Campaña del Conapo para prevenir embarazo adolescente revictimiza a las mujeres

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El 26 de mayo pasado, un cartel de la campaña publicitaria “Yo decido” de la Secretaría General del Consejo Nacional de Población (Conapo) destinada a prevenir el embarazo adolescente desató la crítica de usuarias de redes sociales, feministas y políticas por considerar que revictimiza y estigmatiza a las mujeres.

El cartel que muestra a una joven que rechaza una botella de cerveza, junto al mensaje “Yo decido ¡evitar riesgos!”, revictimiza a las mujeres porque coloca sobre ellas la responsabilidad de la violencia que sufren, ya que se entiende que “asumen riesgos al momento de ingerir bebidas alcohólicas”, nos expuso la doctora Andrea Samaniego Sánchez, especialista en el análisis de la violencia de género. 

“Responsabiliza a las mujeres por estar en la calle, por salir a divertirse, por tomar. Lo que te dice ese mensaje es que si estás en el espacio público entonces hay riesgos y tú eres responsable de lo que te pase”, señaló en entrevista.

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El mensaje del cartel es desafortunado, porque no menciona y no se entiende que forma parte de una campaña para prevenir el embarazo adolescente, indicó la también profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM e integrante de la Red de Politólogas.

De acuerdo con el Conapo, “cada día ocurren 1,000 nacimientos, de madres menores de 19 años en el país, y nacen cerca de 12,000 anualmente, de madres menores de 14 años”, el embarazo es la tercera causa de deserción escolar de adolescentes en el país.

Para Angélica Contreras, consejera de la asociación civil Cultivando Género, es preocupante que un cartel de una campaña gubernamental aborde la prevención del embarazo adolescente desde el miedo, la victimización y no desde los derechos de las juventudes.

El mensaje de dicho cartel es controvertido pues te dice “no ingieras esto para que no seas víctima, ¿por qué no le dices tú puedes disfrutar, tú puedes gozar?”. Las y los jóvenes tienen derecho a conocer sus derechos sexuales y a que el Estado los garantice, agregó.

Además, es una campaña “muy adultocéntrica”, porque “es más fácil decir vamos a prohibir, vamos a meter miedo de que si haces esto te va a pasar algo malo”, consideró la experta en derechos de las juventudes.

En cambio, nos dijo, la campaña podría destacar otra información para la prevención del embarazo adolescente no planeado como la prevención de las violencias y el qué hacer en caso de sufrir algún delito. Ya que cuando se trata de embarazo de menores de edad hay que revisar si es consecuencia de una violación sexual y en este caso resaltar la NOM-046 para la atención urgente de esta violencia. 

Segob aclara

Ante las críticas, el mismo 26 de mayo, la Secretaría de Gobernación, de la que depende el Conapo, informó en un comunicado que el cartel forma parte de la campaña “¡Yo decido!” (lanzada en 2021) integrada por otros spots audiovisuales, de radio, gráficos para la difusión digital e impresa y dos publicaciones editoriales, que tienen como eje la educación integral en sexualidad.

La Segob precisó que la campaña se enmarca en la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enapea) que “promueve el libre, informado y placentero ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos entre las adolescencias de entornos urbanos, indígenas y afrodescendientes con mensajes propositivos sobre: autonomía física de niñas y adolescentes”, entre otros.

Aclaró también que para la elaboración del mencionado cartel se realizaron distintos grupos con jóvenes quienes “manifestaron que el consumo excesivo de bebidas alcohólicas no permite tomar decisiones asertivas con relación a la vida sexual”.

Así que, con base en estos comentarios el Conapo diseñó dos versiones del cartel “en el que una mujer y un hombre adolescentes están en la misma circunstancia de rechazo a consumir bebidas alcohólicas, eligiendo que no lo necesitan para divertirse”, indica la Segob en la publicación.

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Campaña sin claridad

Bajo el análisis de Eder Salamanca, maestro en Alta Dirección en Comunicación y Publicidad, la campaña “Yo decido” tiene una serie de problemas, como no responder a una metodología, ni delimitar el mensaje ni la estrategia creativa -que son algunos elementos básicos de una campaña publicitaria-, lo que provoca que no haya claridad en el mensaje del polémico cartel.

Nos explicó que incluso la respuesta que dio la Segob ante la crítica destaca varios “mensajes propositivos” de la campaña: la autonomía física de niñas y adolescentes, la erradicación de todas las formas de violencia de género, la toma de decisión sobre el ejercicio de la sexualidad libre, la prevención de conductas sexuales de riesgo.

Pero al tener varios mensajes y no solo uno claro genera que se den múltiples interpretaciones, nos dijo el especialista en publicidad social y publicidad con perspectiva de género. 

“¿Cuál es el objetivo publicitario, es prevenir, generar conciencia, informar? No hay claridad de eso, así que tampoco hay un objetivo de comunicación claro”, añadió.

Por tanto, según Eder Salamanca, ​​la interpretación del cartel se centró en la violencia y en la crítica a la revictimización, pues en este se entiende que “no debo de tomar, porque si tomo me embriago, entonces si me embarazo es mi responsabilidad por haber tomado”, es necesario poder colocar la importancia del alcohol sin caer en estigmas o victimización.

Consideró que el Conapo necesita hacer un mejor análisis y evaluación de las campañas que se han hecho en el marco de la Enapea -y que han sido exitosas-, para en adelante elaborar campañas con metodología bien planteada, no solo carteles y spots como piezas aisladas, y con un enfoque diferenciado para cada tipo de población.

Si la respuesta de la Segob es que hay más carteles y otros materiales para entender el conjunto de la campaña de prevención del embarazo adolescente, eso significa que su campaña no está funcionando, coincidieron también Angélica Contreras y Andrea Samaniego.

Cuestione solicitó una entrevista al Conapo, pero a la fecha de esta publicación no han dado una respuesta. 

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Enapea sin presupuesto necesario

Un problema por resolver para que la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enapea) sirva como herramienta a nivel nacional es el presupuesto que se le destina para su funcionamiento. 

En 2015, el gobierno federal creó la Enapea. Desde entonces, en ella participan el Instituto Nacional de las Mujeres, el Instituto Mexicano de la Juventud, el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, la Secretaria General del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, la Subsecretaria de Educación Media Superior, así como otras instancias de gobierno, académicas y organizaciones no gubernamentales.

Pero desde su creación, la Enapea no ha tenido presupuesto etiquetado propio. A la fecha, es el Inmujeres quien destina el presupuesto, a través del Fondo para el Bienestar y el Adelanto de las Mujeres, para la elaboración de todos los trabajos de la Enapea como la campaña “Yo decido”, en cuya revisión -por cierto-, participan todas las instancias enlistadas.

Lizbeth Quezada, coordinadora del programa de Adolescentes, Autonomía y Sexualidad de la organización civil feminista Balance, que forma parte del grupo interinstitucional de la Enapea, destacó que la Enapea requiere de recursos propios, presupuesto etiquetado desde el Congreso.

Para prevenir el embarazo adolescente no planeado, enfatizó, es necesario dirigir las actividades de la Enapea a la difusión de una educación sexual integral, donde las prácticas sexuales no solo sean vistas como un tema reproductivo, sino como parte del “disfrute del cuerpo y del placer, como algo que nos brinda bienestar y que es parte integral de nuestra vida cotidiana”.

Un proceso de capacitación para que el profesorado, las personas adultas, padres y madres de familia, las personas servidoras públicas de la salud consideren a las y los adolescentes como “sujetos de derecho” y no solo como personas a proteger, para dejar de reproducir miedos, estereotipos y discursos negativos sobre la sexualidad de las juventudes.

Sobre todo, comprender que el fenómeno del embarazo en esta edad responde a diferentes problemáticas que se deben resolver a nivel gubernamental como el acceso a la educación, servicios de salud y terminar con las desigualdades, para cambiar las condiciones en las que se desarrollan, así como para evitar poner en riesgo la garantía de sus derechos, sostuvo finalmente Lizbeth Quezada.

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