En los primeros 90 días de 2022 asesinaron a 6,152 personas y 229 mujeres fueron víctimas de feminicidio, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SENSP).
Esto quiere decir que en México asesinan en promedio a más de 68 personas al día y matan entre 2 y 3 mujeres diariamente solo por el hecho de ser mujeres, al menos según las cifras de los primeros tres meses de 2022.
“La seguridad es fundamental, el que podamos vivir en paz, con tranquilidad; sin eso, no es posible nada”, dijo el presidente López Obrador el pasado 20 de abril, ya en la segunda mitad de su sexenio.
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“Nos hemos dedicado desde el inicio del gobierno, todos los días, a estar enfrentando el problema de la inseguridad, de la violencia”, dijo el presidente, sin embargo, ¿ese esfuerzo diario ya se refleja en las cifras oficiales o en la percepción de seguridad de la ciudadanía?
Números preocupantes
Como vimos en las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los primeros 90 días de 2021, el cuarto de López Obrador, asesinaron a 6,152 personas y de estas a 229 por el hecho de ser mujeres.
Si comparamos estas cifras con las del año pasado puede notarse una ligera disminución, ya que en los primeros 90 días del año pasado asesinaron a 7,061 personas y ocurrieron 251 feminicidios.
Es decir que entre el primer trimestre de 2021 y el primer trimestre de 2022 hubo una disminución de casi 9% en feminicidios y de 13% en asesinatos.
Sin embargo, en los primeros 90 días de 2016, el cuarto año de gobierno de Enrique Peña Nieto, hubo 4,362 asesinatos y 150 feminicidios.
O sea que si comparamos el primer trimestre del cuarto año de gobierno de Peña Nieto con el mismo periodo del sexenio de López Obrador, hubo un aumento de 52% en feminicidios y de 41% en asesinatos.
También según cifras del SESNSP, en 2021 –el tercer año del gobierno de López Obrador– hubo 25.83 asesinatos, 1.54 feminicidios, 0.63 secuestros y 7.29 extorsiones por cada 100,000 habitantes.
Así se puede ver una ligera disminución respecto a 2020, en el cual hubo por cada 100,000 habitantes 27.04 asesinatos, 1.5 feminicidios, 0.82 secuestros y 6.56 extorsiones.
Salvo en el caso del secuestro, las tasas son muy similares a las del último año de Peña Nieto, o sea el 2018: 26.92 asesinatos, 1.44 feminicidios, 1.24 secuestros y 5.5 extorsiones por cada 100,000 habitantes.
Sin embargo siguen siendo tasas bastante altas –excepto otra vez en el caso de los secuestros– respecto a las de 2015, el tercer año de gobierno de Peña Nieto, cuando ocurrieron 14.74 asesinatos, 0.69 feminicidios, 1.08 secuestros y 5.03 extorsiones por cada 100,000 habitantes.
Esto quiere decir que en la segunda mitad del sexenio de López Obrador las cifras han disminuido respecto al año anterior, pero se mantienen en niveles igual de altos que al final del gobierno anterior y muy por arriba que cuando arrancó la segunda mitad del sexenio de Peña Nieto.
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La seguridad pública en la 4T
De acuerdo con el analista político Jorge Zepeda Patterson la estrategia de seguridad pública del gobierno de López Obrador ha sido “un vaso medio lleno o medio vacío según se mire”.
“Las autoridades insisten en que la curva ascendente de la criminalidad logró detenerse y, en algunos rubros, incluso comenzó a revertirse (…) Al margen de la estadística, la opinión pública observa con espanto los ajustes de cuenta en las calles y hoteles de las ciudades”, escribió Zepeda Patterson en Milenio.
Y es que según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, la percepción de inseguridad aumentó de 65.8% en diciembre de 2021 a 66.2% en marzo de 2022.
O sea que dos de cada tres personas mayores de 18 años se sienten inseguras en México.
La situación es aún más complicada si tomamos en cuenta que solo el 6.7% de los delitos se denuncian o se les inicia una carpeta de investigación, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2021.
“Entre las razones para no denunciar delitos ante las autoridades destacan la pérdida de tiempo con 33.9% y desconfianza a la autoridad con 14.2%, las cuales responden a causas atribuibles a la autoridad”, señala el informe del INEGI.
Luis Carlos Sánchez de la organización Causa en Común, hay que considerar que “la pandemia no solo inhibió la comisión de ciertos delitos, sino que también inhibió aún más la denuncia”.
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Un balance desalentador
Platicamos con la doctora en Historia Adela C. Cedillo para hacer un balance de la estrategia de seguridad del actual gobierno en el contexto de varios sexenios con altos niveles de violencia.
La especialista considera que si bien hubo buenas señales al inicio, con el tiempo se han visto insuficientes u opacadas por la violencia y la delincuencia que vive la ciudadanía todos los días.
Por ejemplo, fue una buena señal “que se desmantelara el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), desde el cual se espiaba a opositores, pero realmente no se sabe qué pasó con los archivos y con el personal entrenado”, dijo la experta.
También fue una buena señal el trabajo que se hizo para identificar las redes de tráfico de drogas, pero no hay un plan muy claro de seguridad pública, no se desmantelan estas redes y no hay un seguimiento de cuáles son las áreas críticas”.
Además Cedillo considera que si bien han disminuido algunos delitos, se comete el error de presentarlos “como un gran triunfo, cuando en realidad son éxitos muy modestos que deberían anunciar con humildad”.
“No hay lugar para ningún tipo de triunfalismo en materia de seguridad pública”, aseguró la experta, sobre todo cuando aún hay malas señales de que la situación podría no mejorar.
Por ejemplo, son malas señales que el actual gobierno haya reciclado personajes “que tuvieron que ver con pactos de impunidad”, “que le haya dado tanto poder al Ejército”, y que, por lo tanto, “la estructura a cargo de erradicar la violencia es muy renuente al cambio”.
¿Bajarán estos números preocupantes de violencia y la percepción de inseguridad en los últimos dos años del gobierno de López Obrador?
