Las puertas del emprendimiento se están abriendo para las mujeres en México

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El gobierno de México tiene programas de financiamiento enfocados en las mujeres como parte de una política de inclusión que se ha fortalecido en los últimos años, en los que la actividad productiva de este sector se ha reconocido como imprescindible para el crecimiento de la economía nacional.

Programas como Crezcamos Juntas” y “Mujeres Empresariasque ofrecen Nacional Financiera (NAFIN) y la Secretaría de Economía ayudan a las mujeres a acceder a créditos que están destinados a impulsar sus negocios.

“Crezcamos Juntas” tiene el propósito de impulsar, a través de financiamiento, la cultura emprendedora en las mujeres mexicanas que tienen un negocio y lo quieren mejorar en el corto y mediano plazo.

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El monto máximo de este financiamiento es de $300,000 a una tasa de interés anual fija del 13% con un plazo de 36 a 60 meses; tiene cobertura nacional y se enfoca en los sectores de comercio, servicios o industria que forman parte del Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) o del Régimen Simplificado de Confianza (RESICO).

Para acceder a este programa tienes que ser mujer mayor de 18 años, persona física, tener un negocio en marcha con al menos 1 año de antigüedad, contar con historial crediticio adecuado y la información tanto legal como financiera actualizada.

Por su parte, “Mujeres Empresarias” tiene un monto de financiamiento de hasta $20,000,000 con un plazo de hasta 60 meses con una tasa fija anual de 14% destinado a micro, pequeñas, medianas empresas y Personas Físicas con Actividad Empresarial, incluyendo Régimen de Incorporación Fiscal, que pertenezcan a mujeres mayores de 18 años.

En el caso de personas morales es necesario que al menos el 51% de la misma pertenezca a personas físicas mujeres y que la Presidencia del Consejo de Administración la ocupe una mujer y/o la mayoría de los miembros del Consejo de Administración sean mujeres y/o el Administrador Único sea mujer, al momento de la solicitud de crédito.

Además, hay otros modelos de créditos en los que nosotras podemos participar como los Créditos a Mipymes 2020 de la Secretaría de Economía y el Banco del Bienestar que otorgan créditos de $20,000 a $50,000 con una tasa de interés de hasta 12% anual fija y plazo de hasta 18 meses que se crearon para atender a municipios con COVID-19 prioritarios durante la pandemia.

La trampa de los microcréditos 

Una parte de los programas de financiamiento destinados a mujeres en México son los que tienen que ver con los microcréditos que en muchas ocasiones no representan una oportunidad de crecimiento para sus negocios, sino que ayudan a suavizar los gastos familiares temporalmente, nos explicó Marcelo Delajara, investigador del Anker Research Institute, una organización que genera información para mejorar el nivel de vida de los trabajadores.

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Estos créditos, como los que ofrece el banco Compartamos -que le prestan a las mujeres desde $6,000 hasta $80,000 y tienen opciones de obtener un crédito grupal- le permiten a las familias tener cierto flujo de dinero en momentos en que sus ingresos están bajos, pero tienen una tasa de interés muy alta, nos explicó Delajara.

“Hay estudios de impacto que muestran que los ingresos de los pequeños negocios que tienen estas mujeres no aumentan con la participación en los esquemas de préstamos, en estos microcréditos, sino que lo que hace es suavizar un poco el consumo diario. Pero esto tiene un costo muy alto en términos de interés y hace inviable cualquier iniciativa de emprendimiento”, nos dijo el investigador.

El especialista señaló que existe un modelo en Brasil con una estrategia distinta que consiste en proveer educación financiera para las mujeres. Y que ésto puede ser un buen ejemplo para promover el financiamiento para las emprendedoras mexicanas sin que sigan enganchadas a un sistema bancario con tasas de interés altísimas.

“Estos modelos consisten en que las mujeres entiendan muy bien cómo funciona la contabilidad de su negocio y cómo hacer frente a sus finanzas. Es decir, la misma actividad económica del negocio tiene una contraparte financiera y una necesidad de financiamiento que pueden manejarse mejor en un contexto de asociación entre las propias mujeres”, especificó Delajara.

Esto significa que una alternativa para el emprendimiento femenino es acudir a estas organizaciones de mujeres emprendedoras para financiar sus proyectos y al mismo tiempo adquirir el conocimiento de contabilidad y finanzas básico para llevarlos a cabo.

De esta manera, entre mujeres pueden apoyarse sin estar atadas a un sistema de préstamos que al final del día no tenga ningún tipo de rendimiento. El resultado es un modelo  que no solo resuelva las necesidades inmediatas y permita que los negocios de las mujeres florezcan y puedan contribuir a la economía nacional de manera más próspera.

Las puertas se están abriendo para mujeres emprendedoras

Las oportunidades de incluirse en el sector empresarial y de emprender para las mujeres se están abriendo de manera cada vez más acelerada, dado que las exigencias globales están presionando hacia un cambio de paradigma en el que México no se está quedando atrás, nos explicó Ernesto Infante, economista y CEO de la consultora Greenalytics.

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“Estamos avanzando en identificar prácticas que sean acordes a criterios ambientales, sociales, de gobernanza. Y en esos criterios sociales está implícito el tema de género, de cómo estamos actuando en el país para cerrar estás brechas de desigualdad”, nos dijo el también ex asesor del ex gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León.

Ernesto Infante nos dijo que, por ejemplo, en el sector agrario se ha facilitado el acceso a microcréditos desde la Banca de Desarrollo y Entidades de Fomento con los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) para microproductores del campo que muchas veces son liderados por mujeres. 

Sin embargo -y aunque estamos avanzando en términos de inclusión- aún hay obstáculos que sortear, ya que los programas gubernamentales a los que pueden acceder las mujeres están lejos de ser suficientes para hacer frente a la brecha de género que actualmente padecemos en México, nos explicó la economista Fernanda Diez.


Esto incluye a la cultura corporativa, al rol que la sociedad le ha dado a las mujeres como cuidadoras y cómo la eliminación de programas como las Estancias Infantiles ha hecho más difícil que las mujeres puedan incorporarse al mercado laboral sin poner en riesgo la seguridad de sus hijos, que en consideración de la experta ha hecho aún más adversa la situación para las mujeres.

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