La imagen de México en el mundo cambió al respaldar a regímenes autoritarios… y podría tener consecuencias

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El respaldo del gobierno mexicano hacia regímenes autoritarios como Cuba, podría mandar una mala señal al mundo de que nuestro país forma parte de ese bloque, consideró la internacionalista Arlene Ramírez Uresti en entrevista con Cuestione

Durante la realización de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, México recibió a los presidentes Nicolás Maduro de Venezuela y Miguel Díaz-Canel de Cuba, quien además estuvo durante el desfile militar del 16 de septiembre.

De acuerdo con la experta, esto no solo muestra que México no condena las violaciones a los derechos humanos que ocurren en esas naciones, sino que le da trato de invitado distinguido a un líder cuestionado por su autoritarismo y lanza el mensaje de que no le importa lo que opinen otros países y organismos con los que sí tiene fuertes lazos.

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Dime con quién andas y te diré quién eres en política exterior

Le preguntamos a la internacionalista Arlene Ramírez Uresti si aplica el “dime con quién andas y te diré quién eres” en las relaciones internacionales, y nos contestó que sí e incluso puede ser más delicado.  

“Porque en materia de política exterior se sientan precedentes y mostrar un perfil de bloque puede envíar un mensaje nada recomendable, sobre todo para países como México que tienen compromisos tan arraigados con países como Estados Unidos”.

Ramírez Uresti comentó que es criticable que México siempre esté alineado con Estados Unidos y que dependa tanto de su política exterior, pero también es cierto que el país debe cuidar sus lazos más sólidos, o se puede pensar que podría preferir otros.

En el caso de la visita del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, la experta recalcó que el trato de visitante distinguido que recibió durante el desfile del 16 de septiembre fue una provocación hacia el gobierno de Estados Unidos.

“Una cosa es que México tenga una política exterior de total neutralidad y de total respeto a la libertad y la soberanía de los países, y otra cosa es alinearse abiertamente a políticas internas cuestionables de ciertos países”, dijo.

Además Ramírez Uresti opinó que el trato al presidente cubano tomó otra dimensión porque días antes “se habló de la participación de México en un posicionamiento en contra de la Organización de Estados Americanos (OEA)”.

“En esta ocasión fallamos respaldando implícitamente a un régimen que ha castigado muchísimo el tema humanitario en Cuba. Es un acto de total incongruencia a nuestros propios lineamientos de respeto a los derechos humanos, lo cual se ha venido trabajando como tradición de la política exterior mexicana en los foros internacionales”, aseguró.

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Los riesgos 

Para la internacionalista Arlene Ramírez Uresti, el hecho de que México respalde a gobiernos autoritarios puede crear la imagen de ser parte de un bloque, y puede acarrear consecuencias como que se enfríen las relaciones con socios clave para el crecimiento económico del país.

“Ya lo hemos visto, en el distanciamiento y la relación fría que ha establecido el presidente Joe Biden respecto a México. (En la historia reciente) no se había visto que pasara tanto tiempo sin que un presidente de los Estados Unidos visite nuestro país”, dijo.

Y agregó que no es común que suceda esto, sobre todo con la agenda en común que se tiene y la necesidad de crear tareas de vinculación entre los dos países, “y sigue además sin entablar un diálogo”.

“Se le ha invitado a Joe Biden -y abiertamente- y no ha habido una respuesta favorable. También nos puede distanciar de la Unión Europea el hecho de formar parte de un bloque sumamente cuestionado en términos de derechos humanos, en términos de equidad, de igualdad y de la agenda de género”, aseguró Ramírez Uresti.

Además esto pone a México en una posición muy compleja, de acuerdo con la experta, ya que pueden provocar señalamientos más fuertes de organismos como la ONU en temas sobre la inseguridad y las violaciones a derechos humanos que existen en nuestro país, lo cual alejaría a socios comerciales potenciales.

Cambia totalmente la imagen de un país verdaderamente neutral, la imagen de un país que siempre estuvo a favor de que los temas humanitarios estuvieran por encima de los ejes políticos y de los temas económicos”, dijo la experta, “hemos tomado partido implícitamente y eso no nos conviene”. 

Por último, Ramírez Uresti concluyó que esto es riesgoso también porque estamos “en el segundo tramo de un gobierno que ha estado muy desgastado. Quizá después no tengamos el apoyo y el respaldo de grandes aliados históricos”.

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