Hemos visto al canciller Marcelo Ebrard en todo tipo de eventos internacionales.
Recientemente en Houston, Texas en Estados Unidos durante el Convoy de Ciudades Mexicanas o asistiendo a la Reunión de alto nivel en materia de seguridad en Washington a principios de abril de 2023. También gestionando la salida de connacionales en Sudán a través de la Embajada en Egipto, país inmerso en un conflicto armado.
De acuerdo con especialistas en política y Relaciones Internacionales, el trabajo que concierne al canciller -quien también aspira a ser el candidato de Morena para las elecciones presidenciales de 2024– lo acerca a un electorado que no es necesariamente la base de simpatizantes de su partido: la clase media.
Daira Arana, especialista en Relaciones Internacionales, militarización y directora regional de Global Thought Mx, nos dijo que el canciller no está haciendo nada que no le corresponda en su rol de secretario de Relaciones Internacionales.
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“Él es, además del Presidente de la República, el máximo representante de México en el exterior. Tiene un mandato público a partir de su rol como canciller y lo que está haciendo -y lo que ha hecho desde que inició este sexenio- es realmente poner a la política exterior mexicana en acción y darle prioridad en su agenda”, nos dijo Arana.
La especialista no explicó que son sumamente importantes los eventos a los que asiste el canciller y sobre todo el impulso que le está dando a los municipios y a los estados en cuanto a vinculación comercial, económica y cultural. “Es algo que se tendría que hacer en todo momento”, enfatizó.
¿Esto le da una ventaja al canciller para ser elegido candidato para la Presidencia en 2024? Daira Arana nos dijo que eso depende del sector al que nos refiramos.
“Lo que hemos visto es que el rol de Marcelo Ebrard como conductor de la política exterior de México y hasta como el diseñador ejecutor de la política exterior mexicana, lo sitúa entre las personas que no votarían por la oposición, pero que tampoco por Morena”, comentó Aranda.
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En esto último coincide el politólogo Jorge Márquez quien nos señaló que hay “una clientela electoral muy ganada de Morena que básicamente son las clases bajas, las y los beneficiarios de los programas sociales que aseguran aproximadamente 14,000,000 de votos”.
En consideración de Márquez, Ebrard está consciente de que ese voto está casi asegurado y se está enfocando en ganar simpatizantes dentro de la clase media, que es un grupo de votantes más preocupados por los temas de migración, derechos humanos, de que bajen los índices de corrupción y que México tenga una política exterior digna.
“Ese es el electorado que está buscando Ebrard”, nos dijo. Y resaltó que es un cálculo inteligente por parte del canciller porque en términos de escenarios electorales -si pensamos en que López Obrador es un buen estratega electoral- para el 2024 puede haber una contienda más cerrada de lo que pareciera y Marcelo Ebrard puede ser un candidato que obtenga más allá de lo que representa el voto duro de Morena.
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Esto hace que el secretario de Relaciones Exteriores también sea atractivo para la oposición, pues de optar por esta opción para poder ser candidato presidencial en 2024, significaría no solamente sumarle puntos a la alianza de PRI-PAN-PRD, sino que además estaría restando puntos a la ventaja que ha mantenido el partido en el poder hasta ahora.
Habrá que ver hacia dónde se mueven los números en los próximos meses antes de que se elija entre la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, el senador Ricardo Monreal y el canciller para continuar los proyectos de la llamada Cuarta Transformación.
