La historia se repite: Morena imita prácticas clientelares del PRI

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¿Se acabaron las viejas prácticas priistas? En realidad se han profundizado y sofisticado, pero ahora con un nuevo protagonista: el Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Y no es que la sociedad mexicana tenga un gusto por el autoritarismo y añore al viejo PRI, sino que -a decir de politólogos- la población es pragmática y acepta las dádivas que le da ahora el gobierno de la 4T a través de los programas sociales.

Además -nos explicaron los académicos Joel Ortega y Jorge Márquez- el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sabido capitalizar el malestar social que derivó en 2018 en una crisis de partidos, pero que también desencadenó una mayor centralización y presidencialismo.

Los politólogos nos dijeron que no es que la sociedad mexicana esté acostumbrada al autoritarismo o necesite de partidos monolíticos como el PRI -o ahora Morena-, sino que la llamada 4T impuso un efectivo sistema clientelar que le garantiza el voto a su favor, a pesar de “ser un gobierno fallido”, en su opinión.

López Obrador capitalizó el malestar que había (con los gobiernos de PRI y PAN), y en lugar de una profundización democrática, hay muchos elementos de centralización, de presidencialismo, etcétera”, nos indicó Joel Ortega, doctor en Ciencia Política y profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

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Mientras que el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, Jorge Márquez, nos señaló que hay “un segmento de gente que recibe dádivas del gobierno e inmediatamente dice: ‘a mí me dan dinero, pues voto por el gobierno’. Tienes ahí una relación clientelar con sectores muy grandes de la población, y ese gigantesco presupuesto federal cada vez es más grande; a ellos (Morena) no les importa, hablan de austeridad, pero cada año el presupuesto crece”.

Primero el PRI y ahora Morena: ¿lo mismo, pero más autoritario?

En un reportaje publicado en Expansión tras las elecciones estatales de junio de 2022, analistas advirtieron que Morena podría convertirse en el nuevo PRI por practicar lo que antes criticó del antiguo régimen: el ejercicio personalista del poder, las prácticas de clientelismo electoral, la férrea disciplina de sus legisladores y la ausencia de democracia interna.

Y es que tras las elecciones del 5 de junio de 2022, para renovar seis gubernaturas, Morena consolidó su dominio regional al ganar en los estados de Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo y Tamaulipas, mientras que la oposición solo logró retener Durango y Aguascalientes.

Consultado por Expansión, Francisco Reveles, académico de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, dijo que las similitudes entre el PRI y Morena “son evidentes”, tales como el culto a la personalidad de López Obrador, la centralización del poder y de la toma de decisiones que ejerce, y la disciplina de sus legisladores y dirigentes.

“Como hizo antes el PRI, Morena recurre a prácticas de clientelismo, de movilización del voto e incluso de coacción”, dijo por su parte en el mismo reportaje Luis Carlos Ugalde, ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral.

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Pero ya desde 2021, el analista político, militante morenista y ex aspirante en 2020 a dirigir este partido, Gibrán Ramírez, afirmó sin tapujos en una reunión con militantes que Morena es el “partido más autoritario de México”: “tenemos que reconstruir la democracia de Morena. Es una lástima decirlo, Morena es el partido más autoritario de México y no porque yo esté en Morena o porque algunos de ustedes estén en Morena, no lo tengamos que aceptar”.

Ramírez incluso aseguró que “la transformación” que encabeza López Obrador “está en riesgo, si continúan los autoritarismos” al interior de Morena.

“No hay un gusto por el autoritarismo”

“La transición democrática como régimen, como periodo histórico, fue un gran fracaso que no logró construir un sistema político, una cultura política, unas prácticas más democráticas, sino que acabó reproduciendo esa cultura priista… (que) en lugar de (quedarse en) un solo partido, se fue para todos. Por lo pronto, estamos atrapados en eso. Con Morena hay muchos momentos de añorar ese viejo sistema”, nos explicó Joel Ortega, quien es un estudioso de la participación política y el clientelismo.

Por ello, abundó el especialista, no es que la sociedad mexicana esté condenada a las prácticas políticas heredadas del priismo, pues “también en la sociedad ha habido tendencias democráticas, sobre todo desde el 68 para acá: una sociedad civil que se ha ido construyendo, que ha ido creando espacios más democráticos, prácticas de libertad de expresión, de prensa, manifestación, y aún se siguen impulsando este tipo de prácticas”.

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En el mismo sentido coincidió el también internacionalista Jorge Márquez, quien nos señaló que la población mexicana no tiene “un gusto por el autoritarismo o por Morena, sino que es un gusto más bien pragmático; hay razones prácticas de fondo: quien reparte la lana se gana un poco más el corazoncito de la gente”.

“Si mañana gobierna el PAN -el partido más anti clientelar de este país- y maneja tan brutalmente los programas sociales como los maneja Morena (porque los otros partidos ya aprendieron que hay que condicionar los programas), va a comportarse igual y en un minuto tiene la misma clientela de esta gente muy pobre”, agregó Márquez.

“Subirse al carro ganador”

El académico de la UNAM, añadió que además de los programas sociales, Morena (lo que ya hacía desde antes como PRD) reparte permisos para la economía informal (vendedores ambulantes o taxis piratas), por lo que se fomenta una vinculación clientelar con los pobres urbanos, “porque se permite que se haga lo ilegal”.

Jorge Márquez nos explicó que otra de las razones por las que Morena mantiene una alta aprobación, a pesar de ser “un gobierno tan absolutamente fallido (en combate) a la pobreza, empleo, imagen internacional, seguridad y educación”, es que Lopez Obrador “ha tenido un gran dominio” en lo mediático. “Él domina la tele con la mañanera y domina la narrativa. Es impresionante porque son más de cuatro años de este gobierno y le sigue durando el discurso de que el pasado es el culpable”.

Además, apuntó el politólogo, la marca Morena “es la que menos desgaste tiene porque tiene poco tiempo de existencia”. El experto concluyó que en el análisis político hay un comportamiento del electorado que se llama “subirse al carro ganador”: “la gente, cuando percibe que alguien es demasiado fuerte, por efecto imitativo se une a esa mayoría, pues a la gente no le gusta perder, le gusta la sensación de que ganó (la elección)”.

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