“Buenas noches, ya me voy a dormir” le dijo Geraldine Escoto a su mamá y papá antes de irse a la cama como todos los días, el 1 de noviembre. Fue la última vez que la vieron. Al otro día ya no amaneció en su cuarto, ni en ningún lugar de su casa.
Desde ese día, Geraldine Escoto Aguilar, de 14 años, está desaparecida. Su casa está ubicada en la colonia Villa Centroamericana, en la alcaldía Tláhuac. La última vez que la vio su familia traía puesto una blusa blanca de encaje, pants verdes y tenis blancos con franjas negras. En su hogar dejó su celular, su ropa y todas sus pertenencias.
Geraldine es una niña muy cariñosa, ama la repostería y durante la cuarentena por la COVID-19 se dedicó a hornear pasteles para vender y apoyar a su familia. El próximo 15 de noviembre es su cumpleaños número 15 y su familia espera poder apagar las velitas de su pastel con ella, si aparece pronto, nos cuenta un familiar de Geraldine.
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“Nos da mucho miedo que haya alguien que la haya enganchado por redes sociales, que la hayan contactado, pues ella no se iría de su casa así”
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La impunidad que persiste
El 2 de noviembre, la familia de Geraldine interpuso una denuncia en el Ministerio Público 1 de Tláhuac, en donde activaron la Alerta Amber (un protocolo de búsqueda para las personas desaparecidas), pero les negaron ver los vídeos del C5 (Centro de Atención a Emergencias y Protección Ciudadana de la Ciudad de México), en donde podrían haber visto qué ocurrió esa noche en la calle donde vive Geraldine.
Dos días después de la denuncia les dijeron que su carpeta de investigación tendría que seguirse en la Fiscalía de Personas Desaparecidas, en Azcapotzalco. Pero en esta Fiscalía, tardaron otros dos días en abrir su carpeta de investigación, nos cuenta su familiar Y una vez que atendieron a la familia, les dijeron que no podían acceder a los videos del C5, porque estas grabaciones tienen una duración sólamente de tres días, por lo que ya no existía.
Para la familia de Geraldine, cada minuto que pasa cuenta, pues tienen miedo que ella se convierta en una cifra más para el gobierno. Hasta ahora, la investigación no ha dado indicios de lo que pudo haber pasado y las autoridades se han negado a revisar e investigar el celular de la menor.
El día que llegaron a denunciar nadie les habló del Protocolo Alba, un mecanismo que entró en vigor en noviembre de 2018 y que activa la búsqueda inmediata de las mujeres y que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ CDMX) nunca ha utilizado, como documentamos en esta nota.
Por fallas como estas en distintas investigaciones, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDH CDMX), emitió la recomendación 02/2020, el 26 de octubre pasado, contra la Fiscalía de la CDMX, por los errores y omisiones que ha tenido en la búsqueda de mujeres y niñas de la capital.
Y es que en nuestro país hay un promedio de casi cuatro menores de edad desaparecidos todos los días, algo que la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) califica como una “epidemia”.
En Ciudad de México 40% de las desaparecidas son niñas, adolescentes y mujeres. El problema es que las familias de las víctimas tienen que hacerse cargo de las investigaciones de los casos y arriesgan su vida ante la omisión de las autoridades.
Además, de cada 100 carpetas de investigación por desaparición, sólo una alcanza alguna sentencia. Es decir, 99% de los casos quedan impunes, de acuerdo con la Redim.
Tláhuac, la alcaldía en donde Geraldine se extravió, es una de las zonas con mayor percepción de inseguridad entre sus habitantes en la Ciudad de México, al igual que Iztapalapa y Cuauhtémoc, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, del INEGI.
Como Geraldine, cada día desaparecen niñas, niños y adolescentes en nuestro país, sin que las autoridades logren acompañar estos casos de cerca lo que perpetúa la impunidad y, por supuesto, que ellas y ellos sigan desapareciendo.
