Cártel niega “guerra en Sinaloa” tras secuestro masivo, mientras sinaloenses normalizan violencia

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Pareciera que por lo que escuchamos en los últimos días sobre el secuestro masivo de familias enteras en colonias de Culiacán, Sinaloa, en el estado no hay orden, pero sí lo hay, aunque no es el orden que pensamos en otros lugares de México. 

Es otro tipo de orden, un designado por el Cártel de Sinaloa, fundado por el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán -preso en Estados Unidos-, y aceptado de facto por los habitantes. 

Por lo menos esa es la lectura que se ha dado tras la aparición de mantas colgadas en cinco puntos de la capital sinaloense en la que advierten, o quizás repiten, los principios de la organización que controla este territorio.

Las mantas tienen un mensaje firmado con las iniciales IAG, que corresponden a Iván Archivaldo Guzmán, hijo mayor de El Chapo, quien junto a sus hermanos Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López y en colaboración con uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada -prófugo desde hace décadas- mantienen el control de territorio con el cártel conocido como Los Chapitos.

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El mensaje que difunden estas impresiones podría explicar el secuestro de 66 personas, incluídos menores de edad, el viernes 23 de marzo de 2024, en condiciones por lo menos misteriosas. Para el martes 25 de marzo de 2024 habían sido liberadas 58 de estas personas, aunque ninguna ha denunciado lo que sucedió.

Para tratar de darle una explicación, el presidente Andrés Manuel López Obrador se aventuró a decir que el secuestro masivo de ese fin de semana se debió a una pelea entre bandas y que se había desplegado un operativo con 1,800 elementos de la Guardia Nacional para localizarlas.

Esta teoría tomó fuerza porque dos días antes se dio una confrontación en Badiraguato, Sinaloa, supuestamente entre miembros de Los Chapitos y de su tío Aureliano Guzmán Loera, alias El Guano, con quien presuntamente mantienen una disputa por el liderazgo del Cártel de Sinaloa.

En el lugar del enfrentamiento se encontró una camioneta calcinada y con disparos de bala y también tres cuerpos decapitados junto a una advertencia: “así le va a pasar a toda la bola de v*rgas que le busquen al Guano. Atte. GDG (Gente del Guano)”.

El mensaje

Las mantas colgadas en cinco puntos de la ciudad aparecieron en la mañana del 26 de marzo de 2024 y de primera lectura, parece que niegan que exista una guerra en Sinaloa, contradiciendo la hipótesis de una pelea por la plaza entre Los Chapitos y GDG.

“Esto le va a pasar a todos los rateros de Sinaloa para que sientan lo que sienten las familias cuando se meten a robarles a sus casas a invadir su privacidad. Aquí no se permite el ROBO, SECUESTRO, EXTORSIÓN, NI COBRO DE PISO”, indica la manta.

“Ya saben cuáles son los principios de la organización, tenganlo claro. Familiares de personas que anden en esos delitos, eviten pasar un mal rato y denuncien cualquier acto de esa índole”, continúa el mensaje junto al cual colocaron otra manta con cuatro fotografías de presuntos cabecillas del “grupo encargado de robos a casa habitación en Sinaloa”.

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Uno de los cuatro sujetos expuestos supuestamente es Alberto “N”, elemento activo ministerial del estado; otro es Cristian “N”, presunto elemento de la Fiscalía General de la República; Eduardo “N”, alias El Walo y Oscar “N”, según la información impresa al pie de cada fotografía.

Esto arroja la teoría de que el secuestro de las 66 personas fue una estrategia para amedrentar a quienes están realizando los delitos en las casas de los sinaloenses, aunque no ha habido ninguna confirmación.

“Es más la prensa o desinformación”

Hablamos co gente de la capital sinaloense sobre cómo están viviendo este episodio y sobre si temían por su seguridad, pues además en la madrugada del 24 de marzo hubo dos enfrentamientos entre personas armadas y elementos de la Guardia Nacional. 

Uno de los enfrentamientos se dio en el boulevard Diego Valadez, conocido como el malecón nuevo, alrededor de las 2 de la madrugada; en esa ocasión un soldado perdió la vida, uno quedó herido y tres personas fueron detenidas. El otro enfrentamiento se dio unas horas después, a las 6:30 de la mañana cerca de la misma zona.

Pablo, de 45 años, nos dijo “es más la prensa o mala información. Está más o menos (tranquilo)” y Sofía, de 49 años, quien estuvo presente durante la entrevista respondió “está más que menos”. Además resaltaron que a las personas que secuestraron las entregaron “sanas y salvas”.

“La verdad sí estuve unos días con el pendiente y temor sobre esos levantones que se dieron a las familias. Pero luego se normalizó, los dejaron libres y pues obvio estamos con las precauciones normales debido a lo que está pasando, pero pues la gente (vuelve) a la normalidad, hay rutina, trabajos y obligaciones de todo tipo”, detalló Sofía.

“No hubo cancelación de clases en centros de estudios de idiomas, ningún centro de ningún tipo cerró, ni las iglesias. Estuvo todo normal, obviamente el fin de semana se vivió ese temor, pero pronto se normalizó todo. Ya la gente que va a salir de vacaciones anda haciendo sus maletas y todo normal”, agregó la entrevistada.

Cuando les preguntamos si tenían miedo por los enfrentamientos que sucedieron en la madrugada, Pablo respondió que como no le tocó vivirlo, no estaba asustado.

“Dicen que ha habido por otros lados, pero igual si a uno no le toca, pues no le espanta mucho. A menos que te toque ahí sí, a correr se ha dicho. Además siento que los periódicos le ponen a veces de más”, acusó.

Y continuó “se sabe que existen riesgos de muchos tipos, pero ya la gente sabe que debe de andar con precaución por las tardes-noches y a la hora que sea. Obvio la gente sabe por dónde vienen los problemas y debe de andar procurando no reunirse con esas personas”.

Estos episodios de violencia parecen ya no sorprender a los habitantes de Culiacán que han aprendido a vivir con éstas dinámicas desde hace mucho tiempo, que saben cómo actuar durante una balacera, a dónde ir y con quién no juntarse para no meterse en problemas.

Al resto del país nos sigue impactando que sea el líder del cártel quien exhibe a los funcionarios públicos coludidos con grupos criminales, quien da respuestas y pone orden para proteger los intereses de las familias como si vivieran en un mundo al revés.  

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