Libertad de expresión en Paraguay: amenazas de muerte y discursos de odio contra mujeres periodistas

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Por Irma Oviedo

Mercedes Barriocanal –periodista paraguaya de radio y TV con más de 40 años de trayectoria- fue amenazada de muerte por sus investigaciones, por lo que tuvo que abandonar el programa televisivo El Ojo en 1994. 

Mientras que la comunicadora Noelia Díaz, con 23 años de experiencia, también sufrió amenazas de muerte en Twitter en octubre de 2018. En ese entonces, era presidenta del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP).

A las amenazas de muerte, en los casos de Mercedes Barriocanal -vía telefónica en 1994- y Noelia Díaz -a través de una red social en 2018- se suman la violencia digital de género con discursos de odio, la cual es considerada un ataque a la libertad de expresión, según la ONU. 

La hostilidad en el entorno digital contra Barriocanal y Díaz se acentúa cuando opinan sobre temas políticos, sociales, educativos o feministas en redes sociales, especialmente en X, antes Twitter.

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El artículo 26 de la Constitución paraguaya garantiza la libertad de expresión. Igualmente, la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece en su artículo 13 que “este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística”. 

Sin embargo, parece que las leyes paraguayas son letra muerta para quienes hostigan en redes sociales a las periodistas por dar su opinión.

“Menchi”, durante la presentación de su noticiario televisivo.

En 2022, Mercedes Barriocanal -conocida como “Menchi”- fue blanco de ataques digitales violentos y sistemáticos. El 7 de diciembre de ese año ella demandó por “violencia digital” al presidente de la Asociación de Usuarios y Consumidores del Paraguay (Asucop), Juan Vera Ibarra, quien difundió su número personal en redes sociales. Este hecho -la difusión de datos privados con el fin de perjudicar a alguien- es conocido como doxing

Cinco meses después y tras un juicio oral, el 18 de mayo de 2023 la justicia condenó a Vera a una multa de más de $52,000,000 de guaraníes (más de $7,000 dólares).

Al igual que “Menchi”, también Noelia Díaz afronta seguido ataques digitales y discursos de odio en redes sociales. Su estrategia de cuidado es bloquear a los acosadores virtuales

Este tipo de violencia es un fenómeno reciente en el país sudamericano, pero replica las mismas formas de violencia de género fuera del internet, escribieron Lina Cuéllar y Sandra Chaher en la investigación Ser periodistas en Twitter: violencia de género digital en América Latina, de 2020. El problema cobró relevancia con el auge de las redes sociales en los últimos cinco años, explicaron. 

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Las autoras observaron cómo la violencia estructural de género que atraviesa a las sociedades se extiende en internet, en particular en las redes sociales.  

La violencia de género digital se define como “cualquier acto de violencia que se comete, se presta asistencia o se agrava en parte o totalmente por el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), tales como teléfonos móviles y teléfonos inteligentes, internet, plataformas de redes sociales o correo electrónico, contra una mujer porque es una mujer, o que afecta a las mujeres de manera desproporcionada”, según un informe de la ONU de 2020.

La violencia digital que sufren las mujeres consiste en amenazas en línea, generalmente de naturaleza misógina, frecuentemente de carácter sexual y específicas del género, según reportes de la ONU de 2016 y 2018. 

Esta situación no solo reduce la participación en el debate en línea o el aislamiento social, sino que también provoca en las mujeres sufrimientos psicológicos, físicos, sexuales o económicos producidos tanto por la violencia en línea como por el temor a que se concreten las amenazas, según un informe de la ONU de 2018. Esta forma de violencia se considera un ataque a la libertad de expresión.

El caso de “Menchi” y una condena por “violación a la intimidad” 

La periodista de televisión Mercedes “Menchi” Barriocanal recibió más de 6,000 mensajes de odio en su número privado desde el 30 de noviembre de 2022. 

Esto después de que Juan Vera Ibarra publicó el número privado de “Menchi” en redes sociales y grupos de WhatsApp. El acosador llamó a sus seguidores a “evidenciar” a la periodista por apoyar un convenio del gobierno con la Unión Europea (UE) para financiar la educación pública en Paraguay.

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Y es que ese día -el 30 de noviembre de 2022- la Cámara de Diputados aprobó un proyecto para desechar un convenio con la UE y “Menchi” se manifestó en contra. Grupos de derecha acusaron que la UE financiaba el Plan de Transformación Educativa 2030, el cual tiene un enfoque que ellos criticaron como de “ideología de género”. 

“Menchi” -quien también es activista por los derechos humanos- relató que jamás olvidará la avalancha de ofensas anónimas en su celular, que le provocaron angustia y desesperación. Abundó que los ataques en línea en su contra aumentaron al pronunciarse sobre temas políticos, especialmente contra la reelección del ex presidente Horacio Cartes, en 2017.  

“Tengo posturas como periodista que las manifiesto públicamente o a través de las redes o en los espacios donde estoy como conductora. Recibo ataques, a los que, de alguna manera, lamentablemente uno se tiene que acostumbrar porque tiene que ver un poco con intereses de grupos fundamentalistas, incluso intereses de grupos políticos”, explicó. 

Estas formas de violencia de género en internet se enmarcan en discursos de odio. En un informe de 2020, la ONU dijo que se trata de “cualquier tipo de discurso, escrito o conductual, que ataca o usa lenguaje peyorativo o discriminatorio hacia una persona o grupo sobre la base de lo que son, en otras palabras, de su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia u otro factor de identidad”. 

“Esto que hizo Juan Vera se llama doxing, y es el acto de revelar intencional y públicamente información personal. Si bien todavía no está dentro de nuestro Código Penal, el doxing existe”, denunció “Menchi”, quien se dijo afectada en su intimidad y psicológicamente. 

La periodista también ganó un amparo contra los hostigamientos gracias a la Ley 5777 de Protección Integral a las Mujeres contra toda forma de Violencia, por lo que cesaron los mensajes de odio

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Noelia Díaz y la violencia digital 

La periodista Noelia Díaz, activista por los derechos humanos y feminista, ex presidenta del SPP y vocera de la Red de Periodistas y Comunicadoras del Paraguay, fue amenazada de muerte en Twitter tras exigir justicia por un caso de feminicidio en 2018.

La periodista Noelia Díaz, durante una marcha por el 8M en Paraguay.

Díaz denunció el hecho ante el Ministerio Público. “Fue la primera vez en toda mi vida que recibí una amenaza de muerte y la verdad es que tuve bastante miedo. Cuando yo me levantaba para irme a trabajar a las seis de la mañana, leía esas amenazas de muerte que me sorprendieron y me dieron muchísimo miedo”, platicó. 

“Desafortunadamente esta persona -como muchos de los haters de redes sociales, sobre todo en Twitter– se escondió detrás de un perfil falso y borró no solamente los mensajes, sino que desapareció su cuenta”, abundó. La Policía Nacional asignó custodios para proteger a Díaz. “Fueron días muy terribles. Me pusieron un guardia por 24 horas que iba conmigo a todos lados”, recordó.

“Cuando escribo en Twitter alguna cosa por mis posiciones políticas feministas, la horda de haters sale diciendo alguna cosa. Son como 15, 20 comentarios. Entro a los perfiles y todos tienen las mismas características: pocos seguidores, cualquier foto de perfil, usan cualquier nombre”, señaló la periodista

Díaz consideró que para contrarrestar la violencia digital es necesario debatir ampliamente sobre los mecanismos de protección y la legislación. “Está en juego lo que tiene que ver con la libertad de expresión y hay una línea demasiado fina entre lo que es esta libertad y la censura. Cuando empiezan a agredirte, cuando te amenazan de muerte, eso no es libertad de expresión”, subrayó. 

La violencia digital en números 

El 75% de las periodistas recibió agresiones y amenazas en canales externos a Twitter, como en otras redes sociales, en la vía pública o a través de sus teléfonos o cuentas de correo electrónico, según la investigación Ser periodistas en Twitter. “El 32% fue abordada en la vía pública, el 25% fue atacada en otras redes sociales, 14% vía WhatsApp, al 7% les violentaron sus casas y autos particulares; y el 3.5% recibió mensajes intimidantes en sus líneas telefónicas personal y laboral”. 

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Además, la violencia de género en línea es un doble ataque. Por un lado, se ataca a las mujeres por el material publicado y por el otro, por su condición de mujeres, según el informe Tendencias Mundiales en Libertad de Expresión y Desarrollo de los Medios 2017/2018, de la UNESCO. 

Las personas que atacan a las mujeres en las redes sociales usan un lenguaje “cargado de estereotipos de género y expresiones discriminatorias”. “El 10% de menciones en Twitter ponen en duda la capacidad intelectual de la periodista, el 20% tiene expresiones sexistas, y el 30% contiene comentarios sobre la apariencia física”, documenta por su parte la investigación Ser periodistas en Twitter.

Las periodistas son atacadas al igual que los varones, pero contra ellas se usan palabras discriminatorias de género y con connotaciones sexuales, abunda el informe elaborado por Lina Cuellar y Sandra Chaher. 

Violencia digital versus salud mental 

La psicóloga Montserrat Vera señaló que el apoyo psicológico -individual y familiar- y el acceso a la justicia son elementos claves para poder enfrentar la violencia digital de género. Aclaró que en términos generales la violencia es violencia, no importa si es online u offline, y que el impacto en la salud mental también es el mismo. 

Las agresiones en línea tienen un mayor nivel de impunidad porque la gente se anima a ser más violenta al estar escondida detrás de una pantalla y en el anonimato, explicó Vera. Agregó que los niveles de crueldad son muy elevados. Al contrario de lo que sucede en la calle -precisó- que una persona puede gritar y pedir ayuda, en las redes sociales la agresión es a veces anónima y eso detona la ansiedad. 

Para cuidar la salud mental, Vera recomendó que es necesario alejarse de las redes sociales cuando sucede un ataque. “Me parece que es importante parar un rato. Alejar el elemento estresante, digamos, como no estar mirando el teléfono. Yo creo que profundiza igual el malestar en el sentido de que uno elige estar o no en las redes”, apuntó. 

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Detrás del discurso de odio y los ataques en línea hay una cuestión de género, abundó la psicóloga. “Hay más probabilidad de que la agresión sea a una mujer. Hubo otros personajes en el periodismo que hablaron de estas cosas, pero no fueron agredidas como ‘Menchi’. Y no es casual que sea una mujer la que reciba más ataques, porque estamos en una sociedad que cree que puede hacer lo que quiera a las mujeres”, criticó.

De lo online a la continuación offline 

“La violencia digital de género es un continuum de la violencia hacia las mujeres y niñas en el mundo físico”, concluye el informe Violencia de Género de Internet en Paraguay, elaborado en 2021 por la Asociación de Tecnología, Educación, Desarrollo, Investigación y Comunicación (TEDIC), la cual es una organización que defiende y promueve los derechos humanos en internet.

Internet no es un espacio libre de violencia y estas violencias identificadas en esta investigación no operan de manera aislada con la violencia física. Están conectadas, se superponen y se fortalecen entre sí. Por tanto, se puede afirmar que la violencia digital es real”, advirtieron las investigadoras Maricarmen Sequera y Diana García. “La violencia telemática se da en mayor medida hacia mujeres con posicionamiento político y aquellas que son referentes de opinión pública”, añadieron. 

En Paraguay -advirtió TEDIC– no hay una ley sobre la violencia contra las mujeres a través de las TIC. Precisó que la Ley 5777 incluye la “violencia telemática”, pero de manera incompleta y “no reconoce la violencia de género en línea como un tipo de violencia con un impacto único y directo en los derechos, libertades, salud emocional y seguridad de las mujeres en toda su diversidad”. 

Para el estudio de 2021 se encuestó a comunicadoras, políticas e influencers de entre 18 y 30 años de edad, de Asunción, Ciudad del Este, Caaguazú, Villarrica y Encarnación. Ellas reaccionaron de distintas maneras ante la violencia digital y coincidieron en que las agresiones tienen por “objetivo silenciar y excluir a las mujeres a partir de un desgaste psíquico que provoque el retiro de las voces”. 

Las encuestadas desconfiaron de la eficacia de la denuncia ante las instituciones de justicia o que cambie en algo la situación de violencia. “Este aumento de violencia digital de género en Paraguay se debe a que la violencia se traslada y se reproduce en nuevos espacios y junto con la cultura de impunidad se mantiene firme. Estos factores conllevan a replicar las prácticas estructurales de violencias sistemáticas del mundo offline al online”, concluye el informe.

Las investigadoras identificaron que la violencia en línea impacta en la libertad de expresión y la salud mental de las mujeres. “Las víctimas se autocensuran en internet y a su vez se ven afectadas en su seguridad emocional, generando inestabilidad emocional, agotamiento, alerta permanente y sensaciones de inseguridad”, finalizaron.

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