La alternancia en el poder en México dañó a la democracia… por culpa de la clase política

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Las personas en México cada vez creen menos en la democracia y, paradójicamente, una de las razones es la pésima que resultó la alternancia de partidos políticos, personajes y agendas en la presidencia de la República, de acuerdo con el sociólogo Daniel Vázquez.

Según la encuesta Latinobarómetro, en 2020 una de cada cuatro personas en México apoyaría a un gobierno autoritario, lo cual representa el doble de la gente que consideraba esto en 2018, cuando eran solo una de cada ocho. 

Además, la mitad de la ciudadanía aprobaría un régimen no democrático si así se resuelven los problemas del país, aún cuando esto significaría perder el poder de quitar y poner partidos, personajes y agendas por la vía electoral.

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La alternancia nos queda a deber

La alternancia en el poder es algo reciente en el país. En el siglo pasado, el mismo partido ocupó la presidencia de la República, prácticamente todas las gubernaturas y las posiciones en el Congreso de la Unión durante siete décadas, bajo los nombres de Partido Nacional Revolucionario, Partido de la Revolución Mexicana y Partido Revolucionario Institucional. 

Por eso, uno de los ejes principales de la lucha democrática era conseguir la alternancia, que el PRI dejara de ser sinónimo de gobierno federal y que la gente decidiera con su voto cuál era la mejor opción para conducir al país.

En 1997, por primera vez en 70 años, el PRI perdió la mayoría en el Congreso y en el año 2000, el panista Vicente Fox ganó las elecciones presidenciales al PRI, el cual se había caracterizado por hacer todo lo posible para evitar la alternancia, incluso bajo la sospecha de cometer fraude electoral en 1988, cuando el actual director de la CFE, Manuel Bartlett, era el titular de la Comisión Federal Electoral y Secretario de Gobernación del presidente priista Miguel de la Madrid.

Para el doctor en Ciencias Sociales Daniel Vázquez, el problema es que “la alternancia no tuvo ninguna consecuencia efectiva en el bienestar de la gente”.

“Te gobernó el PRI, luego te gobernó el PAN, luego te gobernó otra vez el PRI. Ahora incluso gobierna Morena y parece que no hay grandes diferencias. Entonces cuando parece que no hay grandes diferencias, ¿qué relevancia tiene vivir en una lógica democrática?”, dijo Vázquez.

Y agregó que, sin embargo, habría que preguntarse entonces si lo que está en crisis es la democracia o el sistema de partidos de nuestro país.

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Spoiler alert: la crisis es del sistema de partidos

Para Daniel Vázquez, si la democracia estuviera en riesgo, la mayoría de la gente estaría diciendo “si todos son iguales, pues que se vayan todos”, como ha ocurrido en otros países o en otras épocas de la historia de México.

Sin embargo, “en este momento la intención de voto de Morena se mantiene y yo diría que todavía no podemos decir que hay esta dinámica del ‘que se vayan todos’. No aumentó el voto en blanco o el voto nulo en las elecciones intermedias”, dijo el experto.

“En ese sentido, creo que podemos diferenciar la crisis del sistema de partidos –porque nuestra clase política es la misma y no sirve de mucho– a las crisis de la democracia en sí misma”, señaló Vázquez.

El experto también señaló que el país necesita rendición de cuentas y discutir si lo que hace falta es una renovación del sistema de partidos, “una nueva lógica, dinámica y procesos de nuestra clase política. Lo que no necesariamente pasa por decir ‘al diablo la democracia, vámonos a una dictadura’”.

Todo esto porque es muy importante tomar en cuenta y cuidar que tres de cada cuatro personas todavía quieren un régimen democrático a pesar de los malos personajes que han estado en la presidencia, de sus malas políticas públicas y sus escándalos. 

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El arte de ponerse de acuerdo

Para el experto, otro camino que podría tomar la clase política para cuidar la democracia es crear una cultura de intercambio de ideas y de oposición responsable. “Espero que hayamos aprendido que ser oposición irresponsable –como la de Morena antes de entrar al gobierno–, no da buenos réditos. A lo mejor te genera un poco más de votos, pero no da buenos réditos”, señaló Vázquez.

Y agregó que este empeño por no ponerse de acuerdo nos metió “en una lógica polarizada que además es estéril porque ni siquiera estás haciendo ningún cambio estructural”, en la que todos son buenos de un lado o malos del otro, cuando se deberían debatir las ideas y sancionar a las personas que cometieron delitos o malos desempeños de uno u otro lado.

“Hay que tener cuidado con sembrar una oposición irresponsable porque lo que cosechas son gobiernos con una oposición irresponsable”, concluyó.

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