“México merece paz”, dice el comunicado del partido Movimiento Ciudadano que dio a conocer minutos después de que Alma Rosa Barragán, candidata que competía por la alcaldía de Moroleón en Guanajuato por ese partido, fuera asesinada a balazos durante un mitin.
Con Alma Rosa Barragán, ya son 67 víctimas asesinadas durante el proceso electoral 2020-2021, de acuerdo con el conteo realizado por el sitio de análisis Laboratorio Electoral.
Sin embargo, las candidatas y candidatos asesinados durante las campañas y precampañas en el país son, lamentablemente, muchos más.
La consultora especializada en administración pública, Integralia, dio a conocer que desde septiembre de 2020 al 30 de abril de 2021, hubo 210 víctimas de violencia política en México, 143 de éstas fueron mortales.
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De acuerdo con Arturo Espinosa, fundador y director de Strategia Electoral, consultoría especializada en materia electoral y constitucional y Mauricio Huesca Rodríguez, consejero del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), la violencia en este proceso electoral no es solo de carácter político: los asesinatos y agresiones físicas a candidatos y en general a los que forman parte de este proceso, es un reflejo de lo que el país está viviendo todos los días.
Según el periódico El Sol de León, el número telefónico de emergencias (911) recibió -alrededor de las 19:00 horas- el reporte de algunos disparos en la colonia La Manguita. Al llegar al lugar, las autoridades señalaron que la candidata Alma Rosa Barragán había muerto y que otras tres personas estaban heridas por impactos de bala.
“Esta violencia que estamos viendo no es violencia política. La violencia política es la que se da entre los contendientes políticos, esta es una violencia que viene de otros lados. Va más allá de lo verbal que se da por un fenómeno electoral porque no solo ataca a las candidaturas o a líderes de partidos políticos, ataca a la gente que está vinculada a la política en sí”, nos dijo Arturo Espinosa.
Como documentamos en esta nota, las elecciones del 6 de junio de 2021 podrían ser las más violentas en la historia de México. En 2018, Laboratorio Electoral indicó que fueron identificados 145 asesinatos de candidatas, candidatos y gente vinculada a la política, principalmente en municipios.
¿Por qué no se están protegiendo a las candidatas y candidatos?
La falta de protección hacia las y los participantes a puestos de elección popular se debe a las mismas razones por las que las autoridades no protegen a la sociedad: no pueden. Es decir, han sido incapaces de detener el aumento de la violencia en el país, de acuerdo con los entrevistados.
“El exceso de la violencia a nivel nacional que ha habido en las elecciones no es más que un reflejo de la propia violencia desbordada que hay en todo el país. La violencia existe en todo momento. No es que incremente, es que se focaliza en las candidaturas, ya que ponen en riesgo las condiciones actuales de los grupos delictivos”, nos explicó Mauricio Huesca Rodríguez, consejero del IECM.
El consejero electoral agregó que cada que hay elecciones en México existe una reconfiguración de pactos y esto genera nuevas negociaciones y aumento de violencia.
“A pesar de que la Guardia Nacional está en las calles, los cuerpos criminales los controlan y penetran los ámbitos policiales con el fin de no perder el control en el ámbito territorial con los nuevos gobiernos”, dijo el fundador de Strategia Electoral.
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¿Por qué la violencia se concentra más en municipios y en mandos locales? Mauricio Huesca nos explicó que las alcaldías, los municipios, las consejerías, son los primeros núcleos de negociaciones de poder, pues tienen en mando directo la tenencia de las tierras y los flujos de tránsito en todas las localidades del país.
“Esto es justamente lo que lleva la violencia en contra de estas personas, ya que ante los ojos del crimen organizado tienen que volver a pactarse, entonces la violencia incrementa en contra de presidentes municipales, de las alcaldías, que son el núcleo básico de estos pactos, donde se llega a asegurar el tráfico de armas, drogas y personas”, señaló Huesca.
De Valle de Bravo a Guanajuato y la CDMX
Para Arturo Espinosa, uno de los ejemplos más claros de cómo la violencia que se está viviendo durante este periodo electoral está afectando al mismo proceso, era el caso de Zudikey Rodríguez, la candidata de la alianza PAN-PRI-PRD para contender por Valle de Bravo, Estado de México.
De acuerdo con los medios, un presunto líder criminal amenazó a la candidata de la oposición para dejar que Morena tomara la ventaja en esta plaza. Esto lo dio a conocer Rodríguez después de un acto público el pasado 21 de mayo.
Hicieron que se rindiera, nos dijo el fundador de Strategia Electoral sobre Rodríguez, quien dejó de realizar actos públicos después de dichas amenazas.
Pero al mismo tiempo que platicábamos con él, ocurrió el asesinato de Alma Rosa Barragán, la candidata de Movimiento Ciudadano, en pleno mitin en Guanajuato.
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Violencia política de género
Es por estos hechos que, a decir del consejero electoral Mauricio Huesca, es importante eliminar la violencia política de género, ya que “el discurso lleva a acciones”.
“En el Instituto Electoral de la Ciudad de México llevamos 17 quejas de violencia política de género, por fortuna, estas quejas no han sido, como en el suceso de Valle de Bravo, amenazas contra la integridad física de alguna candidata”, nos detalló Huesca.
Los casos reportados ante las autoridades electorales sobre este tipo de violencia se dirigen más al uso de estereotipos y de calificativos propios del discurso político, según el consejero.
Es por eso que cualquier acción que ayude a disminuir las agresiones, en las elecciones que podrían ser las más violentas de la historia de México, es necesaria.
