opacidad. Este ha sido un gobierno envuelto en el secreto.

Así que el fin de la corrupción de alto nivel nunca llegó.

Hay otras promesas que son emblemáticas, como que la refinería de Dos Bocas produciría 340 mil barriles de combustible en este gobierno. Nos hará libres de la dependencia de las gasolinas extranjeras, se nos dijo. Millones y millones de pesos después, se inauguró el 1 de julio de 2021 con bombo y platillo… pero no para producir. Entonces se dijo que en julio de 2023 ya estaría produciendo. Luego el director de Pemex nos informó que este 1 de enero de 2024 listo, ya estábamos… Pero no. “Ahorita empezamos a producir”, dieron a entender, y postergaron hasta 2025 su operación completa. Ya será problema del próximo gobierno.

Así podemos seguir con las promesas incumplidas, pero hay una que es especialmente grave: la salud. Si hay un tema en el que el “ahorita” ha sido absoluto es en uno de los más impostergables.

Primero que nada, con el problema del abasto de medicamentos. Al cortar la corrupción que se nos dijo que imperaba en la compra de medicinas, que seguro existía, se les olvidó que había que también seguir comprando. Tras muchas acusaciones ruidosas no hay nadie en proceso penal, y lo que sí hay es muchas víctimas, sobre todo niños, que se quedaron sin tratamientos o vacunas. La Mega Farmacia no ha resuelto nada, pero ya mero, nos dicen. 

La famosa vacuna Patria contra COVID-19 fue postergada tanto que realmente ya ni hace falta. Mejor usan la cubana. Y con el sistema de salud como “el de Dinamarca”, parece que el Ejecutivo se burla de nosotros. Lo ha postergado media docena de veces, y siempre mintiendo: él sabía que jamás lo lograría.

El último tema, contingente a la campaña: el agua en Iztapalapa. Ahora resulta que “pronto” se va a resolver de “forma definitiva”. No lo hizo como jefe de Gobierno, no lo hizo como presidente, pero ya mero.

Y mientras, México mira con ilusión el futuro, con la certeza de que el presidente dice la verdad y “ahorita” llegamos al bienestar.

Más del autor: Jugar a los trenes

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