Desde el 7 de octubre de 2023 la atención del mundo se volcó hacia el conflicto que resurgió entre Israel y Hamás luego de que este último lanzó un brutal ataque contra Israel matando a más de 1,300 personas.
Por décadas ha habido una preocupación internacional por la ciudadanía palestina de la Franja de Gaza quienes viven, no solamente bajo el bloqueo que Israel y Egipto impusieron sobre el territorio, sino como rehenes del grupo que por muchas naciones es reconocido como una organización terrorista, nos explicó la doctora en Ciencias Políticas y docente de la Universidad Santiago de Cali, Carolina Ardila Behar.
“Dentro del territorio gobernado por mano dura por Hamás no existen derechos civiles, políticos mucho menos, religiosos o a la libre determinación de la religión, las mujeres no tienen derechos como en los países occidentales, sino que al ser regidos por una versión del Islam muy extrema son consideradas propiedad de sus maridos o de sus padres si no están casadas”, nos dijo Ardila Behar.
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La especialista señaló que es importante entender que aunque la población de Gaza es una población civil palestina no han sido gobernados desde el 2007 por los voceros legítimos de la población palestina, sino por Hamás.
Hamás es un movimiento nacionalista palestino, ideológicamente del sunismo islámico que se crea en 1987 por el jeque Ahmed Yasin, que militaba en los Hermanos Musulmanes -o Hermandad Musulmana-, que nacen en Egipto durante el que fue el primer levantamiento palestino contra el control militar que imponía Israel en Cisjordania y Gaza, nos explicó Carolina Ardila.
“Son como la rama palestina de ese movimiento (de la Hermandad Musulmana) y cree en una versión musulmana bastante extrema y que busca la generación de un estado o un territorio gobernado, islámico, bajo las leyes de Corán, así como ellos las interpretan”, nos dijo Ardila.
Un grupo terrorista y unas elecciones trucadas
Hamás -que es el acrónimo en árabe de Movimiento de Resistencia Islámica- es considerado un movimiento terrorista por varias razones, nos dijo la especialista.
“La primera es que bajo su Carta Magna establecen su deseo de crear un Estado islámico independiente a partir de la destrucción del Estado de Israel”. De hecho, Hamás está fundamentado ideológicamente en tres pilares: religión, caridad y la lucha contra Israel.
Pero además, tiene una historia detrás del poderío que han sembrado en Gaza a través del terror desde que Israel se retiró del territorio.
Un año después de que Israel se retirara de Gaza en agosto de 2005, Hamás ganó las elecciones legislativas palestinas, derrotando a Fatah, el partido rival que dirige Mahmud Abás. Para 2007 y tras una serie de enfrentamientos en Gaza, Hamás derrocó a la Autoridad Palestina que estaba bajo el control de Fatah y tomó la Franja de Gaza por la fuerza.
“El partido que había ganado las elecciones en Gaza era el mismo que gobernaba tanto Gaza como Cisjordania, el partido Fatah (…) que representa a la Autoridad Palestina”, detalló la entrevistada.
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La especialista nos explicó que luego de que Hamás expulsara a la Autoridad Palestina de Gaza, convocó a unas elecciones que no se consideran democráticas porque no había una alternativa electoral.
“Se consideran terroristas porque ellos buscan llegar al poder a través de ataques coordinados que tienen como objetivo dañar o asesinar a la mayor cantidad de civiles israelíes. Su accionar responde a una lógica terroristas y por eso muchos de los países del mundo los ha reconocido como una organización terrorista”, acusó la entrevistada.
El poder militar, adoctrinamiento y miedo
Desde entonces, en la Franja de Gaza se viven muchas vulnerabilidades, nos dijo la politóloga Carolina Ardila, principalmente las y los niños están en constante riesgo porque Hamás los utiliza como un escudo para sus armamentos o militantes.
“Muchas veces vamos a encontrar que en espacios donde tienen armamento o militantes importantes que pueden ser objetivos militares de Israel ellos (Hamás) llenan los espacios de niños y mujeres para que Israel tenga que sopesar la proporcionalidad de la respuesta y dudar acerca de si es un espacio que pueda ser atacado militarmente o no”, destacó la especialista.
También dijo que las mujeres y los niños en Gaza se convierten en una población mucho más vulnerable que en el resto de los conflictos del mundo porque Hamás, al ser un grupo terrorista y no un Estado, no cumple con las funciones de velar por la protección de los civiles, sino al contrario, los utiliza como arma de guerra.
“Hamás tiene unas escuelas especiales en las cuales recluta niños y desde muy pequeños los enseña a ser militantes de Hamás, lo que también va en contra del Derecho internacional y del convenio por los derechos de los niños y niñas”, detalló Ardila.
Por otro lado nos explicó que es difícil conocer exactamente cuál es el sentir de las personas que viven bajo el control militar de Hamás, ya que su derecho a la expresión está altamente regulado. Esto hace difícil que quienes se encuentran dentro se expresen libremente sin que su vida y la de su familia se vea en riesgo.
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Sin embargo, la especialista consideró que existen dos sectores: por un lado quienes sufren día a día las condiciones impuestas, que no se sienten representados por Hamás y se sienten rehenes de la situación; y por otro lado hay una población que ha aprendido a creer en esa ideología, quizás a causa de un adoctrinamiento muy temprano.
Muchos de quienes tienen 16 años o menos en la Franja de Gaza, no conocen otra realidad más que la que viven ahora, no conocen su país sin estar bajo el dominio de Hamás que gracias al financiamiento de Irán, se puede permitir una maquinaria militar muy fuerte, resaltó la entrevistada.
A eso se le suma la metodología del ejemplo para mitigar levantamientos u organismos de oposición en contra de Hamás, ya que quienes son considerados una amenaza para el régimen pueden ser víctimas de secuestro, tortura e incluso ejecuciones públicas con el objetivo de eliminar cualquier conato de resistencia.
“Una de las cosas que Hamás ha hecho es que sus castigos, por cualquier razón, sean públicos, de manera que toda la población pueda saber o imaginar lo que podría pasarles si ellos también se enfrentaran a Hamás. Es un tema del miedo al castigo que hace que la mayoría de la población se haya mantenido a raya”, finalmente señaló Carolina Ardila.
La situación en Gaza no parece que vaya a mejorar pronto. Las muertes, los heridos y los crímenes de guerra que están cometiendo tanto Israel como Hamás en contra de la ciudadanía requiere acciones urgentes y no parece haber intenciones de los organismos internacionales para meter las manos en su defensa.
El panorama en Medio Oriente, lejos de ser solo un conflicto armado, parece ser un intento de exterminar a los 2,000,000 de palestinos que dependen de la voluntad de ambos bandos. ¿Alguno se detendrá antes de que sea demasiado tarde?
