La Guardia Nacional es “un cascarón” con fondo militar

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Opacidad, violaciones a los derechos humanos y dudas sobre su estructura es el saldo de la Guardia Nacional hasta el momento, mientras vivimos uno de los años más violentos de la historia reciente.

Los cuestionamientos sobre hasta dónde la Guardia Nacional está formada por militares o civiles siguen vigentes. “La institución no ha cumplido sus obligaciones legales de hacer pública la información, en particular respecto a cuántos de sus miembros continúan empleados por las Fuerzas Armadas”, explica Sam Storr, asesor del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana de México, en el artículo La nueva Guardia Nacional de México está rompiendo su juramento de respetar los derechos humanos de Amnistía Internacional.

La Guardia Nacional declaró, en junio de este año, estar compuesta por 90,000 elementos, de los cuales 54,101 fueron asignados a la Secretaría de la Defensa Nacional; 10,149 a la Marina; y sólo 26,376 forman parte activa de la Guardia Nacional.

Fuente: Oficio SSPC/GN/UT/6116/2020 de la Guardia Nacional, del 16 de julio de 2020, obtenido vía transparencia. 

Pero el asunto es que esas mismas secretarías siguen pagando sus salarios.

“Este es justo parte del problema: los policías militares y navales que formaron parte de la Guardia Nacional, en realidad seguían instalados en la Sedena y en la Marina, incluso en sus nóminas”, nos explicó Daniel Vázquez, experto en Derechos Humanos e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Desde octubre pasado, la Sedena asumió el control operativo de la Guardia Nacional, por instrucción de López Obrador. “Ya de plano le dieron el mando a la Sedena. En realidad la Guardia Nacional es un cascarón en donde prácticamente no se han formado policías nuevos”, agregó Vázquez. 

Además, 357 elementos de la Guardia Nacional han causado baja: 314 de ellos por renuncia, 1 inhabilitado, 7 por incapacidad y 30 por defunción (por diferentes causas).

Fuente: Respuesta de la Guardia Nacional a la solicitud de información 2800100024820.

Lo que tenemos es una guardia militar y no civil, haciendo tareas de seguridad pública, sin estar capacitados para ello. En nueve de cada 10 detenciones que realiza la Guardia Nacional hay golpes, maltratos y tortura, nos explica en entrevista Catalina Pérez Correa, especialista en seguridad e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

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Violación de derechos humanos

Esta conformación castrense ha llevado a la Guardia Nacional a entrar a la lista de las 10 principales autoridades con mayor número de quejas hasta noviembre de 2020, documentó el Sistema Nacional de Alerta de Violación a los Derechos Humanos

Entre las 330 quejas que registró la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) están denuncias por tortura, detenciones arbitrarias, intimidación, desaparición forzada, tratos inhumanos y crules, como reportamos en esta nota.

Sin embargo, es difícil calcular la cifra total de violaciones a los derechos humanos cometidas por la Guardia Nacional, ya que no hay transparencia por parte de las autoridades, no existe un mecanismo de vigilancia especializado e independiente, y frecuentemente las víctimas tienen miedo a denunciar los abusos de las autoridades porque temen sufrir represalias, explicó Amnistía Internacional México

Hasta el 2019, la Guardia Nacional no había cumplido con la recomendación de capacitar a sus integrantes en materia de derechos humanos, de acuerdo con el informe Falsas Salvaguardas: Las capacitaciones de las Fuerzas Armadas en derechos humanos y género (2010-2019), realizado por las organizaciones civiles Data Cívica, Intersecta y Equis Justicia para las Mujeres.


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Las discrepancias, ¿cuántos elementos tiene en realidad la Guardia Nacional?

Tras 17 meses de haber nacido, la Guardia Nacional va prácticamente a la mitad del camino para ser evaluada, como se estipuló en el artículo transitorio que estableció que se haría en tres años. ¿Cómo le ha ido?

Para empezar, la Guardia Nacional ha cambiado mucho desde que se propuso inicialmente en 2017, cuando el entonces aspirante a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, decía que estaría conformada por “240,000 soldados, 50,000 marinos. Estamos hablando de una fuerza de 300,000 elementos, más las policías estatales, municipales, las vamos a integrar y de manera coordinada vamos a actuar”.

A octubre de este año, de acuerdo con el comisionado general de la corporación, Luis Rodríguez Bucio, habían 97,832 integrantes enrolados. Sin embargo, en la Plataforma Nacional de Transparencia solo se encuentran registrados 7,526.

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En las calles, sin capacitación

En los primeros ocho meses de su creación (julio 2019 a marzo de 2020, antes de que empezara la pandemia), menos de 50 elementos recibieron capacitación en “derecho a la no discriminación”, según consta en una respuesta de información pública de la Guardia Nacional. 

Al comparar la formación inicial que recibía la antes Policía Federal en comparación con la Guardia Nacional, encontramos que las horas de capacitación han disminuido en un 86%… Pasaron de capacitar 2,880 horas a solo capacitar 405 horas”, advierte el Observatorio Nacional Ciudadano.

Más preocupante aún: de los casi 98,000 elementos de la Guardia Nacional, sólo 10,750 cuentan con el Certificado único Policial (CUP), de acuerdo con el Centro Nacional de Certificación y Acreditación (CNCA), reporta Animal Político

Además, solo 16,786 elementos fueron sometidos a evaluaciones de control. Esto significa que, ocho de cada 10 Guardias Nacionales activos, están en las calles sin haber sido evaluados. Poco a poco, la Guardia Nacional se acerca a su evaluación para determinar si permanece o no. Sin embargo, no ha dado muchas muestras de representar un verdadero cambio estructural en las Fuerzas Armadas del país, por el contrario, lejos de ser una institución civil, está formada, en su mayoría, por militares y personal de la Marina, y por si fuera poco no están capacitados en materia de derechos humanos.

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