El 1 de diciembre de 2018, México estaba expectante ante el primer discurso que ofrecería en su toma de posesión el nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
A cinco años de distancia de la investidura presidencial, Cuestione revisará cada una de las 100 promesas que ofreció el mandatario para saber si -a un año de que termine su gobierno- se cumplieron a cabalidad, quedaron a medias o terminaron en el olvido.
Atención especial a los pueblos indígenas y primero los pobres son las dos primeras promesas que aparecen en la versión estenográfica del 1 de diciembre de 2018 en el portal de la Presidencia de la República. Veamos qué pasó con ellas…
Te puede interesar: Partidos políticos “tuercen” la ley para simular candidaturas indígenas y de otras minorías
La esperanza en un bastón de mando
Camino a la rendición de protesta, el presidente electo extendía la mano por la ventana, saludaba al pueblo. Un joven ciclista con atuendo naranja se le emparejó al vehículo presidencial y le soltó la frase: “en ti confiamos”.
Minutos más tarde, Andrés Manuel López Obrador recibía el Bastón de Mando de los 68 pueblos indígenas, el cual por primera vez en la historia de México era entregado a un hombre con la banda presidencial bajo la promesa de velar por ellos.
En México hay una gran diversidad de pueblos indígenas, cada uno con su propia cultura, idioma y tradiciones. Según el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), se reconocen oficialmente 68 agrupaciones lingüísticas originarias.
“Vamos a darle atención especial a los pueblos indígenas de México; es una ignominia que nuestros pueblos originarios vivan desde hace siglos bajo la opresión y el racismo, con la pobreza y la marginación a cuestas”, aseguró el presidente aquel diciembre ceremonial.
“Todos los programas del gobierno tendrán como población preferente a los pueblos indígenas de las diversas culturas del país”, agregó López Obrador.
De pedir perdón a pedir permiso
En un acto sin precedentes, en mayo de 2021 el presidente de México pidió perdón al pueblo maya por los agravios sufridos durante cinco siglos, tras la conquista de los españoles.
Sin embargo, algunos críticos señalaron que el discurso histórico del mandatario omitió mencionar los atropellos contemporáneos a los derechos de los pueblos indígenas mayas, como en el caso del Tren Maya, por ejemplo.
Desde el primer año de gobierno, AMLO anunció con gran entusiasmo esa obra del sexenio: el Tren Maya. Con una inversión de hasta $150,000,000 de pesos, López Obrador dio a conocer el proyecto con una ruta de 1,500 kilómetros que atravesará los estados de Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo; todos con poblaciones indígenas.
Entre las comunidades más numerosas y reconocidas en México se encuentran los náhuatl, maya, zapoteco, mixteco, tzotzil, tzeltal, otomí, totonaco y purépecha, entre otros, con sus propias características culturales, históricas y territoriales.
Pero la esperanza que despertó el presidente bajo la promesa de velar por los pueblos indígenas se fue desmoronando, así lo documentó el medio alemán Deutsche Welle en una nota periodística titulada: “México: pueblos indígenas, decepcionados con López Obrador”, que cuenta cómo el Tren Maya los está despojando de sus territorios.
Según ese portal de noticias, en Yucatán hay 3,286 hogares que están en el paso del tren, cuyos integrantes denunciaron que autoridades, como el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), buscan expulsarlos de sus viviendas.
Quizás quieras leer: Indígenas, entre la incredulidad y el miedo por COVID-19
“Nos han quitado parte de nuestras tierras, y hasta el momento no se sabe si las van a pagar o no. No estamos de acuerdo con la manera en la que se están manejando las cosas”, dijo al medio alemán José Euán, un activista indígena. Para el entrevistado, el único beneficio por vivir cerca de donde pasa el tren “es rentar o venderle la casa a un rico”.
Por otro lado, está el desplazamiento forzado de comunidades indígenas que se ven obligadas a salir de sus territorios por la violencia. Un informe de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos documenta que hubo más de 36,000 desplazamientos en Guerrero y Chiapas, de 2016 a 2020, aunque esta problemática no es nueva para México.
Y hay más. En 2021, en el estado de Campeche, ejidatarios de los municipios de Escárcega y Candelaria exigieron a la Fiscalía General de la República dar entrada a las denuncias contra la empresa Barrientos y Asociados por extorsión, fraude y violaciones a los derechos humanos. Y es que esta compañía fue contratada por Fonatur para negociar el “pago histórico” por el derecho de vía para el tramo 1 del Tren Maya.
Se supone que faltan cinco meses para la inauguración del Tren Maya. En mayo de 2023, la Sedena informó que había 20% de avances en la construcción en su tramos 5 norte, 6 y 7. De igual manera, la ONU consideró que el proceso de consulta indígena en torno a este proyecto no cumplió con los estándares internacionales, y que su puesta en marcha “podría afectar los derechos de los pueblos indígenas en México”.
El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) contabilizó en el censo de 2020 a 2,858,588 hogares indígenas.
Primero los pobres: la segunda promesa pendiente
“Se atenderá a todos los mexicanos sin importar creencias, clases, organizaciones, sexo, partidos, sectores económicos o culturales, pero se aplicará el principio de que, por el bien de todos, primero los pobres”, prometió el presidente López Obrador, aunque no especificó si la atención sería en materia de salud, alimentación, educación o personal.
También puedes leer: Niñas, niños y adolescentes con cáncer apenas sobreviven por la falta de medicinas
Andrés Manuel López Obrador impulsó el aumento del salario mínimo en un 20%, que en cuatro años pasó de $88 a $173 pesos diarios; sin embargo, a la par del aumento subieron los precios de la canasta básica con la que se mide el nivel de pobreza en el país.
Roberto Maldonado Gutiérrez, académico de la Facultad de Economía, dice que el aumento de precios en la canasta básica es un fenómeno mundial y se debe a diversas causas, entre ellas “la pandemia, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, y la expectativa de los mercados”.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en México la pobreza se determina cuando el ingreso mensual total por persona es menor al costo mensual de la canasta básica completa, que incluye alimentos, transporte, educación, salud, esparcimiento, bienes y servicios de consumo habitual.
El Coneval y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo señalan que en México hay 51,006,000 mexicanos en pobreza laboral, lo que se traduce “en que sus ingresos no alcanzan ni siquiera para comprar la canasta básica alimentaria”, alertó el Partido Acción Acción Nacional, aunque en los gobiernos anteriores tampoco alcanzaba y había más pobres.
Al cierre del sexenio del entonces presidente Felipe Calderón, en 2012, México llegó a tener 61,004,000 de mexicanos en situación de pobreza, lo que representó 52.3% de la población total, según el Coneval. Por su parte, en el gobierno de Enrique Peña Nieto el número de mexicanos pobres llegó a 52,003,000, de acuerdo con las mediciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
En abril de 2023, comerciantes establecidos notaron un aumento excesivo en los 24 productos de la canasta básica, pues el precio promedio pasó de $953.80 pesos en mayo de 2022 a $1,542.50 pesos en marzo de 2023.
De acuerdo con información de El Economista, la canasta básica del Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC) en el gobierno de López Obrador “quedó rebasada de cumplir su objetivo, y contrariamente, encareció 61.72% a 10 meses de su puesta en marcha”.
Éste es el panorama de las dos primeras promesas de 100 que ofreció López Obrador al pueblo de México. Aunque se han tomado algunas acciones, como el aumento del salario mínimo, persisten desafíos y preocupaciones en relación con los derechos y el bienestar de los pueblos indígenas, así como los altos niveles de pobreza laboral en el país.
