Este domingo 28 de abril más de 16 millones de mexicanos sintonizaron el segundo debate presidencial con el fin de conocer lo que las candidatas a la presidencia tienen que ofrecer a México en materia de crecimiento económico, empleo, infraestructura, pobreza, desigualdad, cambio climático y desarrollo sustentable.
Los temas se discutieron superficialmente entre el sin fin de acusaciones personales que intercambiaron las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Y fuera de la conversación quedó un plan de reforma a Pemex que alivie la carga en la que esta empresa se ha convertido para el Estado Mexicano.
“Pemex es un robadero” dijo la candidata a la presidencia de la coalición Fuerza y Corazón por México, la única en aludir al problema con Petróleos Mexicanos. “Vamos a hacer de Pemex una empresa eficiente, no se va a privatizar, sin cambiarle una coma a la ley, Pemex va a ser una empresa con un nuevo modelo de negocio que invierta dinero, de donde es rentable, que es Pemex-Exploración.”
Independientemente de los escándalos de corrupción que rodean a la empresa, Pemex es un gigante que poco a poco va muriendo a pesar de los esfuerzos titánicos del Estado por mantenerlo a flote y sin una reforma profunda difícilmente un plan de negocios distinto dará los resultados que plantea Gálvez.
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En el primer trimestre de 2024 registró una caída del 91.7% de utilidades en Pemex con respecto al mismo periodo del año pasado. Para el 31 de marzo de 2024 su deuda alcanzó los 1.69 billones de pesos, lo que equivale al 4.9% del PIB estimado para México este año.
Y a todo esto, ¿Qué dice la puntera Claudia Sheinbaum sobre el futuro energético de México?
La candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia se ha comprometido con continuar el plan de rescate de Pemex y la CFE. “Se acabó la época de las privatizaciones”, Pemex “es una empresa del pueblo de México, no de un gobernante”, dijo en Nuevo León Sheinbaum en el mes de marzo.
Durante la campaña Claudia Sheinbaum ha explicado que sus planes para Pemex consisten en renegociar y consolidar la deuda, y ampliar el enfoque de Pemex para que comience a trabajar los temas de energías renovables.
La candidata de Morena, PT y PVEM ha planteado la “posibilidad” de que Pemex se desarrolle en “temas de energías renovables”, sin embargo, esta propuesta se suma a la larga lista de promesas que suenan bien, pero que están muy lejos de ser viables.
Tanto Xóchitl Gálvez cómo Claudia Sheinbaum tienen planes “verdes” para Petróleos Mexicanos, pero se quedan cortas en cuanto a lo que verdaderamente hace falta para cambiar el rumbo en términos medioambientales y energéticos del país.
Lo mejor que puede hacer Pemex en este momento es, por un lado, generar recursos para el Estado Mexicano y por otro reducir sus emisiones de metano, nos explicó Oscar Ocampo, coordinador de Energía y Medio Ambiente en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
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Cualquier plan para el futuro de Pemex debe tener en cuenta que si bien hay que trabajar hacia la seguridad energética, debe de haber un balance entre lo que se invierte y lo que se genera en Pemex.
El gobierno en turno ha optado por respaldar la deuda de Pemex con el fin de que la empresa reciba mejores tasas de interés, sin embargo, el balance sigue siendo negativo y a pesar de todos los apoyos la deuda no se ha movido. “A más de cinco años que inició el programa de apoyos a Pemex se puede decir que el plan de rescate fue un fracaso”, comentó Ocampo.
¿Es posible un Pemex mejor?
Seguir parchando los errores que se han cometido con Pemex en las últimas décadas ya no es suficiente y las propuestas de las candidatas siguen sin ir al punto del problema que es la estructura interna. “La reforma más transformadora de Pemex es cambiar su modelo de gobernanza”, nos explicó Oscar Ocampo.
Entre los principales cambios imprescindibles para Pemex que nos comenta el politólogo y maestro en políticas públicas están: cambiar el que la dirección general sea un puesto designado en el gabinete, tener un consejo independiente con poder de injerencia real en la empresa que se sobreponga al interés político y que busque “generar un valor económico” para el Estado Mexicano como dueño de la empresa.
Independientemente de lo que proponga Gálvez en el discurso, va a tener que seguir la política de apoyo “les guste o no les gusto tienen que seguir apoyando a Pemex”, aclaró Ocampo. Sin embargo, lo que tiene que cambiar es la forma en como se otorga este dinero sin condiciones y sin exigirle a la empresa resultados a cambio.
La evidencia de esto son los datos que salen del primer trimestre de 2024 sobre la operación en Pemex. Si bien se estima que el Gobierno federal ha apoyado a Pemex con un total de 1.73 billones de pesos desde 2019, “la producción petrolera de Pemex se ubica en su menor nivel en más de una década. Durante el primer trimestre de 2024, Pemex y sus socios extrajeron la menor cantidad registrada de petróleo crudo (sin incluir condensados) para un periodo equiparable en los últimos 13 años” indicó un reporte del IMCO.
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La realidad es que ninguna de las candidatas parece estar lista para hacerle frente al problema que representa Pemex para las finanzas públicas mexicanas. Gálvez hace planes de cómo gastará el dinero que dejará de dar a Pemex, algo poco realista en este momento, mientras que Sheinbaum propone ampliar el ámbito de competencia de una empresa que no ha dado buenos resultados ni en sus más básicas funciones.
Pero lo que ambas siguen evitando es hablar de una verdadera reforma al modelo político tan poco eficiente bajo el cual esta opera. ¿Hasta cuándo podrá seguir postergando la clase política el problemita billonario en el que se ha convertido Pemex?
