Antes de Biden, pasaron 9 años sin que un presidente de EU visitara México

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Antes de que el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegara a suelo mexicano el 8 de enero de 2023 para asistir a la X Cumbre de Líderes de Norteamérica en la que también participaron el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el mandatario Andrés Manuel López Obrador, habían pasado nueve años sin que un mandatario estadounidense visitara nuestro país.

La última ocasión fue en febrero de 2014, cuando el ex presidente Enrique Peña Nieto recibió al ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama y al ex primer ministro de Canadá, Stephen Harper, para llevar a cabo la Cumbre de Líderes de Norteamérica de ese año.

Obama visitó en cinco ocasiones nuestro país, pero al término de su mandato y cuando el empresario repúblicano Donald Trump llegó a la Casa Blanca, estas visitas se detuvieron. 

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Para Arlene Ramírez Uresti, doctora en Relaciones Internacionales y académica de la Universidad Iberoamericana, esto se debió -en gran parte- a la agenda tan compleja que tuvieron Estados Unidos y México en temas migratorios. 

“Para el ex presidente Donald Trump hacer una visita de Estado, en su narrativa, indica el endoso de un gobierno, de un liderazgo y hay que entender que -para Trump- México no estaba en el mismo nivel de negociación en temas tan importantes como la migración”, destacó Ramírez. Añadió que Trump siempre vio a nuestro país dependiente del modelo de gestión migratoria de los Estados Unidos.

El especialista en Política Exterior y catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California, Rafael Velázquez, detalló que México no era una prioridad para Trump excepto “para utilizar al país en su discurso pragmático nacionalista en el sentido de que los migrantes son una amenaza o de que el peor tratado que había firmado Estados Unidos había sido el TLCAN y por eso en un principio lo quiso cancelar”.

Y en esto coincidió Daira Arana, directora de la organización mexicana sobre asuntos internacionales Global Thought Mx, quien nos dijo que a Trump no le interesó nunca realizar una visita oficial a nuestro país “porque todo lo que podía negociar y toda la coacción que necesitaba la podía hacer desde Washington. No necesitaba viajar aquí”.

Reagan, Bush y Obama, entre los mandatarios estadounidenses que más visitaron México

A lo largo de la historia han sido menos de la mitad de los mandatarios estadounidenses los que han realizado visitas a nuestro país.

De los 46 presidentes de los Estados Unidos que ha habido desde 1797 con George Washington, solamente 15 -contando a Biden- han realizado visitas oficiales e informales a nuestro país. La primera sucedió en 1909 cuando Willian Taft realizó una reunión simbólica con Porfirio Díaz, sin embargo no llegó hasta la capital mexicana, sino que el encuentro se dio en Ciudad Juárez, Chihuahua.

En Monterrey y 34 años después, el expresidente Manuel Ávila Camacho recibió a Franklin D. Roosevelt para acordar el Principio de No-Intervención de los Estados y la política del Buen Vecino, ya que esto pasó en 1943 cuando las naciones estaban inmersas en la II Guerra Mundial. La visita de Roosevelt buscaba la solidaridad de nuestro país frente a las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón).

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Tres años más tarde se dio la primera visita de un presidente estadounidense a la capital mexicana cuando Harry S. Truman se reunió con el ex presidente Miguel Alemán Valdez en 1947 para tratar asuntos principalmente económicos y de cooperación entre ambas naciones.

En 1953, el ex presidente estadounidense Dwight Eisenhower fue invitado por el ex presidente Adolfo Ruiz Cortines a la inauguración de la Presa Falcón, en Tamaulipas. Además realizó dos visitas informales más en 1959 y 1960 en las que se reunió con el ex mandatario Adolfo López Mateos.

La segunda visita a la capital mexicana fue del 29 de junio al 1 de julio de 1962, cuando López Mateos recibió a John F. Kennedy y su esposa Jacqueline Kennedy Onassis. Esta visita estuvo coronada por una especie de exhibición de los visitantes, que pasearon públicamente por el Zócalo capitalino, la Basílica de Guadalupe, el museo de Antropología e Historia y el Palacio de Bellas Artes.

Lyndon B. Johnson visitó México en tres ocasiones durante su mandato. En 1966 se reunió con el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, en una visita informal al entonces Distrito Federal. Luego, regresó ese mismo año para inspeccionar la construcción de la presa La Amistad que se ubica en la frontera entre Ciudad de Acuña, Coahuila, y Del Río, Texas. 

En 1967, en Ciudad Juárez, Chihuahua, Johnson realizó la entrega de El Chamizal que es el único territorio que Estados Unidos le devolvió a México después de más de un siglo de disputas. 

En 1969, el ex presidente estadounidense Richard Nixon inauguró la presa de La Amistad y en 1970 tuvo una reunión oficial con Díaz Ordaz en Puerto Vallarta, Jalisco. 

En 1974, Gerald R. Ford se reunió con el entonces presidente Luis Echeverría y James E. Carter se reunió en el Distrito Federal con el ex presidente José López Portillo en 1979 en una visita de Estado en la que se dirigió al Congreso de México.

Para 1981, López Portillo se reunió con Ronald Reagan en la frontera entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas. En este encuentro se comprometieron a mejorar las relaciones diplomáticas bilaterales. 

Reagan visitó nuestro país en otras cinco ocasiones. De 1981 a 1988, el ex mandatario visitó Cancún, Tijuana, Mazatlán, la Paz y Mexicali para reunirse con el ex presidente Miguel de la Madrid en la mayoría de las veces, excepto en Cancún donde acudió a la Reunión Cumbre sobre Cooperación Internacional y Desarrollo. 

En 1990, el ex presidente estadounidense George Herbert Walker Bush realizó una visita de Estado cuando Carlos Salinas de Gortari estaba en el poder. El encuentro tuvo lugar en Agualeguas, Monterrey, Nuevo Léon.

Algunos años después, en 1997 el entonces presidente William J. Clinton (Bill Clinton) realizó una visita de Estado a la capital mexicana donde junto al ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León firmaron un tratado de cooperación de lucha contra el narcotráfico, acuerdos sobre la extradición de criminales y otros relativos al tráfico ilegal de armas. 

En esa ocasión también estuvo en el estado de Tlaxcala y en 1999 realizó otra visita de Estado, pero ese año fue en Mérida, Yucatán.

George W. Bush sostuvo reuniones oficiales en México con los presidentes Vicente Fox (de 2001 y hasta 2006) y en 2007 con Felipe Calderón. 

Bush visitó seis veces el país tanto para reunirse con Fox y Calderón, como para acudir a eventos como la Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo o al Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC), pero nunca sostuvieron un encuentro en la capital del país.

Barack Obama se reunió con Felipe Calderón en 2009 y con Enrique Peña Nieto en 2013. Además asistió a las cumbres de Líderes de América del Norte que se realizaron en Guadalajara, Jalisco, en 2009 y en Toluca, Estado de México, en 2014 y a la Cumbre del G-20 que se llevó a cabo en Cabo San Lucas, Baja California Sur en 2012.

La Cumbre de Líderes de América del Norte surge el año 2005 cuando Estados Unidos, México y Canadá firman la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte como un mecanismo que buscó el ex presidente estadounidense George W. Bush luego de los ataques a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, nos dijo el especialista en Política Exterior, Rafael Velázquez.

Velázquez destacó que es a partir de este mecanismo que aumentó la frecuencia de las reuniones entre los tres líderes americanos, incluso es la cuarta vez que México es sede de la Cumbre. 

Pero que se retomara la reunión entre los tres líderes y que Joe Biden complaciera a López Obrador en temas como su llegada al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) no implica únicamente un acto de buena voluntad, nos dijo la internacionalista Arlene Ramírez.

“Viene de una presión política súper importante sobre Biden quien ya no aguantaba el alejamiento diplomático y tenía que retomarlo. Porque hay temas comerciales y de seguridad importantes que están apretando mucho la agenda política de Estados Unidos”, incluyendo la inconformidad del sector empresarial y los inversionistas de aquél país, resaltó Ramírez.

Aunque la Cumbre se envolvió como para regalo y se adornó con bastante entusiasmo, aún tenemos que ver cómo se comportan los gobiernos de México y Estados Unidos en los próximos años para poder decir en realidad dónde están paradas las relaciones entre ambas naciones.

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