Dos días después de la rifa del avión presidencial, el 17 de septiembre de este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que ya había un compromiso de venta de la aeronave, lo cual significaba una “muy buena noticia para el país”.
Sin embargo, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), propietario oficial del avión presidencial, tiene otros datos. En respuesta a una solicitud de información hecha por Cuestione, el banco del gobierno informó, el 21 de octubre, que no tiene ninguna “documentación que contenga un compromiso de venta, por lo que la misma es inexistente”.
Y eso que Jorge Mendoza, director de Banobras, también dijo en julio de este año (dos meses antes de la rifa del avión) que ya había un comprador interesado en adquirir la aeronave e, incluso, había dado un anticipo de un millón de dólares por él, por lo que ésta era la oferta de compra más avanzada hasta ese momento.
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El gobierno de López Obrador ha querido deshacerse del avión presidencial a toda costa. Tanto que pidió ayuda a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que lo asesore en la venta de la aeronave. Hasta ahora, no ha tenido éxito.
Reservan costo del avión presidencial
En febrero de este año, el gobierno federal dio a conocer que había tres avalúos (dos internacionales y uno nacional), que tasaban el costo del avión presidencial entre 125 y 130.3 millones de dólares (2,500 y 2,700 millones de pesos mexicanos).
La operación anual del avión cuesta en promedio de 200 millones de pesos por 800 horas de vuelo (considerando consumo promedio de combustible, salarios de la tripulación, mantenimiento, póliza de seguro), de acuerdo con lo revelado por Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Y mientras no se venda ni utilice el avión, cada día nos cuesta a las y los mexicanos 44 mil pesos tenerlo guardado, como documentamos en esta nota.
El avalúo más reciente que se tiene hasta el 31 de octubre de 2019, está en manos del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin), pero si queremos conocer esa información tendremos que esperar cinco años, de acuerdo con la respuesta de transparencia obtenida por parte de Banobras.
Banobras decidió reservar esta información por contener datos personales y porque “se encuentra en un proceso deliberativo, en el que no se ha tomado una decisión o decisiones definitivas”, se lee en la respuesta que nos dio el banco.
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El misterio comenzó en una cena
Esta no es la primera vez que el gobierno federal oculta información sobre los detalles del destino del avión presidencial. Desde que el presidente López Obrador se reunió con un grupo de empresarios y empresarias en una cena en Palacio Nacional, en febrero de este año, para “pedirles su apoyo” con la compra de cachitos para la rifa del avión presidencial, todo fue un misterio.
La Oficina de Presidencia nos contestó –vía transparencia– que no había información sobre la lista completa de las personas invitadas ni los documentos repartidos en dicha reunión, a pesar de que algunos medios de comunicación divulgaron una “carta compromiso”, filtrada por los mismos invitados.
El problema es que el gobierno tiene la “obligación de transparentar las acciones que realiza, porque con base en eso se toman decisiones para las políticas públicos y, por lo tanto, es de interés público”, nos dijo Ricardo Alvarado, especialista en rendición de cuentas e investigador en Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
La venta del avión presidencial le ha traído más problemas que soluciones al gobierno federal, mientras tanto, todavía no podemos conocer ni cuánto cuesta, ni quién será el futuro dueño o dueña de este famoso avión, pues nos siguen ocultando información.
