Entre 2019 y 2020, durante los dos primeros años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el Ejército y las Fuerzas Armadas han recibido más de 208,805 millones de pesos para hacer las labores que el Ejecutivo ordena y que, en el actual gobierno, no dejan de crecer.
Recordemos que no solo defienden la independencia y soberanía de México -principal función para la cual fueron creadas- sino también, desde el gobierno de Felipe Calderón a la fecha, resguardan la seguridad pública, acción que correspondía a los cuerpos policiacos.
Pero durante estos dos años, López Obrador les ha asignado tareas nuevas, incluyendo la construcción de sus obras emblemáticas, como el Aeropuerto de Santa Lucía o el Tren Maya, el manejo de los puertos y aduanas del país, la atención médica así como la distribución y resguardo de las vacunas para hacer frente a la pandemia por la COVID-19.
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Pero no solo han aumentado sus tareas, sino que también los recursos públicos que reciben son superiores a lo que recibía en administraciones anteriores, desde Felipe Calderón hasta la fecha.
Los recursos asignados durante los dos primeros años equivalen a más del doble de los que recibió en el mismo periodo la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, quien es encargada de formular y ejecutar las políticas de seguridad pública y prevención del delito en un contexto donde la violencia continúa escalando a niveles históricos.
AMLO destina más recursos a SEDENA que Felipe Calderón
A pesar de que la actual administración recurre constantemente a culpar al gobierno de Felipe Calderón por haber iniciado la guerra contra el narcotráfico, utilizando al Ejército para este fin, las cifras de la SHCP muestran que, en promedio, el gobierno de López Obrador asigna cada año casi 50% más recursos al Ejército que los que recibía con Calderón.
Como se observa en la siguiente gráfica, entre 2007 y 2012, el gobierno destinó cada año 68,606 millones de pesos para la Secretaría de Defensa Nacional.
Este monto ya había sido superado por el gobierno de Enrique Peña Nieto que, en promedio, incrementó los recursos a 87,121 millones de pesos por año. Sin embargo, sería hasta la actual administración que estos recursos han llegado al punto más alto hasta la fecha, con 104,403 millones de pesos.
¿En qué gastan esos recursos?
De acuerdo con la información de Hacienda, en 2020 el Ejército distribuyó sus 94,028 millones de pesos en ocho subfunciones presupuestarias, que son los objetivos y actividades más específicas que las dependencias realizan.
En primer lugar destaca la subfunción de Defensa que abarca todas las actividades relacionadas con la operación del Ejército y la Fuerza Aérea. Para ese fin, en 2020 destinó 82,560 millones de pesos.
De esa bolsa, 9,917 millones de pesos se destinaron para los proyectos de infraestructura que realiza el Ejército y 5,922 millones de pesos para las actividades que realiza Sedena en apoyo a la seguridad pública. Es decir, casi 16,000 millones de pesos para actividades que podrían realizar empresas o instituciones civiles.
El resto de las subfunciones se relacionan con el funcionamiento militar como provisión de servicios de salud, educativos o de justicia militar.
El riesgo incrementar el poder económico y político del Ejército
En entrevista con el medio alemán Deutsche Welle (DW), el analista del International Crisis Group (ICG), Falko Ernst, advierte que actualmente “mucho poder, no solo político, sino también económico, está concentrado en las manos de las Fuerzas Armadas”.
“Aparte de los puertos y las fronteras, la Secretaría de Defensa de México es de facto ya la mayor empresa constructora de México, y la tendencia continúa”.
De acuerdo con el analista, las acciones de López Obrador se fundamentan en la idea de que el Ejército es menos corrupto que otras instituciones, además de que las considera como una “una institución rigurosa y jerárquicamente organizada”.
Sin embargo, Ernst recuerda que “también en ellas siempre ha habido corrupción, asesinatos ilegales, gente desaparecida”, motivo por el cual alerta que entre más actividades siga asumiendo el Ejército, “mayor será el peligro de corrupción”.
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La obstinación del presidente por pasar a la historia como el gran reformador del sistema político mexicano, de la mano del uso del Ejército y las Fuerzas Armadas, podría cobrar una factura más cara aún en el futuro sino se establecen controles al actuar de los militares.
¿Estamos a tiempo de evitar una crisis futura?
