El 25 de julio se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Afrodescendientes proclamado por UNESCO, una fecha que busca honrar y reconocer el papel que las mujeres afrodescendientes han desempeñado en la historia, así como destacar los desafíos que enfrentan en la actualidad.
El origen de este día se remonta al Primer Encuentro de Mujeres Afrodescendientes celebrado en República Dominicana en 1992. En esta histórica reunión, mujeres provenientes de diferentes países de América Latina y el Caribe se unieron para abordar cuestiones cruciales que afectan a sus comunidades y para impulsar el reconocimiento y valoración de sus contribuciones a la sociedad.
Las personas afrodescendientes en México existen y han sido una parte importante de la historia y la cultura del país, aunque sus aportaciones e historia han sido invisibilizadas. A menudo se piensa que la población afrodescendiente es más predominante en países del Caribe y América Latina, sin embargo la presencia de personas de ascendencia africana en México se remonta a la época de la colonización española.
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En México según el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, la población afrodescendiente es de más de 2 millones y medio de personas de las cuales la mitad son mujeres. El 50% de la población afro se concentra en seis estados de la República: Guerrero, Estado de México, Veracruz, Oaxaca, Ciudad de México y Jalisco.
Es importante reconocer que México es una nación diversa con una rica mezcla de culturas, etnias y tradiciones, y las personas afrodescendientes son una parte significativa de esta diversidad. Pero en la historia se ha minimizado o negado su presencia en el país, obstaculizando su acceso a derechos fundamentales y programas de los que podrían ser beneficiarios.
De acuerdo con la organización de mujeres afromexicanas MUAFRO “las comunidades afro también enfrentan más limitaciones de acceso a alimentos por carencia de dinero y muchas familias han visto migrar a sus integrantes por falta de desarrollo en sus lugares de origen”. Estos y otros desafíos enfrentan en el día a día las personas afro.
Organizaciones y activistas han trabajado para promover la visibilidad de las personas afrodescendientes y para combatir la discriminación y los prejuicios que puedan enfrentar.
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La conmemoración de esta fecha internacional se ha convertido en una oportunidad para visibilizar las injusticias y desigualdades que enfrentan las mujeres afrodescendientes. En julio de 2018 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) realizó una publicación titulada Mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad y en la cual resalta varios de los problemas a los que se enfrentan las mujeres debido a la interseccionalidad de posiciones, algunas de las que destacan son:
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Esta jornada de conmemoración se ha convertido en un punto de encuentro para la reflexión y la acción, generando conciencia sobre la necesidad de promover la igualdad, la diversidad y la erradicación de la discriminación racial y de género.
Es esencial destacar que no se trata solo de celebrar la diversidad cultural, sino también de promover el respeto a los derechos humanos y la igualdad de oportunidades para todas las mujeres, independientemente de su origen étnico o racial. La discriminación y el racismo persistente que enfrentan las mujeres afrodescendientes representan un desafío para la construcción de sociedades justas e inclusivas.
