Uruguay muere de sed; se agotan reservas de agua dulce en Montevideo, ¿podría pasar en México?

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Era un miércoles cualquiera de abril el día que Teresa Trujillo sintió que se lavaba los dientes con sal en vez de agua potable. La mexicana que radica en Montevideo, Uruguay, desde hace ocho años, abrió la llave del lavamanos para lavarse los dientes y al pasar el cepillo por la boca se sintió tragando sal. 

Lo mismo ocurrió con el vaso con agua que calentó en la estufa para prepararse mate, “sabía  a suero” narra a Cuestione. Al prender la televisión, Teresa confirmó que no estaba enferma sino que el sabor del agua había cambiado drásticamente en Montevideo.

Raúl Montero, presidente de la OSE, la empresa pública encargada del abastecimiento de agua potable y saneamiento en el país sudamericano, informaba el 23 de abril de este año que había aumentado la salinidad del líquido vital para evitar lo inevitable, el desabastecimiento de agua en la capital de Uruguay.

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¿Hay riesgo de que en México suceda lo que está ocurriendo en Montevideo, Uruguay? El Doctor Felipe Arreguin Cortés, presidente del Consejo Consultivo de la Asociación Mexicana Hidráulica aseguró que sí.

En entrevista para Cuestione, el especialista hace hincapié en que México tiene que tomar medidas preventivas antes de las sequías, durante y después. “En el sismo de 1985 nos dimos cuenta que los mexicanos somos buenísimos para reaccionar pero no preparándonos para que no vuelva a ocurrir”.

Ciudad de México y Saltillo; el riesgo de quedarse sin agua

Conversando con el Dr. Arreguin Cortés, recuerda la migración de las comunidades mayas y teotihuacanos “que se desplazaron por una sequía”. Lo mismo ocurrió durante la revolución mexicana y la independencia de México, recuerda el ingeniero. “Una época de sequía en la que seguramente mucha gente tenía hambre y no podía tomar agua”.

La falta de lluvias, la transformación del suelo, el cambio climático y la mala gestión del agua están llevando a México a enfrentar una realidad desoladora: “la repetición de la agonía de temporadas pasadas”, señala Felipe Arreguin Cortés. Estos factores han contribuido al agotamiento de los recursos hídricos, “poniendo en riesgo la disponibilidad de agua en ciudades como la Ciudad de México y Saltillo”, advierte.

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Ya empezó a llover ¿nos olvidamos de la sequía?

Arreguin Cortés trabaja actualmente en Instituto de Ingeniería de la UNAM y desde su oficina comparte una diapositiva con el mapa de México y estados coloreados de naranja, amarillo y ocre; un México ardiente. Prácticamente el 80% del territorio nacional, tiene problemas de sequía moderada, severa, extrema y excepcional.

Después el especialista explica a detalle otra diapositiva que le parece importante para entender lo que hay que hacer para mitigar la crisis hídrica en México. Se llama el ciclo hidrológico y tiene seis categorías.

La primera se llama pánico y es cuando se acerca el famoso Día Cero de falta de agua potable en cualquier ciudad del mundo. Arreguin explica que aquí todos los ciudadanos tenemos miedo de vernos sin agua y revisamos qué podemos hacer. Luego vienen las lluvias y todos agradecen la presencia de la precipitación para mitigar la sequía y que las presas de agua se vuelvan a llenar. Después viene la categoría de la apatía; la gente ya olvidó la preocupación por la escasez de agua hasta que llega otra sequía, regresa la preocupación y el pánico.

La gran pregunta que tenemos que hacernos como sociedad, precisa Arreguin Cortés es si ya empezó a llover ¿nos olvidamos de la sequía?

Tres, dos… se acerca el Día Cero en Montevideo

El agua salinizada que prueba Teresa desde abril es el infierno para el 36.6% de la población adulta de entre 25 y 65 años en Uruguay que tienen problemas de hipertensión de acuerdo con la 2ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles (ENFRENT, 2013). 

Un infierno que se extiende para los cerca de 2,000,000 de habitantes de su capital, Montevideo, que enfrenta una crisis hídrica porque la última gran reserva de agua dulce de la capital que tiene un 2% de disponibilidad y cuando se agote, el abastecimiento se deberá hacer desde una fuente con mayores niveles de salinidad que no se podrá beber, se lee en Infobae.

En medio de una lucha desesperada por asegurar el agua, los habitantes de Montevideo, Uruguay, se enfrentan a una creciente crisis del agua que pone en peligro su vida cotidiana. 

Teresa, por ejemplo, dejó de abrir la llave para hacerse su mate mañanero salado y ahora compra un bidón de agua de 6 litros a la semana, exclusivamente para beber. Ahí se dio cuenta que había días que el garrafón ya estaba vacío y apenas habían pasado dos días de haberlo comprado. Y vino la escasez de bidones.

Don Martín, tendero del supermercado El Clon, narra que todos los días recibe 200 bidones de agua potable y le duran menos de dos horas”. Al principio alcanzaban y mantenían una reserva suficiente para la fila extensa de clientes. Ahora tienen restricción “de dos garrafones por persona”, cuenta a un diario local.

Ante la demanda de agua potable en Montevideo, algunas marcas se han aprovechado de la situación para aumentar los precios de las botellas y bidones.

Las advertencias iniciales del Ministro de Ambiente, Robert Bouvier, sobre la no potabilidad del agua, se han convertido en una realidad angustiante, ya que las reservas de agua dulce se agotan rápidamente: les quedan 10 días, aseguró el gobierno el 4 de julio pasado. 

Las dos principales fuentes de agua potable de Montevideo, el embalse de Canelón Grande y Paso Severino, están al borde del colapso. El embalse de Canelón Grande, que solía proveer unos 10,000,000 de metros cúbicos de agua, ha quedado completamente seco, mientras que en Paso Severino apenas quedan 1,200,000 de metros cúbicos, lo que se traduce en un alarmante 1.7% de su capacidad total.

La situación es tan crítica que las autoridades uruguayas estiman que solo quedan entre una semana y diez días de agua potable, a menos que ocurran lluvias intensas, algo que no se pronostica en el futuro cercano, según informa el diario Infobae.

Desde México, Abel Jiménez, quien fue Presidente de la Red de Organizaciones de Cuenca de América del Norte (ROCAN), señala que remediar esta situación en Montevideo implica necesariamente aplicar recursos presupuestales extraordinarios para invertirlos en obras de infraestructura que permitan aliviar con la mayor premura el déficit hídrico que se pronostica.

El especialista prevé que en Montevideo haya una afectación del gasto familiar al tener que verse obligados a comprar agua embotellada a menos que sea el Gobierno de Uruguay quien dote de líquido embotellado con cargo a las finanzas públicas. “Existe también el riesgo de un aumento de casos de enfermedades gastrointestinales, por la falta o insalubridad del líquido”, advierte.

Monterrey y la sombra del Día Cero

En los últimos años, la ciudad de Monterrey ha enfrentado una creciente amenaza relacionada con el suministro de agua. El recuerdo de la crisis hídrica conocida como el Día Cero que ocurrió hace un año exactamente en la segunda ciudad más poblada de México, aún está presente en la mente de sus habitantes.

Esta situación crítica por la que también está pasando la capital de Uruguay estuvo caracterizada por un déficit de precipitación acumulado durante tres años y llevó a la capital de Nuevo León al borde de la incapacidad de abastecer de agua a su población.

Hoy, a un año después, la zona metropolitana de Monterrey se encuentra nuevamente al borde de una situación similar aunque las medidas tomadas en conjunto por el organismo operador de la ZMM (Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), han evitado una catástrofe.

El Doctor Felipe Arreguin Cortés, asegura que la única forma de evitar los Días Ceros para el agua potable es haber hecho lo que sigue haciendo Monterrey, tomando medidas preventivas y actuando de acuerdo al Programa Nacional contra la Sequía (PRONACOSE) en el que participó en su redacción en el año 2013.

En resumen, lo que salvó a Monterrey de la crisis hídrica más severa de su historia, fue leer y aplicar los 26 programas “que escribimos para todos los consejos de Cuenca”, explica el especialista.

Las llaves se cierran; las lluvias no caen

El gobierno uruguayo consideró como un tema “sensorial” el sabor del agua salada, del que habría que acostumbrarse, dijo el presidente de la OSE  a los medios de comunicación.

El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, reconoció la gravedad de la situación y admitió en una conferencia de prensa que si no llueve, habrá un período en el que el agua no será bebible. Ante esta realidad, el gobierno está construyendo una represa provisional para garantizar el suministro de agua apta para el consumo humano. 

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Sin embargo, hasta que esta medida esté lista, los hogares uruguayos tendrán que depender del agua embotellada, que el gobierno está distribuyendo de manera gratuita a casi un tercio de la población afectada.

La escasez de agua potable plantea enormes desafíos para la vida diaria de los ciudadanos uruguayos. 

Según el gobierno, la mayoría de los hogares utilizan el agua proporcionada por la empresa estatal OSE para tareas de higiene personal y solo el 5% la destinan al consumo. A medida que la crisis empeora, los ciudadanos deberán adaptarse a la situación y buscar alternativas para satisfacer sus necesidades básicas.

La construcción de una nueva planta potabilizadora, con una toma de agua en el Río de la Plata, se ha planteado como una solución a largo plazo. Sin embargo, esta opción llevará al menos dos años en materializarse. Mientras tanto, la esperanza de Montevideo reside en las precipitaciones, aunque el Instituto de Meteorología pronostica algunas lluvias en las próximas semanas, se espera que sean insuficientes para resolver la crisis actual.

Teresa cuenta que este año muchas de sus amigas se han tenido que acostumbrar a la mala a que el agua les sepa a mar porque no pueden pagar botellas y bidones a sobreprecio para que “el mate vuelva a saber mate”.

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Escasez de agua un problema de todos ¿cómo resolverlo?

El IPCC es un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático “y nos están diciendo que no hay duda, que somos los culpables de este cambio climático, que se van a sumar en todo el mundo todos los eventos medioambientales, que va a llover menos”, informa Arreguin.

“Entonces es increíble que nosotros ahora estemos preocupados por un Día Cero y no hayamos hecho nada casi en ningún sector”, dice el especialista.

Por su parte, Abel Jiménez señala que México necesita grandes inversiones en el tratamiento y distribución de agua para apoyar a una población en crecimiento y evitar futuras crisis hidráulicas en el país.

En materia de agua potable para las ciudades, dice Jiménez, la política pública más urgente es la modernización y fortalecimiento de los organismos estatales y municipales operadores de agua potable, que les permita contar con finanzas sanas y capacidades administrativas y operativas para resolver el deterioro de las redes de suministro, reducir el desperdicio por fugas, así como su expansión para cubrir de manera más eficiente la demanda de los usuarios, con tarifas justas.

Igualmente, detalla el especialista, se requiere de políticas públicas para impulsar el tratamiento de aguas residuales y el reúso, separación y aprovechamiento de agua de lluvia en las zonas urbanas. 

Para el Doctor Felipe Arreguin Cortés, la salida para prevenir la sequía en México es el Programa Nacional Contra la Sequía (PRONACOSE) donde se estipula cómo actuar antes, durante y después de una sequía. En el documento vienen 26 programas que se hicieron de la mano con universidades y los representantes de los consejos de Cuenca y “estamos mal en la aplicación porque ahí están los documentos”.

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Lo primero que hay que hacer para enfrentar la sequía de acuerdo con el especialista mexicano, es usar eficientemente el agua “y en esto estamos metidos todos; empresas, gobiernos de los tres órdenes y la ciudadanía”.

“Esto es un exhorto a todas las empresas, los gobiernos y también a la sociedad en su conjunto para no creer que es solamente un tema de que llueva para que se nos resuelva la sequía”.

El agua, un elemento vital para la supervivencia, está ahora en el centro de una batalla por la supervivencia en Montevideo, Uruguay y en México también. La solidaridad y la conciencia ciudadana se vuelven fundamentales en momentos como estos, mientras la comunidad uruguaya enfrenta el desafío de adaptarse a un suministro limitado y a una calidad de agua cada vez más salada, con la esperanza de que lleguen días de lluvia y renueven la esperanza de un futuro más sostenible.

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