7 cosas que puedes hacer si piensas que un taxista te quiere secuestrar o agredir

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Así te puedes defender

Perla salió de su trabajo en la Ciudad de México y pidió un servicio de transporte privado de la empresa Didi. El conductor, identificado como Edgar, no le preguntó la ruta, tenía dos celulares con geolocalizador y después de algunos minutos fue en una dirección distinta al destino que le había indicado la joven. 

Tras percatarse que el taxista tomaba otro rumbo, Perla envió su ubicación a una de sus amigas, ella le llamó, le pidió información del vehículo y del viaje para alertar a la policía. Asustado, el conductor dejó a la chica descender del vehículo y ella logró escapar. 

No es un caso único. Esta historia es similar a otra que ocurrió el 9 de julio, cuando otra mujer, de 20 años, se dio cuenta que el Uber en el que viajaba pretendía secuestrarla. El conductor cambió de ruta, ignoró los cuestionamientos de la joven, le apuntó con una pistola y le quitó el celular.

En solo segundos, la jovencita logró salir del auto a pesar de que estaba en movimiento. El conductor se dio a la fuga y ella salvó su vida.  

Si últimamente te has sentido menos segura, incluso dentro de un taxi, no estás exagerando. Los datos no mienten: de enero a mayo de 2019, al menos 369 mujeres fueron asesinadas por motivos de odio vinculados con su condición de sexo, mientras que en el mismo periodo otras mil 134 fueron víctimas de homicidios intencionales por otras razones, de acuerdo con el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

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¿Podemos hacer algo si creemos que el conductor pretende agredirnos?

En lo que va de 2019, al menos cinco casos similares a los que narramos anteriormente (y que se han hecho públicos a través de los medios de comunicación o las redes sociales) nos dicen que sí. Revisemos algunas de las acciones de esas mujeres que lograron huir de la violencia:

1.- Observa y mantente alerta

Mantente atenta de tu trayecto, cuestiona al conductor todo sobre tu ruta, observa su comportamiento y, si notas algo raro, cualquier cosa, confía en tu sentido de alerta y actúa tan rápido como puedas. 

Los testimonios demuestran que las jóvenes que pudieron huir de una violencia a bordo de un taxi no se quedaron a confirmar la intención del conductor, sino que reaccionaron ante las primeras señales. En la mayoría de los casos, el principal signo fue un cambio de ruta inesperado.  

2.- Avisa que estás en peligro

Si el conductor ya tomó un camino que no tiene relación con tu ruta original, avisa a quien puedas. No busques mucho entre tus contactos, escribe o marca a quienes tengas a la mano. Entre más personas alertes, mayores serán tus posibilidades de recibir ayuda. Una opción es crear un grupo de whatsapp, que sea exclusivo para pedir auxilio, en caso de que te encuentres en una situación de peligro. 

El 10 de julio se dio a conocer el caso de Daniela, una joven que desapareció el 19 de mayo de 2019 y que, ahora se sabe, fue asesinada en la capital del país tras subirse a un taxi. Ella pidió ayuda a través de una conversación de whatsapp a un amigo que le respondió pero no hizo nada para ayudarla; esto no quiere decir que su reacción haya sido una mala idea

Por ejemplo, Perla contactó a una de sus amigas para pedirle que alertara a la policía. Esto sirvió para que el conductor se asustara y la dejara bajar del auto. 

Tras difundirse el asesinato de Daniela, algunas mujeres señalaron en redes sociales que es más probable que si pides ayudas a otra mujer actúe más rápido que un hombre, ya que ellas experimentan con más frecuencia el miedo de ser agredidas en el espacio público. Lo más recomendable sería, si es posible, que llames tú misma al 911 para que la comunicación con las autoridades sea directa e inmediata. 

Otros números de emergencia a los que puedes llamar son: 074, para emergencias en carreteras; Locatel 5658-111, policía federal 5684-2142 y 066, policía de la Ciudad de México.

3.- Si está a tu alcance, usa la tecnología

La violencia contra las mujeres ha llegado a tal grado, que incluso ya existen aplicaciones digitales para mandar, con los menos movimientos posibles, señales o alertas en caso de que estemos en una situación de riesgo.

Julián Francisco Ramírez Bacca, programador independiente, diseñó una aplicación que envía señales de alerta a las personas que nosotras elijamos para que monitoreen nuestros trayectos. Asimismo, en caso de riesgo, manda señales a otras personas que estén cerca de donde estamos nosotras para que nos presten auxilio. La idea de la aplicación surgió tras la desaparición de una amiga cercana. 

Según dijo Ramírez Bacca en entrevista para Cuestione, su intención también es que esta aplicación avise directamente a los centros de monitoreo de la seguridad pública de cada entidad en caso de peligro, sin embargo, hasta ahora estas autoridades se niegan a hacer el convenio con la herramienta digital bajo el argumento de que no pueden costearlo y de que ellas también podrían desarrollar esta tecnología. 

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4.- Grita y corre

No siempre llevamos a la mano un celular con pila, crédito y señal. Lo que se sugiere es que pensemos también en alternativas que podamos ejecutar sin estas herramientas. Por ejemplo, busquemos formas de escapar del vehículo, como esperar que éste disminuya su velocidad en un semáforo para abrir la puerta y salir del auto, o bajar la ventanilla y gritar.

Como lo ejemplifica el relato (que documentó en 2018 Plumas Atómicas) de Karen, una joven que fue llevada contra su voluntad hasta Nezahualcóyotl pero que logró escapar de esa manera.

Si logras descender, corre tan rápido como puedas y grita para llamar la atención de las personas que puedan estar cerca. Si hay viviendas alrededor, toca la puerta e ingresa a ellas hasta que el agresor se vaya. Así lo hizo esta mujer como se muestra en el video: 

5.- Confía en el uso de tu fuerza y en la legítima defensa

La legítima defensa es un derecho previsto en el Código Penal de algunas entidades.

En el caso de la Ciudad de México está establecido en el artículo 5, el cual establece que puedes hacer uso de la fuerza contra una persona para repeler una agresión real, actual o inminente.

También puedes hacer uso de la legítima defensa para proteger bienes jurídicos, propios o ajenos, “siempre que exista necesidad de la defensa y racionalidad de los medios empleados”. 

Ésta es una herramienta legal que tienes a tu favor en caso de que hayas lesionado a tu agresor. Lo más importante es que logres defenderte y mantengas tu vida a salvo.

6.- Denuncia en redes sociales y arma un escándalo

Si tienes los datos del conductor y el vehículo, intenta denunciar en redes sociales y arrobar a las autoridades responsables de la seguridad en tu entidad. Si saliste bien librada de la agresión, usa estas herramientas para alertar a otras mujeres sobre los atacantes.

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7.- Más vale prevenir

Nada como prevenir… Antes de abordar un taxi, anota las placas de los vehículos, comparte tu trayecto, avisa a una o varias peronas de tu confianza sobre tu viaje, investiga con antelación tu ruta o las rutas alternativas y manten cerca el celular.

Si no eres tú quien va en el vehículo, pero a ti se te solicita ayuda:

Si recibes un mensaje o una llamada de auxilio por parte de una mujer (seas hombre o mujer), antes que nada no dudes de ella. Cada segundo es valioso.  

Conserva la calma, pon atención a toda la información que pueda darte, hazle preguntas que ayuden a su localización como: su trayecto, su vestimenta, datos del vehículo y el conductor, entre otras. No esperes a que ella te diga cómo actuar o te confirme que está en peligro. Actúa tan rápido como puedas y asume que está en peligro. 

¡Ojo! No se trata de que las mujeres seamos cada vez más creativas para salir bien libradas de la violencia que nos acecha a diario. Se trata de que los hombres no ejerzan violencias contra nosotras y que los espacios privados y públicos sean lugares seguros para que los habitemos y transitemos con libertad y autonomía. 

Pero mientras esto sucede, estos casos confirman que frente a una agresión, las mujeres han buscado formas de escapar y defenderse para mantenerse a salvo.

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