La captura de Joaquín Guzmán Loera El Chapo en 2014 fue gracias al uso de la tecnología, tanto al rastreo de telefonía celular, como al uso de drones y la geolocalización, así lo explicó el periódico La Jornada, que detalló que la DEA -Administración de Control de Drogas en Estados Unidos-, utilizó vehículos aéreos no tripulados (drones) que rastrearon uno de los teléfonos del narcotraficante, justo cuando él hacía una llamada para pedir ayuda.
Este es uno de los ejemplos en los que la tecnología es utilizada para rastrear y espiar a las personas, con el fin de servir a las autoridades como herramienta para la aplicación de justicia, así como lo expuso el gobierno de los Estados Unidos a través de la Agencia Federal de Investigación (FBI) en 2011.
“La tecnología se puede aplicar a todo tipo de delitos, por muy tradicionales que sean. Incluso en casos de homicidio, agresión sexual o rapto, las autoridades pueden valerse de recursos tecnológicos para rastrear la huella digital, intervenir las comunicaciones o seguir los movimientos”, de acuerdo con Juan Carlos Ortiz Pradillo, profesor de derecho procesal de la Universidad de Castilla-La Mancha.
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Diversas organizaciones a nivel global advierten que la vigilancia, específicamente, la que se realiza de manera masiva y sin objetivos específicos, es ilegal. Sin embargo, cuando es usada con un objetivo claro y delimitado ha dado resultados que ayudan a combatir el crimen.
Escudo de Troya
En junio de 2021, el FBI dio a conocer una operación en la que participaron 17 países y hubo más de 800 detenidos, quienes estuvieron implicados en 300 redes de crimen organizado que operaban en Asia, Europa, Oceanía, Sudamérica y Medio Oriente.
Este grupo de delincuentes fue atrapado por una app “de alta seguridad” diseñada por las mismas autoridades para acceder a los dispositivos móviles de los presuntos criminales que las usaban y así dar con ellos y sus cómplices alrededor del mundo, como lo publicó el sitio de noticias LaVanguardia.com.
La app llegó a la red de criminales internacional gracias a un infiltrado de la policía australiana, quien comenzó a distribuir teléfonos con un sistema de mensajería al cual tenían acceso las autoridades. La aplicación estaba encriptada, no había posibilidad de que los usuarios de la plataforma se dieran cuenta de que estaban intervenidos sus teléfonos, pues tenían funciones básicas, sin posibilidad de realizar videos o de usar mensajería de voz.
Explosivos en Nueva York
En 2013 el director del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, Mike Rogers, señaló a la agencia CNN que el sistema de espionaje telefónico que utiliza el gobierno de ese país logró detener un ataque con explosivos en Nueva York.
El senador explicó que frustrar este tipo de ataques solo puede realizarse con este tipo de estrategias, ya que antes del 2001 “el gobierno no hacía lo suficiente”.
El gobierno alemán contra delincuentes islamistas
Los Länder -los gobiernos de los estados en Alemania-, y las autoridades a nivel federal de ese país tienen un historial de más de 10 años en el uso de software espía y virus troyanos para detectar posibles crímenes realizados por militantes islamistas.
El periódico alemán Der Spiegel informó en 2011 que en tan solo un año el Departamento Federal de Investigaciones Criminales (BKA) utilizó virus troyanos con el fin de rastrear a practicantes del Islam. En otros 20 casos -de 2010 a 2011-, esto fue utilizado para controlar conversaciones, mails y chats de internet “mayoritariamente para intervenciones contra la criminalidad común”.
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Inteligencia artificial contra el (posible) crimen
La startup PredPol, una compañía tecnológica de California en Estados Unidos, ayudó en 2017 a disminuir los delitos en el estado de Memphis en un 30%, en Virginia disminuyeron los homicidios también en 30% y en Pensilvania los robos bajaron 23%, todo gracias al uso de big data -grandes cantidades de datos de la ciudadanía-, y a su uso en un software predictivo.
Todo combinado
En Estados Unidos las búsquedas de delincuentes o de narcotraficantes combinan más de una tecnología, que siempre tiene que ver con telefonía celular. Ahora se le agrega el reconocimiento facial y las huellas digitales, que también son obtenidas a través de los móviles.
Sin embargo, en China todas estas herramientas están siendo utilizadas para atrapar a delincuentes, perseguirlos con drones y, de paso averiguar, si forman parte del Partido Comunista de ese país, como lo documentó el diario The New York Times en 2019.
Esto le ha ayudado al gobierno de Xi Jinping a que la policía china rastree criminales de manera más efectiva. Pero también las ha utilizado para investigar a activistas.
¿Cuándo podremos tener en México resultados en contra del crimen con el uso de la tecnología con la que contamos, en lugar de que sea utilizada en contra de la ciudadanía?
