El federalismo mexicano no deja contento a nadie, pero ¿está en riesgo?

Compartir:

El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, dijo el 3 de octubre que el federalismo mexicano está en riesgo y que la Alianza Federalista existe para defender a todos los estados del centralismo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

“Jalisco tiene que estar del lado correcto de la historia. Me parece que sería una traición a nuestro pasado el no estar en el primer frente de la defensa del federalismo mexicano”, dijo Alfaro.

Pero, ¿existe realmente un federalismo mexicano? ¿Y de existir, es cierto que está en riesgo?, ¿Cuáles son las fallas que se debería buscar corregir?

Más sobre el tema: Alianza Federalista, ¿un nuevo contrapeso?

Platicamos con el experto en federalismo Guillermo M. Cejudo, profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE), quien asegura que “por lo menos en los últimos 20 años, nuestro federalismo funciona como no había funcionado en la mayor parte de la historia del país”.

La simulación federalista en el régimen priista

Para Cejudo, hasta antes de finales de los años 90, la política en México era muy centralizada y, a pesar de que la Constitución nos definía como un país federalista, ni gobernadores ni presidentes municipales tenían autonomía.

“La ausencia de elecciones democráticas anularon los dos principios básicos del federalismo, que es que haya autoridades distintas sobre una misma jurisdicción y que tengan responsabilidades diferentes”, dijo el experto.

Como ejemplo, el experto nos habló de que hasta bien entrados los años 80, casi 90 de cada 100 pesos los ejercía directamente el gobierno federal

“La concentración del gasto era central, los estados y municipios tenían responsabilidades muy reducidas, sin la posibilidad de tomar decisiones e implementar políticas públicas”, dijo Guillermo M. Cejudo.

Por si esto fuera poco, durante ese régimen no existía la autonomía política, algo esencial en un sistema federalista, “los gobernadores y los presidentes municipales debían su puesto al aparato político del PRI”, señaló el especialista.

Y agregó que en esos años “si el presidente quería deshacerse de un gobernador, le ofrecía la embajada de Portugal o la dirección de una institución de segundo nivel, y lo retiraba del puesto”.

Por lo tanto, los gobernadores no podían tomar decisiones diferentes de las que tomaba el presidente de la República o el gobierno nacional. 

“Tenían muy pocas responsabilidades políticas. Fue hasta los años noventa que empezaron a tener responsabilidades en educación, salud, desarrollo social, fue hasta entonces que empezaron a tener tareas”, agregó el entrevistado.

Seguramente te interesa: Cae aprobación de gobernadores que se han unido a la Alianza Federalista

Nuestro sistema federalista actual

Guillermo M. Cejudo considera que a finales de los años 90 comenzó un proceso de democratización que nos ha llevado a un federalismo que “más o menos funciona”, en términos de autonomía política de gobernadores y presidentes municipales.

Sin embargo, todavía hay retos desde el punto de vista fiscal porque está definido desde antes de esta etapa y “no deja contento a nadie ni con recursos suficientes”.

“Somos de los países con menor recaudación en los gobiernos locales, la mayor parte de la recaudación la realiza el gobierno nacional. Y, al revés, si vemos el gasto, somos de los países con una proporción mayor del gasto realizado desde los estados y los municipios·, dijo Cejudo. 

De acuerdo con el especialista, esto provoca un desbalance que afecta a la rendición de cuentas, pues no genera incentivos para que los gobiernos locales cobren bien y gasten bien.

Nuestro actual federalismo también enfrenta retos en lo administrativo, pues “tenemos una combinación de competencias que suelen ser traslapadas y no dejan claras las responsabilidades para cada ámbito de gobierno”, según el experto.

Y añadió que, “aunque los estados han ejercido más recursos y han tenido más responsabilidades por los procesos de descentralización de los últimos años, siguen siendo burocracias muy poco desarrolladas y eso reduce su capacidad de funcionar adecuadamente”. 

Te recomendamos: El PRI, ¿una dictadura perfecta que se niega a morir?

Federalismo, ¿para qué?

Para Guillermo M. Cejudo, no hay ningún país democrático con una extensión territorial y una población como la de México, que no sea federal.

“No es posible gobernar una población diversa, plural y heterogénea, en un territorio extenso con dificultades, problemas, preferencias, culturas y tradiciones diferentes, sin un sistema federal”, según el experto.

Cuando los gobiernos locales tienen autonomía y responsabilidades claras, “al mismo tiempo que se preserva una unidad nacional, se tienen respuestas específicas a las características locales”.

Y agregó que, a veces nos preguntamos para qué sirve el federalismo, pero eso sucede porque no se están resolviendo los problemas de manera adecuada o porque la legitimidad de las autoridades locales está mermada por problemas como la corrupción.

¿Está en riesgo el federalismo mexicano? Para Cejudo, no está en riesgo como arreglo institucional general porque nadie, en ninguno de los extremos del espectro político actual, está pensando en una reforma que anule el federalismo. 

“Pero nadie está conforme con el arreglo actual, ni los gobernadores, ni los presidentes municipales, ni los funcionarios federales, ni el presidente ni el Congreso de la Unión”, dijo el experto.

Y concluyó: “está claro que hay un problema en el funcionamiento cotidiano y regular de nuestro federalismo, pero el riesgo es que nadie está dispuesto a enfrentarlo y arreglarlo, y podemos quedar estancados en él”.

¿México se convertirá en un país realmente federalista o, por el contrario, volverá a la simulación del siglo pasado? ¿Los actores políticos actuales tendrán la habilidad de resolver los retos de nuestro federalismo? 

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.