Pequeñas gigantes: niñas que inspiran a luchar por sus sueños

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Todas las niñas tienen potencial pero muchas de ellas creen -gracias a los estereotipos de género- “que ciertas actividades, sobre todo aquellas donde hay más participación masculina como la ciencia, las ingenierías, la programación, no son áreas para ellas”, dice Magda Coss, Directora General de Inspiring Girls México, una organización que en cinco años ha inspirado con referentes femeninos a 6,000 niñas y jóvenes mexicanas con una red de 90 escuelas y 300 mujeres voluntarias. 

Como ejemplo, te presentamos a tres pequeñas que rompen los estereotipos: María Fernanda Fontes, 8 años y corredora de autos de carrera; Habana Zoé López, 11 años, cantante y voz de doblaje en español de la serie Matilda de Netflix y Maya Abagi, 12 años y autora de “La última vez que la vi”, un cuento de amor y salud mental publicado en Colombia.

“Quiero llegar a la Fórmula 1 y ser como Checo Pérez”: MariFer

FOTO: CORTESÍA FAMILIA FONTES.

María Fernanda Fontes tiene ocho años y nació en Chihuahua, una ciudad al norte de México donde hay mucho desierto y montañas pero no existe un lugar apto para las niñas que como ella, sueñan con ser piloto de karts. 

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Los karts son un deporte en el que tradicionalmente compiten niños. Por eso los amigos varones de MariFer -como le llaman de cariño- le dijeron desde “que rara eres” hasta “¡qué padre!” cuando les contó a sus amiguitos que quería correr autos de carrera, rememora Angie, su mamá. 

El gusto por el automovilismo le llegó a MariFer desde los cuatro años y por su familia. Su papá y su abuelo han sido pilotos de autos de carreras en Chihuahua y siempre que compitieron lo hicieron bajo el número 94 pegado en sus autos de carreras. Hoy, María Fernanda es la tercera generación de los Fontes en pilotar un kart con el número 94, pero la primera niña de la familia en hacerlo.

Algunas madres de familia cercanas a Angie, mamá de MariFer, le preguntaron en privado si su niña era “machorra” por escoger un deporte que les parecía exclusivamente masculino. “Lo sentí como si dijeran que a mi hija le gustaba ser niño”, confiesa Angie pero también agrega que otras mamás la animaron para apoyar a María Fernanda en su sueño por pilotear un auto veloz.

Era el 2020 y estaba la pandemia por la COVID-19 que obligó a todo el mundo al encierro. Con todas las medidas de seguridad por delante, MariFer de entonces 5 años y Angie, su mamá, se fueron a una carrera de automovilismo en Monterrey para ver si a María Fernanda le gustaba competir o solo practicar el deporte veloz. En su primera carrera, la niña conoció por primera vez un Kartódromo, -la pista especial para gokartscompitió y ocupó el tercer lugar, sin nunca haber practicado el deporte de carreras y mucho menos haber competido frente a otros niños. 

Un año más tarde, en el 2021, MariFer entró a su primer campeonato nacional y al final de cinco fechas ocupó el cuarto lugar en México y ese mismo año ganó en Monterrey su primer lugar en una competencia local. 

FOTO: CORTESÍA FAMILIA FONTES.

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Para el 2022, María Fernanda Fontes conquistó el séptimo lugar a nivel nacional frente a 24 niños, convirtiéndose en la única niña en el campeonato Babys. La niña automovilista ha completado 36 carreras en cuatro años, subió de categoría y hoy día corre alrededor de 90 kilómetros por hora y sigue siendo la única niña en la categoría Micro Swift

“Quiero llegar a la Fórmula 1 y ser como Checo Pérez”, asegura MariFer en entrevista para Cuestione. Mientras tanto, a la pequeña no le importa trasladarse en auto doce o trece horas para llegar a una competencia en otro estado de la República. A la par de sus entrenamientos levanta pesas, hace Kung-fu y corre en un auto fucsia, lleno de dulces pintados, con su casco de protección y el número 94 al frente.

FOTO: CORTESÍA FAMILIA FONTES.

 “Me veo en Hollywood ganando un Óscar”: Habana Zoé

FOTO: CORTESÍA FAMILIA LÓPEZ ANGULO

Tiene por primer nombre Habana, la capital de Cuba, la isla donde nació su abuela paterna. Y por segundo nombre Zoé, el apelativo que los griegos le atribuyen a la “vida” o a las mujeres “llenas de vitalidad” y los judíos lo traducen en la Biblia como “Eva, la madre bíblica de todos los mortales”.  

Su voz es justo eso, la de una niña llena de vitalidad que conquistó los corazones de millones de personas en el programa de concursos La Voz Kids durante el 2022. En sus mejores tiempos, la final del programa de entretenimiento ha alcanzado hasta casi 10 millones de televidentes y alrededor de 3 millones de interacciones en las redes sociales de Facebook y Twitter, de acuerdo con datos de Nielsen Ibope publicados en medios de comunicación

El martes 06 de abril de 2022, Habana se convirtió en el segundo lugar de la Voz Kids mientras cantó “No sé vivir si no es contigo”, de Fabiola Rodas, una canción que Zoé le dedicó a su abuelito, Luís René López, que siempre soñó con ser cantante pero no contó con el apoyo para conseguirlo.

Desde los dos años, Habana Zoé comenzó a tener un gusto por las canciones de las películas de Disney y los diálogos de sus películas animadas. “Se aprendió todos los diálogos y las canciones de la película La Sirenita, por ejemplo”, explica Alejandra Angulo, mamá de Habana Zoé en entrevista para Cuestione. 

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Sus inicios artísticos comenzaron a los cinco años en una escuela de teatro en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, lugar donde nació hace diez años. “Fue allí donde descubrimos su talento para la actuación”, cuenta la mamá de Habana. El director de la escuela de teatro le hizo a la niña su primer casting para protagonizar la obra de Matilda, en Madrid, España y quedó seleccionada pero por cuestiones de la pandemia por la COVID-19, el semáforo para viajar estaba en rojo y Habana y su familia no pudieron viajar. 

Sin embargo, la carrera artística de Habana no se detuvo por la pandemia y por el contrario comenzó su ascenso. En el 2021 Zoé grabó campañas publicitarias, participó en teatro en La Sirenita el musical “Bajo del mar”, interpretó el personaje protagónico Micaela en el cortometraje Lúcida protección y participó en el programa Barbie Challenge 2022. 

Entre el 2022 y el 2023, Habana Zoé se convirtió en la voz oficial de Mattel y comenzó a apropiarse del doblaje de voz para compañías como Disney Plus y Disney Junior hasta convertirse en la voz de doblaje en español de la serie Matilda que se estrenó en diciembre del año pasado.

FOTO: CORTESÍA FAMILIA LÓPEZ ANGULO

Actualmente, Habana es estudiante del Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa y admira a Millie Bobby Brown, actriz y modelo británica que interpretó el personaje de Once en la serie de Netflix Stranger Things. 

“Me veo en Hollywood ganando un Óscar”, dice Habana para los lectores de Cuestione. Se visualiza en diez años grabando muchas películas y series para Netflix y Disney, haciendo telenovelas y cantando por todo el mundo. 

A todas las niñas de México, Habana les quiere decir que sean felices y “luchen por sus sueños y no dejen de picar piedra por ellos”. Y de mamá a mamás, Alejandra Angulo aconseja que “observemos mucho a nuestras pequeñitas, veamos lo que les apasiona, lo que les gusta hacer y no los metamos en sueños frustrados de nosotros los adultos ni los estereotipemos”. 

Si quieres saber más sobre el desarrollo artístico de Habana Zoé, síguela en sus redes sociales: IG: @habana_zoe_ TikTok: habanazoe Youtube: habanazoe y FB: Habana Zoé

“Quiero publicar un libro de cuentos infantiles de salud mental”: Maya Abagi. 

FOTO: MARGARITA SOLANO

“Soy Maya Abagi Andrade y muchas personas me recuerdan por mis grandes ojos verdes, mi personalidad extrovertida y mi extraño apellido que muchos me han dicho que parece un trabalenguas porque es Árabe, es mi descendencia”. Así comienza la autobiografía de Maya, queretana, 12 años, publicada en el diario El Espectador, de Colombia.

Cuando la niña de ojos esmeralda aprendió a escribir una autobiografía, todavía no imaginaba que quedaría inmortalizada en uno de los diarios más importantes de América Latina.  

Maya se describe como una niña fanática de los deportes, la mayoría los practica en el colegio donde cursa quinto de primaria en Querétaro pero asegura que se encuentra más en lo artístico, “me  gusta el baile”, asegura la menor de edad. 

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Abagi también hace diseños y otra de sus pasiones es dibujar. Para su cuento “La última vez que la vi” -que ya se lee en todo el mundo- Maya realizó un boceto a lápiz de los protagonistas de su historia y despertó el orgullo de Vianey Cerón, su maestra de artes.

La niña escritora tiene cuatro hermanos y “a mis padres que me aman”, dice en su primera autobiografía narrativa que aprendió a redactar de la mano de su maestra de español. 

Abagi Andrade tiene muchos talentos pero el más reciente que acaba de descubrir es la escritura de cuentos de ficción. El 25 de febrero del 2023, Maya se convirtió en la escritora de cuentos infantiles más pequeña en publicar en el diario El Espectador de Colombia con su historia “La última vez que la vi”. 

La historia hace parte del proyecto de aula “Cuentacuenticos, treinta historias escritas por gigantes” creada por la entonces maestra titular de español para los treinta estudiantes que cursan 5to de primaria. Todos y todas los compañeros de Maya participaron escribiendo un cuento donde algunos tenían que hacer adaptaciones de historias emblemáticas como Blancanieves, o imaginar una historia a través de los valores. A Maya se le asignó el amor. 

Fue así como nació “La última vez que la vi” una historia donde Maya Abagi se apropia de los recursos literarios como la aliteración, la metáfora, el símil, las onomatopeyas, para darle vida a un amor que solo vive en la imaginación de un muchacho que padece esquizofrenia. 

Los problemas de salud mental en niñas, niños y adolescentes son alarmantes hoy día y también durante y después de la pandemia por la COVID-19. Más del 20% de los adolescentes de todo el mundo sufren trastornos mentales, reveló la UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De ahí que la historia de Maya sea una manera de desahogar lo que viven millones de niños y niñas que luchan todos los días con alguna enfermedad mental.

“En ese momento la vi irse, pero justo cuando dio su último paso para bajar las escaleras y que Esmeralda saliera de mi vista, sentí como si una parte de mi se hubiera ido con ella, sentí que tenía que ir tras mi pedazo faltante”, se lee en el cuento.

Maya baila danza Árabe y sus maestras dicen que lo hace bien. Practica taekwondo​ y su entrenador cuenta que también lo hace bien. Pero hay algo que hace mejor y es escribir. Al leer su cuento en voz alta en el salón de clases, los aplausos y abrazos no pararon y por segundos Maya se sintió grande, poderosa, talentosa.

El final de “La última vez que la vi” es tan inesperado como su inicio y en los últimos honores a la bandera se ha reconocido en Maya la proeza de publicar a sus doce años. “Ahora sueño con tener un libro de cuentos infantiles que aborde más historias de enfermedades de salud mental”, asegura Abagi Andrade y hay que creerle, porque casi todo lo que se propone “lo hace bien y bonito”, afirman sus docentes. 

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