El extraño camino a la “nueva normalidad”

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A las 19:00 horas del pasado 5 de mayo, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell llegó a Palacio Nacional. Alistó su iPad, observó su celular en repetidas ocasiones antes de hablar por vez primera del aplanamiento de la curva.

Dos diapositivas sirvieron a López-Gatell para sustentar sus palabras: “Hemos reducido los contagios cerca del 60 al 74% gracias a las intervenciones que se han tomado”.

El funcionario emblema -en lo que respecta a la pandemia por COVID-19- mostraba gráficas y afirmaba que, hasta esa fecha, gracias a la Jornada Nacional de Sana Distancia se tenía “una disminución de casos por estado”. 

Mientras, al oriente de la Ciudad de México -a 8.5 kilómetros de Palacio Nacional– habitantes de la colonia Peñón de los Baños, en la alcaldía Venustiano Carranza, bailaban al son de la tambora y brindaban, olvidándose de las medidas sanitarias.

Hasta esa noche, en plena Fase 3, las muertes por COVID-19 sumaban dos mil 507 en el país y había 26 mil 25 contagiados confirmados por la autoridad.

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¿Se aplanó la curva?

López-Gatell fue de lo teórico a lo que llamó datos reales. De acuerdo con su explicación: “la historia de las pandemias y las epidemias diversas a lo largo de centenas de años demuestran que no es factible, ojalá lo fuera, pero no es factible, no es posible detener una enfermedad epidémica, si no, no existirían las epidemias”.

¿Y qué hay de las gráficas? El subsecretario de Salud mencionó que grupos de científicos y matemáticos coordinados por el Conacyt se encargaron de realizar predicciones sobre lo que ocurriría sin tener medidas sanitarias y sin ellas.

Los resultados presentados por el epidemiólogo mostraron que, sin “sana distancia”, se habrían tenido casi de 39,000 mil casos dos meses después de que se detectó el primer paciente infectado por el coronavirus. 

En cambio, con las medidas implementadas, en México se tenían “10 mil 263 casos, que representa el 26%, no el 29%, sino el 26%, de esta cantidad, que hubieran ocurrido si no hubiéramos hecho las intervenciones. Esto es en el momento cumbre la epidemia”.

El entusiasmo de López-Gatell lo llevó a ilustrar el aplanamiento de la curva con los datos del Valle de México. Dijo que de no haber tomado medidas el punto máximo se hubiera alcanzado “el 2 de abril, un pico muy temprano, hemos ganado tiempo”.

“Aplanar la curva –mencionó el subsecretario de Salud–, como dije, no quiere decir, desaparecer la epidemia, quien piense eso… tiene un elemento que no está basado en la realidad, que es que las epidemias no se pueden parar de un día para otro. Y lo segundo es que esto ocurrirá, esta reducción se mantendrá por el resto del periodo epidémico si y sólo si nos quedamos en casa”.

La predicción que tenía era que el pico máximo se alcanzaría el 8 de mayo. La realidad arrojó ese día 3,160 defunciones y 31 mil 522 casos confirmados y en los días siguientes las cifras siguieron aumentando

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Aumenta la movilidad

Dos días después de que Hugo López-Gatell presumiera que la curva se aplanaba e hiciera énfasis en la campaña #Quédate en Casa, se publicaron imágenes que evidenciaron largas filas afuera de pastelerías el 10 de mayo.

El Día de las Madres venció a Susana Distancia. El diario Reforma publicó imágenes de personas afuera de restaurantes; Milenio reportó que las pastelerías en la Ciudad de México incrementaron sus ventas en un 70% y El Sol de México destacó una larga fila de poblanos a un costado de una pastelería.

Y por la noche, López-Gatell daba lectura al reporte. Las muertes por COVID-19 eran tres mil 465 y 35 mil 22 casos confirmados, 112 muertes más que la noche del 9 de mayo y con 33 mil 460 contagios.

El 13 de mayo, el presidente daba a conocer un plan progresivo para el reinicio de actividades a lo que llamó “nueva normalidad”. Es decir, el reinicio de actividades sociales, económicas y escolares, bajo los principios de seguridad.

Por su parte, la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín explicó esa mañana que “el plan de la nueva normalidad tiene tres etapas: una que inicia el 18 de mayo, la segunda, que es una etapa de preparación; y la tercera, que es justamente el 1 de junio, cuando termina la Jornada Nacional de Sana Distancia”.

Lo dicho sobre el aplanamiento de la curva y el anuncio del próximo retorno a la nueva normalidad por parte de las autoridades, fueron mensajes que quizá algunos lo tomaron como el fin de la crisis sanitaria

El relajamiento comenzó a ser más notorio. El 15 de mayo, el gobernador de Nayarit, Antonio Echevarría García lamentó que pese a estar las playas cerradas, la gente desatendía las medidas sanitarias.

Para el 17 de mayo, lo mismo se observaba en la CDMX: gente transitando por la zona de La Merced, un incremento de automóviles en las calles; jóvenes en patineta en el parque de la colonia Tránsito y capitalinos en los supermercados, expuso La Jornada.

El 18 de mayo, en el funeral de Valeria (quien era presunta integrante del grupo delictivo La Unión Tepito) se llevó a cabo sin medidas sanitarias. Ese día se amenizó con globos metálicos, vodka y música.

El 21 de mayo, la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum estimó que el semáforo epidemiológico de COVID-19 en la capital permanecería en rojo, al menos, hasta el 15 de junio y que llegará a verde hasta agosto, siempre y cuando, se cumplan las medidas de sana distancia. 

Las cifras se siguen incrementando. El 26 de mayo se registró un nuevo máximo de 501 muertes en un día para sumar 8 mil 134. Los nuevos casos rompieron récord al registrar 3,455, para un total de 74 mil 560.

Mientras todo eso sucede, Sheinbaum dice que la capital del país sigue en semáforo rojo y López Obrador ya tiene todo listo para iniciar su regreso a la “nueva realidad” con una gira en Cancún, Quintana Roo, el próximo martes, 1 de junio de 2020, cuando tiene previsto inaugurar el inicio de la obra del Tren Maya y reactivar la economía. 

Los datos ahí están. En dos semanas (del 14 al 27 de mayo) se incrementaron los nuevos casos por COVID-19 y con el relajamiento de la sana distancia desde el 15 de mayo posiblemente continuarán incrementándose los contagios en el país, pues la Secretaría de Salud indica que el periodo de incubación  (el tiempo entre la exposición al virus  y el inicio de los síntomas) se estima entre dos y 14 días. 

¿Qué pasó con la curva de López-Gatell? Si los casos de contagio por el virus siguen y siguen…

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