A los 13 años de edad Ahmad Manasra fue detenido por las autoridades israelíes por presuntamente haber apuñalado a dos personas. La organización Amnistía Internacional informó que durante el interrogatorio del adolescente palestino no contó con un abogado, tampoco pudo ver a sus padres. El joven quedó indefenso, fue insultado y amenazado durante todo el proceso.
Los tribunales concluyeron que el chico no había participado en los hechos que sucedieron hace nueve años, aun así Ahmad fue declarado culpable de intento de asesinato y le impusieron una sentencia de 12 años de cárcel que al final se redujo a nueve años y cinco meses.
Desde hace casi tres años, Ahmed que ya pasa de los 21 años de edad, fue sometido a un régimen de aislamiento que le ha agudizado problemas mentales que desarrolló a raíz de su detención. Las leyes internacionales, de acuerdo con Amnistía Internacional, prohíben el castigo de aislamiento por más de 15 días, pues es una forma de tortura.
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Sin embargo, las autoridades de Israel, lejos de considerar la liberación del joven, le han impuesto otros seis meses en régimen solitario. La salud mental de Ahmed es tan grave que no ha sido capaz de asistir a la audiencia donde se dictaría la extensión de su pena en aislamiento en septiembre de 2023.
Este doloroso caso es solo un ejemplo de las innumerables violaciones a los derechos humanos que ha cometido el Estado de Israel por décadas, cobijado por el gobierno de Estados Unidos y por la omisión de la Unión Europea, la ineficacia de la ONU y todas las organizaciones internacionales que no pueden hacer nada para proteger a la ciudadanía palestina.
Israel en constante ataque contra las y los palestinos
Tan solo en 2022 -y sin que hubiera la perfecta excusa del condenable ataque de Hamás a Israel como lo estamos atestiguando desde el 7 de octubre de 2023- Israel destruyó alrededor de 1,700 viviendas palestinas en un ataque a la Franja de Gaza matando a 49 personas, de las que 31 eran civiles. Otras 17 personas palestinas, incluyendo 2 niñas y 6 niños, fueron asesinados por un cohete israelí que falló en su objetivo contra un grupo armado.
Después, un misil israelí mató a 5 niños e hirió a otro en el cementerio de un campo de refugiados en Yabalia. En Cisjordania las incursiones militares con uso extremo de la fuerza dejaron ese mismo 2022 a 151 personas palestinas asesinadas y a 9,875 heridas.
Es importante resaltar que Cisjordania no está controlada por el grupo terrorista Hamás; al contrario, más del 60% del territorio está bajo control civil y militar de Israel, el resto está bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina y en algunas zonas por una combinación de ambos.
En otro evento que ocurrió también en 2022, fuerzas israelíes mataron a 36 niños y niñas en Cisjordania y Jerusalén Oriental (la parte que no corresponde al territorio israelita). También se registró el asesinato de una periodista, numerosos homicidios ilegítimos y ejecuciones extrajudiciales.
Estos casi 200 asesinatos de civiles palestinos son apenas los reportados en un informe de Amnistía Internacional en 2022. Los números de asesinatos cometidos por el Estado de Israel desde que inició la ocupación de los territorios palestinos en 1967 son incontables.
Restricciones a lo más básico de la vida, otro tipo de crímen
Los crímenes que ha cometido Israel en contra del pueblo palestino no solamente se reducen a las muertes causadas por sus fuerzas militares. El bloqueo que mantiene en la Franja de Gaza desde hace 16 años implica una restricción severa de los derechos de la ciudadanía y el control que mantiene en Cisjordania segrega a las y los palestinos de diversas maneras.
“Israel puso un bloqueo tanto terrestre como marítimo en el territorio de la Franja de Gaza por el miedo que tienen a que implementos de guerra, como armas, entraran al territorio de la Franja de Gaza y que pudieran ser utilizados como en el ataque del 7 de octubre (de 2023 por Hamás) para dañar a la población israelí”, nos dijo la doctora en Ciencias Políticas y docente de la Universidad Santiago de Cali, Carolina Ardila Behar.
También Egipto mantiene un bloqueo en la parte sur de la Franja de Gaza, resaltó la especialista. “Ese bloqueo implica un control de lo que entra y sale de la Franja de Gaza, todo debe ir a través de Israel”, incluyendo ayuda humanitaria, comida, implementos de salud que tienen que entrar por los puertos de Israel, donde son revisados y llevados hasta representantes de la ONU u otros reconocidos por Israel.
Este sistema de gobierno opresivo y racista es lo que se conoce como apartheid, considerado un crimen de derecho internacional. El concepto de apartheid fue acuñado a mediados del siglo XX para referirse a la estructura política, económica y jurídica que impusieron los descendientes de colonizadores blancos sobre las personas negras e indias en Sudáfrica hasta la década de los 90 para conservar sus privilegios.
Algo semejante está pasando en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) por Israel, ya que el régimen impuesto por el país judío implica que la ciudadanía palestina pierda el derecho a la libre circulación, detenciones arbitrarias, destrucción de aldeas completas, desplazamiento forzoso, negación de solicitudes de asilo, negación de la nacionalidad, confiscación masiva de tierras y propiedades e incluso impedimentos para que las familias palestinas se reúnan.
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“Para la población palestina el bloqueo significa una problemática y es que la Franja de Gaza no puede, por ejemplo, generar acuerdos comerciales, importación, exportación, no puede recibir implementos, sino que todo tiene que hacerse a través de organizaciones o Estados extranjeros reconocidos por Israel”, señaló Ardila.
Israel tiene “permiso” para cometer estos crímenes
Son varias las razones por las que ninguna organización internacional ha podido hacer algo contra el bloqueo que mantiene Israel sobre la Franja de Gaza y el control sobre los TPO en Cisjordania considerado ilegal por organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional y Human Right Watch.
Uno de los principales motivos, nos dijo la internacionalista Carolina Ardila, es la vinculación de Israel con Estados Unidos que reconoce que para la supervivencia de Israel es fundamental controlar a Hamás.
Ana Ortega, internacionalista y especialista en temas de Medio Oriente, nos explicó que las excelentes relaciones de Israel con Estados Unidos le permiten, prácticamente, tener “rienda suelta para seguir ocupando Palestina y no ser sancionado cuando comete crímenes de guerra”.
Además nos dijo que Estados Unidos está activamente llevando a cabo negociaciones de normalización con países árabes, particularmente con Arabia Saudita y también Israel lo ha estado haciendo con Emiratos Árabes, país con el cual firmó un acuerdo de libre comercio en 2022, el primero entre un país árabe e Israel.
La internacionalista nos dijo que los gobiernos de los países árabes, aunque apoyan a Palestina, son más pragmáticos y varios están en proceso de buscar acuerdos de normalización diplomática con Israel y no van a sacrificar esos intereses por Palestina.
“Por más que los gobiernos y las instituciones internacionales se construyen pensando en valores y pilares del derecho internacional, los intereses políticos, económicos y de seguridad son inevitables”, destacó la especialista.
Por otro lado, está el tema de Irán, que es el mayor financiador del grupo terrorista Hamás y, junto con otros países, es enemigo acérrimo de Israel, por tanto también de Estados Unidos y de sus aliados.
“El poderoso siempre ha tenido rienda suelta para hacer lo que quiera, en primer lugar porque puede y en segundo porque hay muchas razones por las que es peligroso oponérsele. Aún Rusia, a la que se están enfrentando Estados Unidos y la OTAN, anexó Crimea hace casi 10 años y así sigue”, acusó Ortega.
Finalmente la especialista consideró que “no hay gran cosa que se pueda hacer contra un gigante como Estados Unidos ni contra su protegido Israel aunque se quiera. La ONU sí ha emitido comunicados condenando los ataques a civiles, centros de ACNUR, hospitales, pero como organismo internacional no tiene autoridad real sobre ningún gobierno, porque eso no respetaría la soberanía nacional”.
Lamentablemente, en una realidad donde los intereses se sobreponen a la justicia, la comunidad internacional, la ONU, las condenas de los países y lo que diga cualquier otro organismo, no pasan de ser meras sugerencias. ¿Resistirá Palestina otros 50 años de silencio y opresión?
